El Silencio Dijo Sí

¿Me dais un beso?Los dos a la vez

-¿Cuanto falta?
-Muy poco cariño.Luis me ha dicho que esta en un hotel que debe estar muy cerquita de aquí.
-¿Y sabes cual es su habitación?
La niña había dado con la clave.
Luis Cepeda,artista conocido.
No nos iban a decir la habitación tan fácil.
Pensarían que somos fans locas que quieren un abrazo suyo a toda costa.

Para cuando llegamos al hotel vemos a un grupo cenando en el restaurante.
Julia fija su vista en un punto fijo y señala.
Luis.

Nos acercamos a recepción lo mas rápido que podemos para dejar las maletas y nos acercamos al restaurante deseando que a Luis le dure el almuerzo un poco mas y nos de tiempo a llegar.

Cuando llegamos a la mesa de al lado nos paramos y le observamos.
Le doy instrucciones a Julia de que no haga mucho ruido y le explico mi plan.

Pongo otra voz y le hablo.
Él solo mira su plato y ni siquiera levanta la vista para mirarme.
Le pongo un folio y un bolígrafo en la mesa.

-¿Me puede firmar un autógrafo para mi hija?
Su mirada sigue fija en la mesa.
-Sí,claro.¿Como se llama?
-Julia.
Sonríe de medio lado y suspira.
-Julia Ocaña.-rectifico-.
Ahora si levanta la vista e intercala la mirada entre mi sonrisa y la de mi hija.
-¿Pero que hacéis aquí?
-¿No nos piensas abrazar ni nada?
Se levanta ,coge a Julia y con ella en brazos me abraza a mi.
Ese abrazo si era el perfecto.
-Os he echado mucho de menos.
-Y nosotras.-mi hija se adelanta-A mamá no se le queda el huevo frito para mojar.
Yo niego con la cabeza.En mi decimonoveno intento por hacer el huevo frito justo en el punto en el que le gustaba a Julia tire la toalla y decidi justificarlo diciendo que era malo para el colesterol.
La realidad era que para mi hija Luis no tenia competencia.

-¿Solo me has echado de menos por eso?
-No.Por más cosas.
-¿Cuales?
-Te he echado de menos porque también echaba de menos la sonrisa de mamá.Esa que tiene ahora.
Yo no la quito de mi rostro y lo miro.
El mira mi sonrisa también y me agarra la mano.
Julia nos mira y nos hace la pregunta mas tierna que le haya escuchado nunca:
-¿Me dais un beso?Los dos a la vez.
Asentimos.Cada uno se adjudica un moflete.
Contamos tres.
Intentamos besar el moflete que nos tocaba pero ella quita su cara haciendo que nuestros labios choquen.

Al principio nos besamos tímidos pensando en la trastada que nos acaba de hacer Julia pero luego solo pensamos en lo mucho que hemos echado de menos los labios del otro.
Los buenos días y las malas noches.
Los gritos y los susurros.
El calor de su cuerpo junto al mio y el frío de la cama en sus noches de composición.
Los cafés matutinos y las infusiones de media noche.
Las tardes de suelo y moqueta.
Las cosquillas y los "te quiero".
Las lluvias en días de sol.

Nos habíamos echado de menos.
El uno al otro.

Y claro que sí.
Yo seguía teniendo buenos días y malas noches.
Seguía gritando y susurrando.
Seguía conservando el calor en mi cuerpo y el frío en mi cama.
Seguía tomando café por la mañana e infusiones a media noche.
Seguía teniendo tardes de suelo y moqueta.
Seguian habiendo cosquillas en esa casa y abundaban los " te quiero".
Y siempre seguiría lloviendo en días de sol.

Pero no era él.
No era su sonrisa de buenos días y de malas noches.
No era ese momento en el que él susurraba y gritaba.
Ni su calor.
Ni su olor a café.
Ni su cuerpo en aquella moqueta.
Ni su risa al hacerme cosquillas ni su "te quiero".
No era su lluvia.

Aunque ahora que me daba por pensar mis tormentos y tormentas siempre habían sido por y para él.

Sí,si era su lluvia.