Simplemente estaba cansada... Y un poco harta.
¿Cuánto tiempo llevaba ya? Los días pasaban con demasiada rapidez, entre cada país siempre existía la misma presión. Su corazón se aceleraba ante la perspectiva de encontrarlos, ante la sola idea de acabar esa misión estúpida y regresar a casa.
Quería ir al campo. Quería ser activa de nuevo.
La búsqueda por Cross Marian estaba siendo más complicada de lo que pensó en un primer momento, su pequeña lista de países a visitar acababa de ser renovada tras un mensaje confidencial de Leverrier.
Las posibilidades de encontrar al general, cada día eran menos.
Lenalee Lee suspiró, desplomándose en el viejo banquillo de la pequeña iglesia que había encontrado al final de su reciente día de búsqueda. La joven observó distraída su alrededor, demasiado cansada como para pensar en nada más que en el complicado viaje que debería dar desde aquella ciudad escocesa hacia el norte de Rusia.
¿Cómo demonios se supone que iba a llegar allí en tres horas?
Más importante.
¿Cómo se supone que iba a salir de la ciudad si ni siquiera sabía con precisión dónde estaba? A veces, la exorcista olvidaba algunos detalles y haber compartido tanto tiempo con Allen Walker la había convertido en alguien demasiado descuidada para su gusto.
Estaba distraída y no le gustaba.
Suspiró nuevamente, golpeando su cabeza contra el respaldo del asiento frente a ella.
—Dios, por favor no dejes que ese idiota muera antes de que pueda darle una paliza —murmuró para sí misma, cerrando sus ojos e imaginando el sonriente rostro de su amigo—. Por lo menos, no dejes que muera hasta que pueda decirle que lo apoyo, que es mi mejor amigo y que Kanda es muy mal partido.
Sinceramente, no lo entendía.
Si Lenalee tuviera que decirlo, estaba segura de que la química entre Lavi y Allen era cerca de treinta veces mejor que la existente entre Yuu y aquel chico, pero... No era tonta. Desde el primer momento en que se vieron, Lee supo que estaban destinados... A matarse entre ellos, pero destinados a fin de cuentas.
Nadie le había contado sobre los sentimientos de su amigo, no había necesidad. Simplemente lo sabía y no había caso en negarlo. No era ciega. Nadie lo era. Las cosas con Allen Walker y Kanda Yuu no eran normales, la animosidad entre ellos era demasiado extraña.
A veces se odiaban, a veces Allen era demasiado dependiente, otras veces Yuu era incapaz de apartar la mirada del chico.
Sólo eran demasiado raros como para no notarlo.
Lavi fue el primero en saberlo. Komui el primero en escucharlo. Lenalee la primera en entenderlo.
No había explicación para la manera en que aquellos sentimientos nacieron, un día amaneció y ella inmeditamente notó la incomodidad. Walker siendo intenso, Kanda siendo violento. No había cambio, pero no era lo usual.
—Y ese no es el tema —se enderezó, elevando su mirada hacia el frente, hacia la anciana que la observaba con curiosidad. Parpadeó, sintiéndose nerviosa—. Ah, lo siento. Vi la puerta abierta y pensé en hacer algunas... Oraciones por mis amigos.
—No necesitas explicar nada —la mujer sonrió, acortando la distancia con tres cortos pasos—. Jovencita, es muy raro ver a damas como usted por un lugar tan desolado como este. Si nuestro clérigo corrupto estuviera aquí, seguramente habría enloquecido ante la idea de cortejarla.
—Suena como si su Padre fuera un conquistador.
—Más como un fanfarrón, pero sí —asintió con amabilidad, tomando las manos de la chica con gentileza y sentándose frente a ella—. Definitivamente podemos decir que es un mujeriego, sus malos hábitos son... Problemáticos, en estos momentos no está por aquí, sin embargo.
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Noah.
Fanfiction¿Qué hubiera sucedido si, en vez de Mana, Allen hubiese sido adoptado por alguien más? ¿Qué sería de él y quién lo hubiera hecho? ¿Qué habría pasado si ese sujeto en cuestión fuera un aliado del conde? ¿Un Noah? ¿Allen seguiría siendo el mismo o est...