Capítulo 92

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Max

Entre todos decidimos que hacer con el pobre lobito, además de una traición que él no deseaba hacer y la noticia de que su familia está muerta, tendrá que pasar la mayoría de su vida encerrado en el calabozo. Nunca habíamos usado el calabozo para nada, asique él sería el primero en estrenarlo.

-Deberías de haberlo castigado en público, así el resto no pensarán en traicionarte nunca.

-Ya hemos hablado de eso Adrián, no quiero que mi manada me tema, quiero que me respeten por otras cosas y por sobre todo ser su alpha.

-Eres demasiado indulgente.

-Si vuelve a pasar, te dejaré hacer tu castigo público.

Sé que nunca más volverá a pasar, pero se ve que con esa declaración Adrián se relajó un poco con el tema.

-Alpha, problemas.

-Qué sucede

-Ha dos mil metros al oeste hemos avistado a unos vampiros que se dirigen hacia aquí. Creemos que son los vampiros de Carlos.

-Que todos los omegas y niños se dirijan al refugio, reúne a los soldados en la plaza y que los de bajo rango acompañen a los omegas y niños. Adrián llama a los betas y a Simón.

-Enseguida alpha.

-Como pidas pequeña, pero que conste que no me gusta seguir órdenes.

-Porque eres un gruñón, ahora andando.

Demasiado pronto, demasiado pronto, demasiado pronto, demasiado pronto, demasia...

"¡MAX!"

Vale, Max Fang relájate, contrólate. Respira. No pasa nada, tú puedes con esto.

"Deja de auto relajarte, ese es mi trabajo"

No te enfurruñes ahora Sam

"¿Ya estas mejor?"

Sí, ya estoy bien. Es hora de ser un auténtico alpha

"Esa es mi chica"

Pude escuchar todo el alboroto que he provocado, niños y mujeres oliendo a puro terror, hombres que aún no daban crédito a todo lo acontecido en menos de un día. Todo esto lo pagarán caro. 'Activé' mi lado salvaje, dejé todo mi olor, mi ahora y mis rasgos de alpha, salir a la luz.

Prepárate Sam

"Cuando quieras preciosa"

Shiro se acercó corriendo hacia donde me dirigía.

S: Ya todo está como lo has ordenado.

-Shiro, necesito que me prometas algo.

S: Lo que sea.

Lo miré fijamente a los ojos, en ellos se podía leer todo lo que pensaba, pero era algo que tenía que decir en voz alta o no contaría como promesa.

-No mueras.

Me miró sorprendido, pero enseguida entendió por qué le hice prometer eso. Estoy aterrada de perder a alguien, y Shiro era más que alguien para mí.

S: Te lo prometo, no moriré y menos si tú no me lo ordenas.

Me lamió la mano sellando su promesa. Me empezó a escocer el pecho, era un escozor que nunca había sentido, ni siquiera en mi primera transformación.

S: Tranquila, respira. Esa es la prueba de mi promesa, jamás la podré romper.

Al fijarme mejor en Shiro, pude notar que en su pecho tenía grabado un tribal muy extraño. Al mirar mi propio pecho hay estaba ese mismo tribal.

-Si hacemos más promesas, ¿tendré más tatuajes? Merece la pena el escozor.

Nos miramos y sonreímos. Todo era para aligerar el ambiente, pero había que admitir que un tatuaje gratis le gusta a cualquiera.

-Vallamos a la plaza.

S: Max, esa es mi marca de promesa, si haces otra promesa de alma con otra persona la marca será distinta para cada uno.

-¿Promesa de alma? Menudo nombre. Entonces la tuya es esta, y si lo hago con alguien más será otra cosa, bueno saberlo.

S: Te enseñaré a hacer promesas de alma más tarde. Por cierto, si hacemos otra promesa de alma, el color de la marca cambiará y si rompemos la promesa que hicimos, la marca desaparece y no podrás volver a acercarte a esa persona o morirás por el dolor dejado por la marca. Es un buen método para no volver a acercarte a los que te traicionan.

-Entonces más nos vale no hacerlo y elegir bien a quién hacer prometer.

Él, ella y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora