Capitulo 13-Problemas.

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Layla no podía dormir, cuando recibió un mensaje en su celular. Era de Regina.

“¿Tampoco puedes dormir?”- Preguntaba en el mensaje.

“¿Cómo sabes?”-Respondió Layla.

“No lo sé”- Contestó Regina después de un minuto.

“Estoy en el hospital”-escribió Layla.

“¿Por qué?” –Preguntó Regina.

“Tuve los mismos síntomas de hace años, de la Leucemia. Regina estoy segura de que volvió” –Contestó Layla.

“No, tranquilízate. Seguro es otra cosa. Mañana hablamos en la prepa ¿Ok?”-Puso Regina.

“¿Prepa? Mañana no quiero ir a la prepa. Y ya no contestes, porque se me acabará el saldo. Bye” –Respondió Layla.

[Miércoles, diez de agosto, dos mil once. Dos de la tarde]

Layla despertó y Antonia inmediatamente se acercó.

-Layla ¿Qué estuviste haciendo ayer después de la preparatoria? –Preguntó.

-¿Por qué? –Preguntó Layla, dándose cuenta de que el doctor también estaba ahí.

-No tienes leucemia, pero queremos saber qué es lo que tienes –Contestó el doctor.

-Bueno, pues, fui al bosque de la ciudad. Corrí, me metí al lago y estuvimos horas caminando, buscando la salida – Contestó Layla.

-Ahí esta ¿Doctor esa puede ser la causa? –Preguntó Antonia.

-Efectivamente. ¿Layla que comiste ayer? –Preguntó el doctor.

-Pues ahora que lo pienso… nada – Contestó Layla-

-Esa podría ser la causa de los mareos y los vómitos – Dijo el doctor- Ayer, en el bosque… ¿Alcanzaba a entrar al sol?

-Nada más en el claro y en el lago – contestó Layla.

-Esa es la causa de que la nariz sangrara – Dijo Antonia - ¿Verdad?

-Sí. –Contestó el doctor.

-O sea… ¿Qué me sacaron sangre y falté a la prepa, en vano? –Preguntó Layla.

-Efectivamente – contestó el doctor – Se pueden ir a su casa, solo le daré vitaminas.

-Ok.

[Seis de la tarde]

El timbre de la puerta principal sonaba, Layla estaba sola en la casa, así que tuvo que abrir ella.

-Y bien ¿Es leucemia? –Preguntó Regina metiéndose a la casa, seguida de Roberto.

-No. –Layla les explicó todo.

-¡Qué vergüenza! –Dijo Roberto.

-Dímelo a mí –Dijo Layla.

-Bueno, ya que tú no arruinaste el día con una mala noticia, lo haré yo –Dijo Antonia.

-¿De qué hablas? –Preguntó Layla.

-Mi mamá… quiere que me vaya a vivir con mi papá –Dijo Regina, una lágrima resbaló por su mejilla.

-¿Qué? – Preguntó Roberto - ¿Por qué?

-Perdió el trabajo y ya no se puede hacer cargo de mi –Dijo Regina.

-No puede ser – Dijo Layla.

-Lo sé – Dijo Regina – Mi papá no me trata bien.

-Sí y eso nos lo has dejado muy claro –Dijo Roberto.

Antonia llegó de trabajar y…

-¡Regina! ¿Por qué lloras? –Preguntó.

-¡Mamá! – Dijo Layla incomoda.

-No es nada, señora – Dijo Regina, secándose las lágrimas.

-Entiendo que no me quieras decir – Dijo Antonia – Pero, no te ves bien.

-Es solo un pequeño problema – Dijo Regina – Estaré bien.

-Ok, cualquier cosa que quieran, estaré arriba – Dijo Antonia.

-Si mamá – Dijo Layla. Antonia subió al segundo piso y Layla se dirigió a Regina – Hay que buscar la manera de que no te vayas con tu padre.

-Gracias – Dijo Regina.

-Vamos al parque – Dijo Layla.

Tomó unas llaves y se salió con sus amigos. Iban caminando en el parque, cuando vieron a Jahir.

-Hola – Le dijo Layla.

El la ignoró y pasó de largo.

-Oye ¿Qué te pasa? –Le preguntó Layla tomándolo del brazo – Si es por lo de mi abuela… solo ignórala ¿Ok?

-Y solo lo dices así ¿No? Layla, no sabes cuanta vergüenza me dio – Dijo Jahir.

-Bueno creo que nosotros nos vamos – Dijo Regina.

-Sí, adiós, más tarde voy a tu casa – Dijo Layla – Adiós Rob.

-Adiós – Contestó el.

Layla y Jahir se quedaron solos, ella solo lo miraba sin saber que decir.

-Perdón - Dijo Layla al cabo de unos minutos.

-¿Y tu porqué te disculpas? –Preguntó Jahir.

-Por hacerte pasar por eso.

Jahir no dijo nada.

-Jahir, solo ignórala, ella creyó que tu y yo salimos, le expliqué todo – Dijo Layla – Y no va a volver a pasar, pero no tienes porque alejarte ¿Ok?

-Ok.

-¿Vamos al bosque? – bromeo Layla.

-Estás loca – Dijo Jahir al instante - ¿Por qué no fuiste a la prepa?

Layla le contó lo sucedido en el hospital.

-¿Leucemia? – Preguntó Jahir asombrado - ¿Tuviste Leucemia?

-Sí. Cuando tenía tres años. –Contestó Layla.

-¡Vaya! ¡Qué sorpresa! –Dijo Jahir,

-Bueno y… ¿A dónde ibas? –Preguntó Layla.

-A ningún lado, solo vine al parque a… pensar.

-Ok.

-Y tu abuela… ¿Por qué se comportó así?

-Pues digamos que “No quiere que pase por lo mismo que pasó mi mamá, hace años”

-¿Qué? –Preguntó Jahir extrañado.

Layla le habló de todo.

-Loco – Dijo Jahir – Y fue por eso, por lo que te enojaste el otro día, al ver a tus papás, afuera de tu casa ¿No?

-Sí – contestó Layla.

-Ya entiendo todo – Dijo Jahir – Bueno, me voy, adiós.

-Sí, adiós – Se despidió Layla.

Iba caminando hacia su casa, cuando vio a Ernest. Agachó la cabeza para que no la viera. Pero fue en vano.

-Hola hija – Dijo Ernest. Layla miró para atrás, para ver a quien le hablaba. Aunque ya sabía que se dirigía a ella. Después siguió caminando, ignorándolo –Layla, no puedes seguir siendo grosera conmigo.

-No, si puedo ¿Quién dijo que no?

-Layla, no merezco que me hables así.

Ella siguió caminando sin hacerle caso, llegó a casa de su abuela y cerró de un portazo.

-¿Qué pasa? –Preguntó Paula.

-Nada – Contestó Layla, de mala gana, para después, subir corriendo y encerrarse en el cuarto.

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