Se lo digo a ella

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Tres meses después
-¡Venga Luis!
-Aitana,no puedo ir más rápido.
-Perdón,perdón.Es que me muero por conocerla.
-Y yo.¿Cómo será?
-Pues preciosa seguro.

Con mis suplicas por llegar lo antes posible y el pasotismo de Luis el día de hoy en cuanto a las señales de tráfico logramos llegar 5 minutos antes de lo previsto para ver a la niña de Amaia que acababa de nacer hacia apenas media hora.

Alfred sale para que entremos a verlas.
Luis agarra mi mano.Intenta transmitirme tranquilidad pero está mucho peor que yo,le tiembla todo y sus ojos están a punto de explotar.
Me giro y le doy un beso en el cachete más próximo a mi.Sonrie y retomamos el paso hasta la habitación 1727 de aquella tercera planta.

-¿Se puede?
-Pasad chicos.
Mis ojos solo se pueden dirigir a un lugar,a esa cuna con laterales transparentes en la que descansa la que será mi ahijada.
-Ay Amaia.Que guapa.
-Gracias pero no creo que un parto siente bien.
-Se lo decía a ella.
Las carcajadas terminan por despertar a la niña haciéndola llorar.
-¿Qué pasa Aitana?
-Nada,no he dicho nada.
-Se lo decía a ella.
Un disparo en el corazón con la fuerza de mil huracanes.
Llevaba nueve meses preparándome para ser el mejor ejemplo para esa niña,la mejor tía e incluso la mejor madrina.
Llevaba nueve meses soñando con darle un biberón y ver la cara de Luis al conocerla.Nueve meses de los cuales seis había dormido con el teléfono debajo de la almohada por si decidía nacer antes de tiempo.
Que Amaia hubiera elegido mi nombre para su hija,su más preciado tesoro,lo único que le quedará si lo pierde todo era el regalo más grande que me podía hacer después de tenerla allí.
Y para que contenerlo,estalle en llanto asimilándolo todo con una cara de preocupación por parte de Amaia y una cogida de mano por parte de Luis.
-Gracias.
-A mí no,ese nombre estaba en la lista de Luis.Bueno,para ser sinceros en la mía también.Me encantaría que ella fuese la mitad de lo que eres tú.
La lista de Luis,esa que tanto había escondido para que yo no viera.
-Gracias a los dos.Va a ser mucho mejor que yo Amaia.Nadie que te tenga,os tenga al lado puede dejar de ser mejor persona día tras día.
¿Cómo se dormía ahora sabiendo que existía una mini Aitana?
Le iba a enseñar a ser una mujer sin nada que perder,una mujer que fuera canción y a la vez,música.
Una mujer que fuera tormenta,hoguera.
Una mujer que fuera hogar.
Quería contarle que todas las estrellas sentirían celos de ella porque sus ojos brillaban mucho más,porque en mi cielo ahora estaba ella.
Quería convencerla de que se quedara con quien quiera sus miedos como había hecho Luis conmigo ,como habían hecho sus padres.
El amor que le tenía ya más que un "te quiero" era un "te cuido ".
No sabía cómo decirle que yo siempre iba a estar ahí.Y esto no era una promesa,es que yo no sabía querer de otra forma.
Nació fuerte,
nació guapa,
nació libre,
ahora solo le faltaba crecer y creérselo.

Sobre todo tenía ganas de que me escuchara decirle:
"Te quiero.
No hay más.
Eso es todo."

El Silencio Dijo SíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora