– ¡Ernest! ¡Ernest! ¡Despierta! –Decía Pablo, tratando de hacer despertar a su amigo.
Observó su alrededor y vio muchas botellas de vidrio rotas, que antes contenían cerveza. «No debí dejar que se quedara hoy en mi casa» Pensó Pablo enojado. Comenzó a limpiar los vidrios rotos, cuando al agacharse al lado de su amigo, se percató de que su cabeza sangraba. La noche anterior, Ernest había estado tomando, en un acto de torpeza, tiró la cerveza, resbaló gracias al piso mojado y cayó, encajándose el vidrio en la cabeza.
Layla caminaba por la calle con Snoopy, había pasado por el, ya que lo habían dejado con Paula. Recibió una llamada, sacó su celular de la bolsa del pantalón y atendió la llamada.
– ¡Regina! ¿Qué pasa? –Preguntó.
–Pablo me marcó, dijo que fueras al hospital… Ernest tuvo un accidente –Dijo Regina al otro lado del teléfono.
Layla revoleo los ojos, para después finalizar la llamada.
« ¿Y ahora qué?» Se preguntó.
Llegó a su casa, dejó a Snoopy en su cuarto, y junto a su amiga, salió hacia el hospital.
Entraron y se dirigieron rápidamente hacia la recepcionista.
-¿Señorita Layla? –Preguntó la enfermera – Usted no tiene quimioterapia.
–Lo sé, Sandra, pero no vengo a eso –Dijo Layla mientras acomodaba con sus manos, su gorro invernal – Vengo a ver al paciente Ernest Walker.
Sandra caminó, Layla y Regina la siguieron, hasta llegar a la sala de espera. Se sentaron en el cómodo sillón blanco, segundos después, Pablo llegó y se sentó. Regina se puso incomoda y miró a Layla. Sandra se retiró.
–Regina, yo… te debo una disculpa –dijo Pablo.
Regina solo dirigió la mirada hacia el piso y no dijo nada, ya que estaba presionada por la mirada de su amiga y de Pablo.
Habían pasado, al menos treinta minutos, cuando Sandra volvió a entrar a la sala de espera, esta vez, acompañada… de Eleanor.
– ¿Tu? ¿Qué haces aquí? –Preguntó Layla.
–Eso mismo me pregunto yo –Dijo Eleanor – Yo vine a ver a mi padre.
– ¿Ernest? –Eleanor asintió, para después sentarse junto a su hermano Tom – ¿El es tu padre?
–Sí, ¿Qué es tuyo?
–Es mi papá –Dijo Layla poniéndose de pie – Pablo… ¿Tu que sabes sobre esto?
–Creo que Ernest es quien debería de explicarles –Dijo el papá de Regina, para después salir de la sala.
Layla miró a Eleanor, intentando entender un poco, pero por su cabeza pasaban millones de historias que ella misma creaba, para entender.
– ¿Llamaste a Jack? –Le preguntó Eleanor a Tom.
–Sí, en un momento viene.
– ¿Jack? –Preguntó Layla.
–Ah, sí, es mi hermano menor, le llevo tres años por adelantado –Contestó Eleanor.
– ¿Tres años? –Preguntó Layla, sin apenas creer lo que estaba escuchando.
Eleanor asintió. En ese momento, un chico entró a la sala. Era del mismo tamaño de altura que Layla, tenía el cabello rizado y rubio, sus mejillas estaban chapeadas y sus ojos, eran del mismo color que los de Layla. El parecido entre los dos, era impresionante.
– ¡Jack! –Dijo Eleanor poniéndose de pie. El chico caminó hacia ella, temblaba mucho.
– ¿Qué le pasa? –Preguntó Layla, al observarlo.
–Ah! Cuando tiene miedo o algo le parece raro, tiembla mucho. Los doctores dicen que fue por un error en el parto –Dijo Eleanor – Pero… ¿Por qué tanto interés hacia mi hermano?
–No es nada –Dijo Layla, mirándolo, mientras una lágrima resbalaba por su mejilla –Disculpen, debo de hacer una llamada.
Layla salió inmediatamente de la sala de espera, para después salir también, del hospital. Tomó su celular, sus manos temblaban y apenas podía marcar los números necesarios. Se colocó el celular en su oreja y contestaron la llamada.
– ¡Mamá! Tienes que venir inmediatamente al hospital –Dijo Layla.
–Pero, yo no tengo nada que hacer ahí –Dijo Antonia.
–Mamá, ven, por favor, te necesito –Dijo Layla, su voz temblaba mucho.
–Está bien.
–Te espero afuera, pero ven rápido.
Minutos después, Antonia bajó del taxi y se dirigió hacia Layla. Ella la tomó de la muñeca y la metió hasta la sala. Al entrar, Antonia miró extrañamente a Jack.
–Ella es mi mamá –Dijo Layla mirando a Eleanor y a sus “hermanos” – Mamá, ella es Eleanor, Tom y… Jack.
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Positive vibe...
Teen FictionLayla, una chica de dieciséis años, sufrió de una enfermedad. Al poco tiempo, esta regresa, pero no le desgarra la esperanza y felicidad que ella siente de salir adelante. Siempre sintió el desprecio de su papá, gracias a su abandono y este vuelve...