21; Reencuentro accidentado.

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Cuando despertó deseó haberse muerto en vez de desmayarse, su brazo dolía de mil maneras, sentía la sangre seca pegarle el cabello a la frente y la cabeza le martillaba como aquellas veces en que Devit le servía alcohol cuando nadie miraba.

Oh, además en esos días Jasdero siempre tenía por costumbre el bailar sobre su cabeza. Si no le quisiera tanto, Allen le habría asesinado por todo un puto mes, la verdad.

La batalla contra los akumas, el recuerdo de lo descuidado que Kanda y Lenalee le decían que era con su atuendo de exorcista y más se aglomeraron en su mente, la presencia de Road era mala para su nuevo estatus y, aparentemente, ella sería el enemigo esa vez.

—A... llen...

Parpadeó confuso y miró hacia Miranda, la incertidumbre le invadió al verla clavada al reloj e hizo ademán de levantarse e ir hacia ella cuando el dolor de su brazo aumentó, giró la cabeza irritado y se encontró cara a cara con un akuma.

—Dios, eres feo.

El alma corrompida, su apariencia externa y... Todo en él lo era, sin embargo no lucía feliz de que se lo dijeran.

Escuchó aplausos frente a él y la voz monocorde de Road llegó a sus oídos, no se le escuchaba precisamente feliz.

—Es guapa —miró hacia ella de reojo y la encontró de espaldas a él—. No tanto como yo, pero el negro definitivamente es su color.

—Señorita Road, ¿por qué estamos haciendo esto?

—No espero que lo entiendas —respondió inexpresiva mientras daba vueltas a Lero—. Sin embargo, y aunque ella no me agrada, no es usual encontrar muñecas exorcistas todos los días, ¿sabes?

El pánico le invadió al escuchar aquellas palabras y debió haber hecho algún sonido porque la Kamelot se giró hacia él, algo similar a una sonrisa se deslizó por aquel rostro que tanto había extrañado y que tanto pavor le causaba en esos momentos.

—Veo que despertaste, Allen —la sangre del chico se heló al ver sobre los hombros de Road su abrigo y frente a ella una Lena inconsciente—. Justo acabo de vestir a tu amiga... ¿Tienes algo que decir, querido?

—¡De...!

—¿De...?

—¡Deja ir a Lenalee, Road! —ella frunció el ceño— ¡No hay necesidad de hacer esto, ella no es mala!

—Pareces no entender algo en este momento, Allen —la Kamelot caminó hasta él y se colocó a su altura—. En este momento no estoy para tus juegos, niño, te uniste a la Orden cuando no te miraba.

—Yo...

—Allen, han intentado lavar tu cerebro, ¿verdad? —preocupación real cruzó sus ojos— Te lo han dicho, ¿no? Que son los elegidos. ¡Es falso! ¡Todo lo que dicen es una vil mentira! Sabes que los únicos elegidos somos nosotros, los Noah y...

—Road, por favor —colocó su mano derecha en la mejilla de ella—. Suelta a Lenalee, no me importa nada más.

Ambos se miraron a los ojos, la Noah parecía desconcertada con aquel pedido y alejó de un manotazo la extremidad del albino, le tomó del cuello de la camisa y acercó sus rostros.

—Parece ser que lo que te lavó el cerebro fue otra cosa, ¿sabes lo que he pasado por ti en todos estos meses? —Walker no dijo nada y sólo la miró— ¡Ha sido un infierno, Allen! ¡Cuando volví por ti no estabas en ningún lado! ¡Tuve que mentirle a Adam y Tyki sobre dónde estabas!

—Lo entiendo, lo siento mucho —hizo ademán de tocarla, ella se apartó—. ¡Pero Lenalee...!

—¡Oh, Lenalee, Lenalee! ¡¿No ves lo que es ella?! —señaló a la chica completamente furiosa— ¡Allen, está con la Orden!

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora