CAPÍTULO 67

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La mañana estaba despejada y el sol iluminaba el cuarto que habíamos asignado para la boda civil, La atmósfera estaba cargada de una mezcla de nervios y entusiasmo mientras, comenzaba la hora de decir si acepto, todo estaba rodeados de arreglos fl...

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La mañana estaba despejada y el sol iluminaba el cuarto que habíamos asignado para la boda civil, La atmósfera estaba cargada de una mezcla de nervios y entusiasmo mientras, comenzaba la hora de decir si acepto, todo estaba rodeados de arreglos florales cuidadosamente seleccionados y un ambiente refinado.

Me encontraba en una habitación apartada, rodeada de mis amigas más cercanas. A pesar de los nervios que sentía, mi vestido de novia, de corte clásico y elegante, le confería un aura de tranquilidad.

La habitación estaba llena de risas y palabras de aliento mientras las damas ayudaban a ajustar los últimos detalles del vestido y el peinado.

Cuando llegó el momento, me dirigió hacia a la habitación con pasos decididos, mi corazón estaba latiendo con fuerza.

El pasillo de flores que me guiaba hacia el altar estaba decorado con pétalos y cintas que ondeaban suavemente. Mis amigas y familiares de Azael me miraban con admiración y alegría, y cada paso la acercaba más a Azael, me extendió su mano, con una expresión de expectación y amor en sus ojos, que al verme una sonrisa se dibujó en su rostro, mostrando su satisfacción y felicidad. La ceremonia civil estaba a punto de comenzar.

El oficiante, un hombre mayor con una presencia serena y profesional, comenzó la ceremonia con unas palabras sobre el significado del matrimonio y el compromiso que implica. Mi voz temblaba ligeramente, Azael, con la voz firme y llena de emoción, decimos las palabras mágicas del ¡Si acepto!

Sálvame: El cambio que hace el amor verdadero a alguien con corazon de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora