Caminamos en completo silencio hacia un hermoso restaurante francés ubicado a dos cuadras de la empresa.
Se preguntarán, ¿por qué un multimillonario con auto o chofer caminaría?
Es simple. Azael Britt me sorprendió diciendo: "Hace buen clima, ¿te gustaría caminar?".
Y aquí estamos, caminando.
Sin decir una palabra, el señor Britt, el jefe de mi jefe, empuja la puerta de cristal, dejándome entrar primero. Nos dirigimos hacia una simpática chica pelirroja a unos pasos de la entrada. Me hago a un lado, esperando que él dé el apellido del cliente que nos espera. Sin perder tiempo, Azael camina con paso firme hacia una mesa decorada en beige, dorado y cristales, situada en el centro del gran restaurante.
- Señorita Gómez – asiente antes de saludar con la mano a una hermosa mujer frente a nosotros, una especie de modelo de Victoria's Secret, rubia, alta, con una cintura bien definida, ropa impecable y una falda morada sin una sola arruga. Tenía una dentadura más blanca que una pintura recién abierta y ojos color avellana. Realmente hermosa.
- Mi querido Azael Britt – le sonríe exageradamente, se pone de pie y le da un beso en ambas mejillas – ya es hora de que te afeites, cariño – hace un puchero.
- Carolina, compórtate de forma profesional. Te presento a una colega – me sorprendo por el apodo – la señorita Janine Dávila – asentí y extendí la mano, pero me arrepentí al instante cuando ella no correspondió el gesto. Bajé la mano, controlando la rabia y la vergüenza.
- Ya veo – me miró de arriba abajo.
- Carolina, la próxima vez sé educada, o nunca volveré a hacer negocios contigo, ¿entendido? – dijo Azael, abriéndome el asiento como todo un caballero. Me senté e ignoré su mirada venenosa.
Qué alegría, otra enemiga más, pensé sarcásticamente.
- Qué más da – murmuró Carolina.
- Comienza, Gómez, mi tiempo vale oro – dijo el señor Britt, dándole la palabra. Todo el almuerzo se trató de negocios. Escuché atentamente la propuesta de la mujer frente a mí.
- Esa es mi propuesta, Britt – sonrió victoriosa – 15 millones de dólares en tu bolsillo en menos de dos días.
- Suena interesante – asintió, y dirigió su mirada hacia mí – ¿qué le parece, señorita Dávila?
- Suena como una buena inversión, señor Britt – hablé por primera vez después de escuchar a la mujer – de todas formas, sería más seguro si la inversión generara la cantidad indicada en las estadísticas promedio. Hay que evaluar muy detalladamente la estrategia del proyecto – hablé como una experta, esquivando la intensa mirada de Carolina.
- Me parece bien – asintió mi jefe – te estaré llamando en cuatro días, Gómez – se levantó y yo lo seguí automáticamente. Sin decir palabra, dejó dinero sobre la cuenta. La mujer me tomó del brazo.
- Que seas inteligente no significa que él babea por ti, no te hagas ilusiones, ilusa – me liberé de su agarre.
- La única ilusa aquí es usted, con permiso, señora Gómez – le di una sonrisa sarcástica, conteniendo mis ganas de golpearla.
¿Quién se ha creído esta mujer?
- ¿Todo bien, señorita Dávila? – me miró intensamente, haciendo que mi enojo disminuyera mágicamente. Ahora me sentía nerviosa, demasiados cambios de humor en un solo día.
- ¡Perfecto! – le sonreí forzadamente, controlando mi respiración irregular – ¿Puedo preguntarle algo?
- Dime – se encogió de hombros sin darle importancia mientras caminábamos.
- Con todo respeto, ¿son o fueron algo? – lo miré curiosa. Se sorprendió por mi pregunta, ¿demasiada confianza?
- Fuimos – aseguró sin mirarme, mirando hacia adelante – y seguirá en el pasado – reímos – ¿Ahora puedo preguntarte algo yo?
- Por supuesto, señor – respondí sin darle importancia.
- ¿Cómo sabes tanto de negocios, siendo una simple secretaria? – preguntó sin despegar su mirada de mí, haciendo que mis piernas temblaran.
Dios...
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Sálvame: El cambio que hace el amor verdadero a alguien con corazon de Hierro
RomanceApril Anderson es una joven dulce, humilde y extrovertida que, a lo largo de los años, ha enfrentado experiencias desgarradoras que ninguna mujer debería soportar. A pesar de los desafíos, su espíritu resiliente y su corazón amable la mantienen en p...