Luis

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Llegamos a mi casa los tres.
Le había advertido a Amaia que no me dejara sola en mi primera noche con alguien que no conocía.

Ellos dos parecían llevarse muy bien y yo todavía estaba asimilando el momento en el que lo vi salir por esa puerta.
-Buenos chicos, yo me voy a dormir.  No me despiertes cuando entres, Aiti.
-¿No cenas Amaia?
-No Aiti, no tengo hambre, pasadlo bien-me guiña un ojo y se va-.

Cepeda y yo nos quedamos en silencio. No era un silencio incómodo, era un silencio de querer hablarlo todo y no decir nada.
-Siéntate si quieres, Cepeda
-Gracias. ¿Sabes? Se me hace extraño vivir con alguien que no conozco.
-Y a mí.
-¿Te parece si yo hago una pregunta y tú otra?-frunzo el ceño-digo, así nos conocemos mejor.
-Me parece.
-Empiezas tú.
-¿De dónde eres?
-Galicia. ¿Amaia vive aquí?
-No, se queda solo hoy y en mi cuarto.¿Cuál es tu comida favorita?
-Mi propia tortilla-río-.
-Habrá que probarla, Cepeda.
-Cuando quieras. ¿Te gusta viajar?
-Me aterran los aviones.
-¿En serio?
-Mucho.
-Hay muchas formas de viajar. Siguiente pregunta.
-¿Tienes novia?
-Directa a la yugular.-se ríe-.
-Perdón si te molesta.
-Para nada, estoy soltero, Aitana.
-Me alegro.-no sé porque dije eso, mi subconsciente me jugó una mala pasada, lo pensaba, claro que lo pensaba pero no lo quería decir
-¿Y tu?
-Te contesto y se acaba el juego.
-De acuerdo.
-Estoy soltera Cepeda, buenas noches.
-Buenas noches.
Se levanta para irse a dormir pero lo paro.
-¿Qué clase de nombre es Cepeda?
-¿No se había acabado ya el juego,  Aitana?
-Lo siento, buenas noches.
Me decido a dar un paso y noto una mano agarrando mi brazo.
-Luis, me llamo Luis. Cepeda es mi apellido, solo me llaman Luis las personas más cercanas.
-Gracias por contestar Cepeda, ahora sí buenas noches.
-¿Me vas a seguir llamando Cepeda?
-Acabas de decir que sólo te llaman así las personas cercanas.
-Tú eres la excepción.
Me pongo roja,me sudan las manos y el corazón se me acelera. Todo eso, simultáneamente en una milésima de segundo. Rompe el momento de tensión.
-Buenas noches Aitana, que descanses.
-Igualmente.
Y así pasó una de las noches más largas de mi vida.

El Silencio Dijo SíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora