Capitulo 22-Detención.

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Se despertó dando un grito y se sentó rápidamente en la cama, Layla se estaba dando un baño, ya se tenían que arreglar para irse a la prepa.

-¿Qué pasa? –Preguntó Paula metiéndose en el cuarto.

-Solo tuve una pesadilla, siento si la desperté –contestó Regina.

-No, ya tenía rato despierta, pero ¿estas bien?

-Si, gracias señora.

-De nada, iré a preparar el desayuno –Dijo Paula, para después bajar al primer piso.

Llegaron casi corriendo a la prepa, ya todos se habían metido, llegaban tardisimo. Cruzaron la puerta de entrada, se dirigían a su salón, cuando el coordinador se acercó.

-¿A dónde creen que van? –Preguntó.

-A nuestro salón. –Contestó Layla impaciente.

-¿A su salón? –Preguntó el coordinador - ¿Qué no lo saben? Cuando llegan tarde, tienen que pasar a dirección, y de ahí a detención.

-Pero… -comenzó a decir Regina.

-Nada de peros, obedezcan –interrumpió el coordinador.

-No lo puedo creer, son nuestras primeras semanas, y ya estamos en detención –Dijo Regina, cuando ya estaban en el salón de castigos.

-Hey! Señorita, ¿se puede callar? –Preguntó el maestro encargado – Aquí no vienen a relajarse.

-Ya lo sé –contestó Regina enojada.

Tenían por lo menos diez minutos de estar ahí, cuando la puerta del salón se abrió, y entró un chico.

-Disculpe –Dijo- Me mandaron a aquí, ¿Le tengo que dar la ficha?

-sí –contestó el maestro.

El chico se acercó y le entregó la ficha, para después sentarse al lado de Layla.

-¿Por qué te trajieron aquí princesa? –Preguntó.

-Alejate de mi, asqueroso imbécil –dijo Layla.

-Vaya respuesta –Dijo Jorge – Regina, ¿Por qué no le dices que se relaje?

-Layla ¿Por qué no lo golpeas? –Preguntó Regina.

-¿Ahora que les hice?

-Hiciste que te apareciste, para arruinarnos mas el día –Contestó Layla - ¿Por qué no te vas a sentar en un lugar lejos? Mira allá hay más acientos –Dijo Layla señalando todos los bancos que sobraban en el salón.

-No, yo quiero estar aquí –Dijo Jorge, acomodandose en el aciento.

-Maestro, ¿Por qué no le dice a el que se calle? –Preguntó Layla – Ya que a mi y a mi amiga, nos calló con solo decir una palabra.

-Porque el me cae bien –contestó el maestro.

-Imbécil –susurró Regina.

-¿De dijo? –Preguntó el maestro – Dos horas más, a las dos.

-Pero yo… -comenzó a decir Layla.

-¡Las dos!

-Jaja, ya ves, si dejas de estar gruñona –Dijo Jorge.

-Tu también –Dio el maestro.

-Pero, maestro, ¿El para qué? –Preguntó Layla, con tal de desacerse de Jorge.

-Nimodo me quedaré contigo por cuatro largas horas –Dijo Jorge.

-Si, NIMODO –Dijo Layla enfadada.

Habían pasado como tres horas, Regina se había quedado dormida y el profesor había salido del salón.

-Y… ¿Ustedes por qué están aquí? –Preguntó Jorge.

-¿Te importa? –Preguntó Layla.

-Si, por eso pregunto.

-Porque llegamos tarde –contestó Layla fríamente.

-¡Ya vamos! Perdoname –Dijo Jorge.

-¿Tu crees que de la noche a la mañana se me olvidará como nos trataste? ¿Qué me diste un beso? –Preguntó Layla – Pues no.

-Yo propongo que lo olvides.

-Además, no sé cuanto tiempo ya tenían molestando a mis amigos, antes de que yo llegara.

-Sé que cometí un error, muchos errores, y que no debí molestarlos, pero realmente estoy arrepentido –Dijo Jorge - ¿Me perdonas princesa?

-¡Si me vuelves a llamar así, te partiré la cara! –Exclamó Layla.

-¿Cómo princesa?

Layla se puso de pie, le dio una bofetadaen la cara, seguida de un puñetazo.

-Tus puñitos pequeños, pero bien que pegan duro –Dijo Jorge frotandoze la cara, con las llemas de los dedos.

-¡Callate! –Dijo Layla dandole un golpe en la cabeza, con la palma de la mano, para después sentarse.

Se quedaron en silencio unos segundos, pero después la risa de Jorge acabo con ese silencio incómodo, provocando también la risa de Layla.

-¿De que nos reímos? –Preguntó.

-No lo sé –contestó Jorge - ¿Me perdonas?

-Está bien –Dijo Layla.

-¿Quieres ir por un helado después de la prepa?

-Mejor un café –Dijo Layla.

Habían terminado las cuatro horas, el maestro se encontraba sentado y Regina ya estaba despierta. Salieron del aula y cada quien se dirigió al resto de sus clases.

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