Capitulo 34 - "Perdóname"

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Al día siguiente…

Layla despertó gracias a que había recibido una llamada. Ya eran las doce de la tarde, se había despertado tarde ya que la noche anterior se había desvelado con Jahir.

-¿Hola? –contestó la llamada.

– ¿Cómo estás? –dijo Antonia al otro lado del teléfono.

–Bien, mamá.

– ¿No te has sentido mal?

–No, me siento perfectamente bien.

– ¿Segura? –Preguntó Antonia – No quiero que me estés mintiendo, solo para quedarte.

–Mamá, estoy muy segura –Contestó Layla – Ahora déjame volver a dormir.

-¡Layla! ¿Te has fijado la hora que es?

–No. –Dijo Layla, para después mirar hacia el pequeño reloj que se encontraba en una mesita – Oh! Ya son las doce.

La chica salió de darse un baño e inmediatamente comenzaron a llamar a la puerta. Layla se dirigió a abrirla, y ahí se encontraba Eleanor. Layla la hiso pasar y la novia de su amigo se sentó en un sillón de la pequeña habitación. Duraron minutos en silencio, hasta que Layla se hiso la valiente y hablo.

– ¿Cómo amaneciste? –Preguntó.

–Bien, gracias ¿y tú? -Layla respondió con lo mismo y Eleanor tomó las llaves que estaban en el sillón – Y disculpa haber llamado a la puerta, pero se me olvidaron las llaves de la habitación –Layla no dijo nada -Layla, vengo a disculparme contigo, sé que esto no consiste en pedir disculpas siempre que me comporte extraña contigo, pero…

–Eleanor, sé que Jahir te obliga a disculparte. La otra vez te escuché, y si en verdad no te quieres disculpar, no hay problema. –Dijo Layla, para después dirigirse al peinador.

–No, esta vez sí vengo por mi cuenta. Sé que tú no tienes la culpa de que la mayoría de las conversaciones mías y de Jahir, se traten sobre ti –Dijo Eleanor – Y sobre la vez anterior, disculpa que hayas escuchado, pero estaba de mal humor, es todo –Layla no contestó, cepillaba su cabello – Por cierto, tu cepillo tiene mucho cabello.

Layla miró inmediatamente su pequeño cepillo, y para su sorpresa, era cierto.

–Ah! El cabello comienza a caerse –Comentó Layla. Miró a Eleanor, y esta la miraba asustada – No tienes que asustarte, ya lo he vivido.

–Ok –Dijo Eleanor – ¿No tienes nada que decir?

–Sí, que yo no busco tener una relación con Jahir, así que puedes estar tranquila –Contestó Layla.

La puerta de la habitación se abrió y apareció Regina. Tomó su traje de baño y se metió al baño sin decir nada.

–Bueno… ¿Quieres ir a la playa? –Preguntó Eleanor.

– ¡No! Espérenme –Dijo Regina desde el cuarto de baño.

–Realmente no la entiendo –Dijo Jahir dándole un trago a su bebida.

– ¿A quién? ¿A Eleanor? –Preguntó Roberto.

–No, a Layla.

– ¿Y eso?

–Ayer me hablaba como si fuera su mejor amigo, a veces como si fuera su novio, otras veces como si fuera un desconocido y ya no la entiendo –Contestó Jahir.

–Ah! Layla es rara.

Jahir no dijo nada, ya que alguien había tapado los ojos del chico, eran dos delicadas y delgadas manos.

– ¿Layla? –Preguntó el chico tratando de adivinar a esa persona.

–No, Eleanor –contestó la chica quitando sus manos, para después sentarse tristemente al lado del chico.

Layla y Regina se sentaron a los costados de Roberto, saludaron al chico sonriéndole.

En la pequeña mesa del restaurante, había dos pastelitos. Jahir tomó de la crema del pastel, con el dedo índice y se la puso en la nariz a Eleanor. Ella sonrió, tomó una servilleta, para después limpiarse la crema, y abrazó a Jahir. Una lágrima resbaló por su mejilla, y cerró los ojos.

– ¿Qué pasa? –Preguntó Jahir susurrándole en el oído a su novia, ya que Layla, Regina y Roberto, hablaban sobre otro tema.

–Nada, solo ando sensible –Contestó Eleanor, también susurrando.

–Sé que no es solo eso –susurró Jahir.

–Cuando hablabas de Layla… yo ya estaba llegando, Layla y Regina se habían atrasado, así que ellas no escucharon nada –Dijo Eleanor.

–Ah! Lo siento.

–Jahir, prefiero que lo nuestro termine –Dijo Eleanor, poniéndose de pie, para después irse.

Jahir la siguió ya con los ojos cristalizados, hasta llegar a la playa, para después abrazarla. Eleanor solo mantuvo sus brazos a los lados, intentó terminar el abrazo, pero al mismo tiempo, Jahir la estaba abrazando más fuerte.

–Jahir… es enserio, quiero terminar lo nuestro –Dijo Eleanor.

–No, no quieres. Tú piensas que tienes que terminarlo.

– ¿Por qué? Porque es la verdad, porque en todo esto están tu y Layla–Dijo Eleanor esforzándose en deshacer el abrazo – Y yo ya no quiero estar en una relación que siempre se va a basar en dos personas, en las cuales no voy yo – Logró deshacer el abrazó, e intentó irse, pero Jahir la tomó del brazo – Jahir, no…

–Perdóname –Dijo el chico en un hilo de voz, Eleanor solo asintió, él la soltó y ella se fue.

Jahir se sentó en la arena, abrazando sus rodillas. En cambio Eleanor, llegaba al hotel y se dirigía a la habitación que compartía con… Layla.

Eran las seis de la tarde, todos los alumnos subían a los autobuses. Layla, Regina y Roberto ya se habían acomodado, y ahora solo esperaban a que todos los demás alumnos subieran a los autobuses, para dirigirse a la prepa.

–Layla, ¡Despierta! Llegamos –Decía Regina una y otra vez.

–Será mejor que la cargue ¿no? –Preguntó Roberto.

Regina asintió y el chico tomó a Layla en sus brazos, para bajarla del autobús.

– ¿Tomamos un taxi? –Preguntó Regina.

–Pues sí, no la llevaremos dormida en un autobús –Dijo Roberto, para después tomar un taxi y dirigirse a la casa de Paula.

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