—Si tuvieras que elegir entre ser fiel a lo que crees o hacer lo que todos esperan de ti —calló un momento, concentrado en pelar una manaza—. ¿Qué harías, Lucía?
La niña detuvo su carrera, cansada y desconcertada por el cuestionamiento mientras se aferraba al libro de ciencias que sostenía desde la mañana. Frente a ella, la espalda de un joven hombre de cabello castaño la abrumó y no pudo evitar sonrojarse.
—Usted es muy raro, Narein-sama —el chico detuvo sus acciones y la miró de reojo—. Jo-sensei quiere verlo.
—¿A mí?
—Bookman-sama se ha vuelto a dormir —explicó—, no está insconciente, pero sus heridas son un poco...
—Ya veo... —suspiró levantándose y entregándole la fruta a la pequeña con una sonrisa amable— La señora quiere cortarme el cuello, ¿no es así?
—Usted es sospechoso, Narein-sama.
—Ya, ya, estaba en el lugar correcto en el momento correcto —se estiró sin muchos ánimos de alejarse, miró de reojo los interminables campos de trigo—. Sólo seguí la dirección que ese hombre me dio, no hice nada malo.
—Jo-sensei no le creé.
—Bueno, es entendible —sonrió mirándola—. Oye, Lucía, ¿te casarías conmi...?
Un golpe.
Miró temeroso a la honorable dama que acababa de pegarle en la cabeza con un gollem parecido al Tim de Allen, se tensó.
—¿Qué le estás pidiendo a una niña de ocho años? —bufó mirándolo mal— Hay que ver que los de tu tipo son lo peor.
—Sólo bromeaba, estoy casado —rió nervioso—. ¡Señorita Joe, nunca pediría algo tan serio a una niña!
—¿Por qué no?
Se tensó.
Lucía le miraba con ese grandes ojos inocentes que le recordaba a Allen cuando se conocieron, sin esos redondos y grandes anteojos seguramente ella sería un calca de él... ¿O acaso era sólo imaginación suya?
—Pues... Porque estoy casado —dudó—. Además, Lucía, eres solo una niña.
—Hm...
Joe frunció el ceño, molesta por la curiosa mirada de su alumna y chasqueó la lengua atrayendo la mirada del temeroso adolescente. Narein se enderezó y aclaró su garganta.
—¿Me buscaba, señorita Joe?
—Quiero que me cuentes todo sobre un joven cercano a ti —declaró dándose la vuelta e ingresando a la mansión—. Katherina puede confiar en ti todo lo que quiera, pero yo no soy tan indulgente.
El joven la miró irse y dudó unos segundos en seguirla, completamente resignado al severo interrogatorio del que sería víctima. Miró de reojo a Lucía, notando que ella se sentaba en el lugar que acababa de abandonar con Ur sobre su cabeza, la niña sonreía a la nada.
—Aquello que se espera de él no es más que su propio deseo.
Y aquella respuesta fue llevada lejos por el viento, Narein jamás podría escucharla, no de sus labios por lo menos...
Los cascos de los caballos no se detenían, procesar la situación resultaba tedioso y se estaba poniendo de muy mal humor. Tiedoll se giró ligeramente hacia él, Kanda no le miraba a los ojos y Johnny guardaba silencio.
Simplemente, estaba irritado.
—¿Has disfrutado tu viaje en mi carroza? —sonrió el anciano— Ha pasado un tiempo, Allen Walker...
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Noah.
Fanfiction¿Qué hubiera sucedido si, en vez de Mana, Allen hubiese sido adoptado por alguien más? ¿Qué sería de él y quién lo hubiera hecho? ¿Qué habría pasado si ese sujeto en cuestión fuera un aliado del conde? ¿Un Noah? ¿Allen seguiría siendo el mismo o est...