Capítulo 95

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Max

Al sentir el olor a vampiro, también olí al hierro característico de la sangre fresca.

"Tenemos que hacer algo"

Pude ver cómo mataban a unas hadas, mientras que éstas sólo le gritaban a los críos que huyeran y a los vampiros que tuvieran piedad. Lamentablemente esos seres no tienen piedad cuando a sangre se refiere. Sam tenía razón, tengo que hacer algo, pero gruñir era lo único que me salía. Gruñir y gruñir sólo gruñir. Estoy harta, haré algo más que gruñir. Lancé un aullido, el más terrorífico que jamás pude escuchar saliendo de mi propio pecho, los míos metieron su cola entre sus patas mientras intentaban seguir mi aullido. Adrián, o Jake, me miraba con comprensión y algo de admiración. Al terminar mi aullido, todos los vampiros se habían puesto a la defensiva y los pequeños lloraban al lado de sus difuntos padres o parientes.

"Max, no aguanto, los quiero muertos, déjame el control"

No hablar, no me voy a perder cómo mi hocico perfora sus gargantas

Jamás estuve tan furiosa como ahora, no pude más que lanzarme al ataque seguida de Jake, Kuro y Shiro mientras que el resto se dispersaba para no dejar escapar a ninguno.

Enlace manada

No dejéis que ni un solo vampiro salga de aquí. Si alguno tiene la osadía de escapar más os vale matarlo.

Sí alpha.

Me lancé al cuello del primer vampiro que me encontré mientras que Jake me cubría la espalda. En cuanto escuché un clack lo solté con asco, no sin antes arrancarle la cabeza y tirarla cerca de los otros vampiros. Todos estábamos enfurecidos, nadie estaba en sus cinco sentidos. Los lobos defendiendo a sus miembros y siguiendo a su alpha mientras que los vampiros extasiados por la sangre y cabreados, porque una lobita haya acabado con uno de los suyos con facilidad, no razonaban. Ninguno de ellos se podría imaginar quién era su adversario en esta pelea perdida. Me lancé al siguiente vampiro mientras Jake se lanzaba a otro, Kuro y Shiro nos defendían las espaldas de posibles ataques sorpresa y mataban todo lo que estuviera en nuestro camino.

Enlace manada

Ni se os ocurra matar a los niños y defenderlos de los vampiros.

Sí alpha.

No pienso dejar que esos niños tengan la misma suerte que los adultos, serán mis protegidos hasta su mayoría de edad. Vampiro tras vampiro, acabamos con todos los que habían en el claro y los que iban saliendo del bosque que estaba enfrente. Nunca imaginé que arrancar cabeza fuera tan gratificante. Al terminar de matar a todos los que quedaban, comencé a aullar para que todo el bosque se enterara de que los vampiros habían muerto. Mi manada me siguió el aullido, pero era menor que el anterior a la batalla. Me di la vuelta para encontrarme con cadáveres de lobos y vampiros esparcidos por todo el suelo, algunos miembros se pararon al lado de los caídos y lloraron en silencio. Sé que en una pelea puede haber bajas por parte de los dos bandos, pero esta imagen nunca se irá de mi cabeza, una lúgubre y sangrienta imagen.

No aguanté más la tristeza que se acumulaba en mi pecho y aullé de dolor. Adrián enseguida me miró y vino corriendo a mi lado, algunos de los miembros aullaron de dolor mientras otros seguían llorando en silencio. Me transformé y le hablé a toda mi manada lo más calmada que pude en mi estado, con lágrimas silenciosas.

-Llevaremos a nuestros caídos a la manada para un último adiós y una correcta despedida. Hoy hemos ganado, pero nunca olvidaremos a los que cayeron.

Todos me miraron asintiendo mientras llevaban a los caídos. Sé que esto será duro, pero tengo que hacer lo mejor que pueda para que la manada no decaiga.

-Adrián, gracias por la ayuda. Me gustaría que dijeras tú algo en la despedida.

-Claro pequeña, lo que sea por ti.

Él, ella y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora