53; Lluvia.

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La noche era fría y la tormenta no paraba, si lo pensaba un poco las fechas estaban cercanas a su cumpleaños número dieciséis y le irritaba la idea de pasarlo lejos de aquellos que siempre se preocuparon por él.

Desde su llegada al Arca, aquel sería el primer año que pasaría lejos de ellos y por desgracia intuía que no sería el último.

Suspiró.

Frente a su barco se exponía un majestuoso castillo, el nuevo hogar...

Que sentimientos más vacíos.

Si Tyki estuviera a su lado, quizá...

—Vas a resfriarte, Allen.

—Julieta, Johnny...

Ambos caminaban hacia él con sonrisas tranquilas en sus rostros, el cabello de Lena había crecido y recién lo notaba, finalmente llegaba un poco más abajo de su mandíbula y aunque las coletas no le quedaban mal en el pasado, el nuevo look le daba un aire de elegante madurez.

Sumamente hermosa...

Gill seguía igual.

—Deberías entrar, no creo que quieras...

—Estoy bien, Julieta —sonrió tranquilo mientras quitaba la capucha de su cabeza y sentía la lluvia acariciar su cabello y rostro—. El uniforme que Johnny y los demás hicieron me abriga bastante bien.

El científico se sintió engrandecido y miró a la exorcista con ligera superioridad.

—¿Ves, Lenalee? —inquirió— ¡Te lo dije!

La chica rió por lo bajo mientras negaba, honestamente...

—Supongo que tienes razón —aceptó, los trajes nuevos eran maravillosos, pero no hablaban de eso—. Johnny, me sorprendes.

Walker parpadeó confuso.

—¿De qué...?

—Lenalee y yo estábamos hablando de eso hace un rato —explicó—. ¡Le he dicho que ya no estás tan tenso cerca de nosotros!

—Bueno, no ha sido eso, pero...

—¡Sinónimos!

—No estoy...

—Ya no eres tan hostil —Lena colocó su mano sobre el hombro del chico—. Lo hemos estado pensando y, a comparación de cuando llegaste, tus sonrisas son un poco más naturales que antes, Allen.

—Bueno, por lo menos con aquellos con los que sueles hablar más, como Lena, Lavi o yo —añadió el americano—. Llevas un tiempo de este modo, ¿no lo habías notado?

Lee y Gill parecían animados ante la sorprendida mirada del británico, si tuviera que decirlo, Red no hallaría palabras. ¿En realidad era así? ¿Sus preocupaciones se filtraban sin que pudiera siquiera notarlo? Honestamente, aquello le molestaba un poco, pero...

Era más deprimente que frustrante.

Sintió un apretón en su hombro, miró nuevamente a la china.

—Durante las misiones no tenemos mucho tiempo para bromear y en el cuartel las cosas siempre estaban un poco fuera de control por lo que las bromas eran una manera de salir de problemas —principalmente con Komui en los últimos tiempos—. Por eso no lo noté, Johnny ha estado observándote y pareces menos deprimido, ahora que me lo dijo pienso igual.

—Yo... Bueno... —dudó sintiéndose ligeramente nervioso— No lo había notado antes...

—¡No importa! —Lee sonrió— ¡Me gusta que estés más animado!

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora