Capítulo 103

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Adrián

Creo que la cita fue de diez. Me encantaba la sonrisa tan preciosa que llevaba mi mate en la cara, regalarle el libro fue la mejor manera de terminar la cita.

K: Adrián, tengo un regalo para Max pero necesito que lo envuelvas, la maldita humana de la tienda tenía tanto miedo de que un lobo hiciera compras, que no se enteró de que la nota ponía para regalo.

-Tranquila, los humanos son así de cobardes. Te ayudaré.

Nos fuimos a la habitación que compartían Shiro y Kuro para envolver el regalo que Kuro compró. Después de intentarlo por más de 30 minutos, lo dimos por perdido y le entregamos el regalo tal cual quedó.

-Pequeña, tenemos algo que darte. No es gran cosa pero es un detalle.

K: Que modesto eres, sobre todo cuando se trata de algo que tú no has comprado.

-Bueno, creo que Kuro se molestará si dices eso. Es la misma bolsa con la que salió del centro comercial, aunque falta una bolsa.

K: Ella sí que me comprende.

-Bueno no entremos en detalle pequeña, ábrelo y salgamos de dudas.

Mi pequeña cogió la bolsa con nerviosismo y emoción a la vez. Se rio de la forma en la que el regalo quedó envuelto, no podíamos hacer más de lo que ya hicimos. Al romper el papel de regalo, descubrió que era un peluche de un lobo, como el que me describió que quería de niña. Su cara cambió de felicidad pura a una palidez un tanto preocupante.

-Pequeña, ¿estás bien? ¿Te pasa algo? Dime cómo puedo ayudarte.

Tardó más de 20 minutos en poder recuperar el color en su cara y contestarme.

-Estoy bien, es sólo que no me esperaba este regalo. Han venido demasiados recuerdos a mi cabeza y me saturé. Gracias por el regalo Kuro, es precioso.

-Pequeña, sé que esto es demasiado fuerte para soportarlo, si no quieres el peluche lo guardaré hasta que seas capaz de superarlo o simplemente lo devolveré.

-No hace falta, estoy bien en serio. Kuro no te aflijas tanto, ya te he dicho que me gusta. Además es idéntico a Jake, como no lo voy a querer.

Llamaron a la puerta y al abrirla era Shiro con una bolsa en la boca. Me entregó la bolsa para que la abriera, se dio cuenta de lo afligida que estaba Kuro y fue a su encuentro a animarla.

-Genial, hoy es el día de los regalos o qué.

"Al menos conseguiste que Max se riera"

Al abrirlo, era un peluche idéntico a Sam, un lobito negro con los ojos amarillo y blanco.

-Anda, vamos a juego. Son perfectos, ¿no crees Adrián?

-Bueno no soy de peluches, pero este detalle no está mal. Si nos sentimos solos tenemos a los peluches, ¿verdad pequeña?

-No usaré al peluche de sustituto Adrián. Gracias por el detalle chicos.

Se ve que ya estaba bien, tenía una sonrisa sincera en la cara y sólo destilaba felicidad por sus poros.

Él, ella y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora