Después de una conversación extraña y incómoda que pareció durar una eternidad, finalmente llegamos a la tan esperada ciudad de Londres. Bajé las escaleras después de mi jefe y vi una Range Rover negra mate esperándome. Rodé los ojos, Azael Britt ciertamente rodeado de lujo.
Respiré el frío aire londinense y miré mi reloj. Aunque había una gran diferencia horaria con Nueva York, apenas eran la una de la tarde allí, mientras que aquí, según mis cálculos de Google, eran las cuatro de la tarde. Dejando de lado el tema de la hora, saludé al chofer y él asintió cortésmente antes de que entrara al vehículo. Nos movimos rápidamente hacia nuestro destino, ya fuera un hotel o una reunión; la verdad es que no tenía ni idea. Podrían secuestrarme y probablemente no me daría ni cuenta.
Intenté concentrarme en el viaje, pero el cansancio me vencía. No había dormido nada en el viaje, mi trasero me dolía, tenía hambre; era un completo desastre. Observé cómo Londres se revelaba ante mis ojos poco a poco, maravillándome. Instantáneamente, todos mis malestares se disiparon. Tomé fotos rápidas de cosas interesantes cuando tuve la oportunidad, tratando de no que salieran borrosas.
El viaje transcurrió en completo silencio. Al principio fue un poco incómodo, no por la falta de conversación, sino porque no podía soportar estar cerca de alguien por más de cinco segundos. Después de media hora de recorrido, seguimos en camino. Pasamos por la Abadía de Westminster y mi boca se abrió en una perfecta "O". Traté de contener mi emoción. Siempre había soñado con visitar el lugar donde se casaron mis duques de Cambridge, y ahora ese sueño se había cumplido. Aunque pensaba en todos los lugares que aún quería visitar, esperaba tener la oportunidad de recorrer más durante estos dos días, a menos que me escapara por la noche, lo cual tampoco parecía una opción.
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Sálvame: El cambio que hace el amor verdadero a alguien con corazon de Hierro
RomanceApril Anderson es una joven dulce, humilde y extrovertida que, a lo largo de los años, ha enfrentado experiencias desgarradoras que ninguna mujer debería soportar. A pesar de los desafíos, su espíritu resiliente y su corazón amable la mantienen en p...