Lo hacéis muy bien

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-Entonces también te gusta la música...

Me hacía gracia el tercer grado que le estaba haciendo Luis al pobre niño mientras les preparaba la merienda.
Al final,tras doscientos mimitos de Julia acabamos cediendo a que viniera a casa a jugar después del colegio.
Sus mayores entretenimientos habian sido la guitarra y Gala que ,para variar,se habia ganado a Carlos en pocos segundos.

Julia sonreía viendo a su padre haciendoles sentir bien,sonreía mirando a Carlos y sonreía porque independientemente de lo que fueran estaban compartiendo una tarde de risas y guerras de juguetes.

Luis sale de la cocina avisando de que va al baño y se encuentra conmigo en el pasillo.

-Vale más que recemos Luis,sonríen mucho.
-¿Qué canción quieres que te rece?
-La que me salve un poco.

Se ríe y sigue su camino.
Yo entro en la cocina dispuesta a ponerme a la altura de los niños.

-¿Te gusta la merienda Carlitos?
-Sí,Luis cocina bien.
-La verdad es que sí,si lo hubiera hecho yo estaría quemado.

Julia asiente afirmando lo mala cocinera que soy y el niño ríe.

-Mi comida favorita es la pizza.
-¿Ah,si? Pues hablaremos con tus padres para que puedas venir un día y hacemos pizza casera.

Él sonríe,le ha gustado la idea.
Luis entra y mira a Julia.

-Papá,mamá lo ha invitado a hacer pizza.
-Ya he oído ya.
-Creo que te estamos ganando.

Luis me mira con cara de indignación y orgullo.
Todo mezclado y a la vez.
De cuatro pulsos que nos echaba Julia al día ganaba cinco.

-Menos competición Julita.-Luis la mira divertido y le guiña un ojo-.
Ella le responde tirandole un beso.
Claramente,punto para la niña.

Cuando nos queremos dar cuenta volvemos a ser cuatro.
Estoy bañando Gala cuando aparece una pequeña mano en mi hombro.
-¿Que pasa cariño?
-Nada,solo vengo a ayudarte.
-Te comería la cara a besos si pudiera soltar a tu hermana.

Se queda pensativa mirando a Gala y sonríe de medio lado.

-Pobrecita.

Hago una merecida mueca de confusión.

-¿Por qué?
-No me quiero imaginar lo mal que lo va a pasar cuando le presente a papá su primera pareja.

No iba a ocultar la carcajada que en ese momento amenazó con salir.
Yo tampoco me lo quería imaginar.
Ya iban dos veces en las que la sobre protección le había ganado con Julia y con Gala no iba a ser menos.

-Supongo que lo entenderá.
-Yo le entiendo mamá.
-¿Ah,sí?
-Claro,para vosotros soy muy pequeña todavia.
-Para nosotros siempre vas a ser pequeña,Julita.
-¿Tú también me vas a llamar así?
-Si me dejas sí.

Me sorprende con un beso en mi flequillo,como los que me daba Luis.
Nadie podría explicar nunca lo que se siente cuando un hijo te da un beso en la cabeza o en la frente y sin abrir la boca te dice que está ahí y que de alguna manera lo estás haciendo bien.

-Voy a preparar el pijama.
-¿Cuando te hiciste tan mayor y tan responsable?

Mi niña había crecido.
Ya no balbuceaba.
Ya no tiraba juguetes por toda la casa y no lloraba para que no la dejara en el colegio.
No venía hasta mi cama suplicando un abrazo porque la habitación "estaba llena de monstruos".
Ya no la podía coger ni mimarla para que me diera un beso.

-Mamá...
-¿Duermes esta noche con nosotros?
-Se supone que la que debería tener miedo de dormir sola soy yo.
-Porfa.
-Está bien pero hablas tú con papá que luego se queja de que le doy patadas.

Me río sin hacer ningún tipo de ruido y la niña sale.
Yo estimo que ya es hora de sacar a Gala de la bañera y mientras le pongo el pijama entra al baño el último integrante de la familia.

-Así que hoy somos tres en la cama.
-Se me ha antojado a mí.
-No me tienes que explicar nada,a mi también me gusta dormir con ella.

Acostamos a Gala en su cuna y nos dirigimos a la cama.

Tengo a Julia al lado y mientras su padre le acaricia la cabeza yo la observo detenidamente.

-Luis.
-Dime.
-¿Lo estaremos haciendo bien?
-Nunca lo sabremos,pero yo creo que por lo buenas y felices que son,sí.

Decido dejar el tema y proponerme dormir pero una voz me hace abrir los ojos.

-Lo haceis muy bien.

El Silencio Dijo SíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora