55; LFG.

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El frío de Diciembre empezaba a calar hondo en sus huesos, Allen murmuró una maldición mientras seguía enfurruñado los presurosos pasos de Kanda y su molestia no hizo más que crecer cuando notó la presencia de pasteles navideños en una tienda a su izquierda.

La vejez comenzaba a alcanzarlo y le irritaba demasiado el hecho de que el culpable de la distancia entre él y su familia se encontraba perdido en batalla.

Porque hierba mala no muere y Marian Cross estaba más que podrido.

Jodida vida.

Jodido Leverrier...

¡Ugh!

Honestamente, pensar en el general ocasionaba que horrendos recuerdos sobre su último avistamiento de Malcolm llegasen a su mente.

Walker se encontraba afectado por aquel encuentro desafortunado, si alguien le hubiera dicho que conocería la indignación de tal manera... Lo hubiera creído, pero habría pensado que su disputa sería con el bueno de Yu y no con el maldito inspector.

¡¡Él había osado acusarlo de asesinar a un ser tan abominable como Marian-Malditopelirrojo-Cross!!

Vale, calma.

Regresando a dos meses atrás, cuando la puerta fue abierta y sus ojos dieron con el anciano aquel.

Allen se había encontrado a sí mismo demasiado sorprendido (y disgustado) como para poder pronunciar alguna palabra. Recordaba vagamente la presencia de Link detrás de él, así como a Tim posado sobre la sangre derramada por su maestro en aquella ventana rota donde se le había visto por última vez.

Hasta ahí todo bien, todo normal. ¡Todo más que correcto, en realidad!

Tanto como habría de esperarse siendo que en la Orden nada estaba "bien".

Luego de eso, todo en su memoria se sumergía en un manchón rojizo de completa irritación que acababa con él regresando a Leverrier la acusación de asesinato antes de dar un portazo indignado y caminar pateando el piso hasta encontrar a Lenalee jugueteando con un pequeño gato del que nadie sabía nada.

Y luego de eso los meses pasaron, Lavi volvió a ser insoportable, Miranda y Marie se encontraban ocupados teniendo disputas de gente grande con Krory, Kanda se aisló como tanto le gustaba y él... Bueno.

Allen disfrutó de sus dangos y mil comidas más mientras se le pasaba la rabia.

Y así, después de tan maravilloso resumen, nos situamos en el presente.

El joven suspiró cansado mientras escuchaba a Howard hablar con un guardia, Kanda se removía inquieto a su costado y no pudo evitar rodar los ojos, Marie sonrió ligeramente.

Estaban allí en son de paz, en busca de jóvenes promesas para el mayor castigo que Reever podría dar en los próximos diez años... Como mínimo.

—Que tedioso —murmuró aburrido mientras el sujeto se alejaba para anunciarlos ante su capi... ¡Oh, por Dios, Kanda!— ¿A dónde...?

—Esto me irrita.

Venga, claro, pero...

—Bueno, no podemos esperar más de Kanda —suspiró el aprendiz de Tiedoll—. Lo mejor será ir con él.

—Honestamente, vivir entre exorcistas hace que cambie bastante mi idea de ustedes —comentó el inspector—. Supongo que la culpa es de Allen Walker.

—Espera, ¿por qué asumes que...? ¡¡Espera te digo!!

Pero claramente nadie le hace caso, porque todos son seres inferiores que no lo entienden, jodida vida. Con la indignación de regreso a su sistema, el chico siguió a sus tres compañeros y presenció el nacimiento de una nueva rival.

Noah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora