Max
Hoy tenía unos negocios pendientes con unos elfos pacifistas, que gran ilusión, nota el sarcasmo.
"Vamos Max, no seas tan sarcástica. Ellos son los que te dan el dinero que te alimenta y te viste."
Cierto se me olvidó comentar que por fin hablo con mi loba Sam, aunque sea un poco cargante.
"Sabes que te oigo Max."
Me coloque la capucha y el pañuelo en la boca, así solo me verían los ojos. Nadie sabe cómo soy o qué soy ya que Sam oculta mi olor y yo mi cara, gran equipo verdad.
Al llegar a la aldea me recibió el líder, un elfo que a pesar de parecer de 20 tendría como 200 años, alguno arriba alguno abajo.
-Bienvenida Shadow, aquí está el dinero que solicitas por tus servicios. Espero que no nos falles.
-¿Disculpa?- noté como me escocían los ojos pero lo ignoré- Con quién te crees que estás hablando maldito elfo.
-Dis-disculpa no quería ofenderte Shadow.
-Más te vale, volveré dentro de 2 horas con tu pedido.
Hey Sam, ¿qué me sucede? Me escocían los ojos pero ya paso.
"Bueno tus ojos cambiaron porque te cabreaste, por eso se asustó"
¿Enserio? Que pasada. Y de qué color son.
"El derecho es de un color amarillo pálido mientras que el izquierdo es de un color blanco"
Mientras charlaba con Sam, llegué a un lago donde encontré lo que solicitaron los malditos elfos, entregué el pedido y me fui a buscar una cueva donde dormir esta noche.
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Él, ella y el amor
WerewolfNo todo es lo que parece, no todo es como lo pintan, no todo es como reluce. Max y Adrián compartirán un destino, Marcos cumplirá su misión y Shiro no fracasará en la suya.