Entre líneas

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Hoy teniamos la casa llena.
Julia había decidido que quería invitar a Aiti a dormir y Amaia ante este plan de las niñas no se quedaba atrás.
Más tarde,entre las dos niñas habían decidido que Alba no podía perderse el plan y tras unos pucheritos a María lo habían conseguido.
Carlos hacía acto de presencia al lado de Gala,quien ya había acaparado toda su atención.
Luis intentaba pedir pizzas,en contra de mi voluntad y la de María.De Amaia no hablamos porque era peor que los niños.

Los niños habían decidido ver Coco así que yo mientras haría otra cosa,no era plan de torturarse sin necesidad.

Amaia sigue cada uno de mis pasos y un segundo después de mi llega a la cocina.
-Se ven enamorados.
-¿Vas a seguir shippeandonos?Ya estamos juntos.
-No hablo de ti,egocéntrica.

Y caigo en la cuenta de que está hablando de Julia y Carlos que en este momento están en una guerra absurda de cosquillas.

-Son niños,se quieren y ya.
-Vaya,pensé que el de ese pensamiento era Luis.
-A Luis ni se lo nombres,quiero que todos los invitados lleguen sanos y salvos a sus casas mañana.
-Con Aiti los primeros años era igual.

Mi cara cambia completamente.
No sabía cómo habían sido los primeros años de mi ahijada porque estuve en México y nunca pregunté.
Amaia,que parece que no pero se da cuenta de todo,acaricia mi brazo restandole importancia.

-Lo siento.
-Estás ahora y es lo importante.
-Pero no la vi llamarte mamá por primera vez o hacer su primera travesura.
-Fuiste la primera en verla a través de un ecografo y vas a ser la primera que vea su última travesura.

Ese desastre que tenía por amiga era una de las mejores personas para sacar sonrisas.

-¿Qué hacéis?

Luis parece necesitar ayuda con los cinco diablillos.

-Ya salimos,amor.

Me mira esbozando una sonrisa a la vez que Amaia sale dandole una palmada en el hombro.

-Así que amor,vuelvo a ser tu amor.

Me pongo frente a él para decir mi última frase y salir de allí no sin antes guiñarle un ojo en señal de victoria.

-Nunca has dejado de ser mi amor,hay que aprender a leer entre líneas.

El Silencio Dijo SíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora