82; En busca de...

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Allen Walker...

Llegar hasta la posición del chico tomaría tiempo, las posibilidades de que él, siendo tan impaciente y descuidado como era, se mantuviera más de dos días en un mismo lugar, resultaba simplemente impensable.

Howard lo sabía, cuando llegara al lugar no sólo tendría que empezar una búsqueda inmediata con el paradero exacto del muchacho. También debería descifrar a dónde iría Allen, en caso de haberse alejado.

Sería difícil.

Completamente difícil.

¿Qué más podría hacer? ¡No tenía alternativas!

Si tan solo pudiera usar el arca, si tan solo hubiera estado más cerca... Quizá se confió, habiendo escuchado las conversaciones del general y Johnny, se daba por satisfecho con el hecho de que Kanda Yuu no entregaría a Walker.

No por ahora, al menos.

Suspiró, completamente impaciente y centró su atención en el paisaje detrás del cristal de su ventana. Veloz, fugaz.

El movimiento rítmico del tren resultaba agobiante, seguir a Walker era cansino y tenerle fuera de su vista resultaba peor. Estaba agotado, siempre supo que aquel trabajo acarrearía un desafortunado esfuerzo.

Jamás imaginó, sin embargo, que el estrés se acumularía hasta aquel grado.

Cerró los ojos, apoyando la frente en el cristal.

Se dejó mecer, escuchando los murmullos de conversaciones ajenas. Pláticas de un mundo que jamás conocería, un mundo tan brillante y tranquilo que el peor de los males, para aquellas personas, no era más que un ladronzuelo.

Un carterista había subido al tren, la inquietud invadia a todos los presentes y él, Howard Link, como servidor de la Orden Oscura no pudo hacer más que sonreír con ligereza e ignorarlos.

—Exageran —bostezó, demasiado cansado como para hacer caso a los pasos que parecían acercarse a él—. Un ladrón es el menor de sus problemas, siendo sincero, el fin del mundo se me hace más importante.

El asiento se hundió a su lado, aun Howard supuso que quizás alguien había rentado el lugar y simplemente lo ignoró. La compañía no le agradaba, pero era su culpa por no pedir un cubículo privado.

Estaba decidido a ignorarlo, decidido a dormir un poco mientras llegaba a su destino.

Lo intentó, lo hizo un momento. Sólo un momento...

—Olvidé decirlo, pero tengo mucha curiosidad sobre algo —el joven se paralizó, abrió los ojos despació y, a través del reflejo, observó a su inesperado acompañante—. Hágamos como que nunca nos separamos. ¡Imáginate lo emocionante que es! Como sea, lo que quería preguntarte era...

—¿No dijiste que me matarías la próxima vez que nos viéramos? —interrumpió, sin girarse a mirarlo— No me importa lo que quieras preguntar, no tengo nada que decirte.

—¡Venga, esto es toma y dame! —protestó Tyki, completamente animado— Te di la información que querías, pero no recibí nada a cambio.

—Te encargaste de que encontrase a Walker —objetó, frunció el ceño irritado—. Eso ya es algo, viniendo de ti. Lo más importante que puedes tener.

—Es bonito que Allen haya hecho a los demás pensar que me preocupo por él —sonrió, como si realmente no le importase en lo absoluto—, sin embargo, eso no es suficiente como para considerar lo nuestro un intercambio justo. ¡Ponte en mi lugar! Lo estoy dando todo para que esta relación funcione. ¡Ni siquiera con mi esposa me esfuerzo tanto!

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora