Capitulo 21 - Ligera.

203 1 0
                                    

Después de haber salido de la prepa, Layla habia decidido acompañar a Regina a su casa. Habían acordado irse caminando, así se tardaran una hora o dos en llegar, a Regina le serviría para despejar su mente, y Layla solo la acompañaría, para que no se sintiera tan sola.

-¿Sabes lo que creo? –Preguntó Regina, mientras iban caminando – Creo que mi papá quiere huir de la realidad, quiere pensar que lo que hace es por mi bien. Y eso es lo que quiero hacer para que pague, quiero que se de cuenta de que lo que esta haciendo, esta mal, pero se lo haré pagar de la peor manera.

-¿Cómo? –Preguntó Layla confundida.

-Ya lo verás, conforme pase el tiempo.

Llevaban al menos, una hora con cuarenta minutos caminando, cuando al fin llegaron. Entraron a la casa y ahí estaba Pablo.

-Papá ¿Recuerdas a Layla?

-Sí –contestó el señor, sin ponerles atención, ya que estaba viendo la televisión.

Las dos subieron al cuarto de Regina. Y hablaban sobre la noche pasada, Regina trataba de evitar que las lágrimas salieran, pero era totalmente imposible, ya que comenzaban a resbalar lentamente, por sus mejillas.

-¿Te parece si ya no hablamos de esto? –Preguntó Layla, observándola.

Regina solamente asintió, se acostó en su cama, y Layla la tapó con la sabana que estaba ahí.

-Regina, no pienso dejarte sola, presiento que tu papá hará algo –Dijo Layla.

-Por favor, no te vallas.

-¿Y si me quedo aquí a dormir? –Preguntó Layla – digo, no te dejaría sola y tu papá no te haría daño en frente de mi.

-Me parece buena idea –contestó Regina – vamos a tu casa por ropa, así de aquí te vas a la prepa mañana.

-Ok. –bajaron al segundo piso.

-Papá, voy a ir a casa de Layla –Avisó Regina.

-Haz lo que quieras, desaparecete si quieres –Dijo Pablo.

-¿Eso es lo que quieres? –Preguntó Regina – Layla, esta noche me quedaré en tu casa. Esperame aquí, voy por ropa.

Layla se sentó en uno de los sillones.

-Estas siendo una mala influencia para mi hija –Dijo Pablo sin dejar de observar la televisión -¿sabías?

-¡Vaya! La mala influencia es la persona que trata de ayudarla, y la buena, supongo que para usted, es golpear para corregir –Dijo Layla -¿Cierto? O ¿Me equivoco?

-No debiste de decir eso –Dijo Pablo - ¿Qué acaso no te doy miedo?

-No, fijese que no me da miedo. ¿Sabe que me da? –Preguntó Layla, pero no dejo que Pablo contestara – Me da vergüenza, lastima, risa, creo que no acabaría.

-Espero que te lleves a Regina, por un largo tiempo –Dijo Pablo - ¿No querrás que me descargué en ella?

-No, no lo quiero, y si usted me lo permite, alegaría a Regina, para siempre de usted –Dijo Layla.

-Por mi, puedes llevartela.

Layla se puso de pie y subió al segundo piso.

-Regina, puedes empacar para irte para siempre de aquí –Dijo Layla, Regina sonrió al escuchar eso.

-¿De que hablas? –Preguntó riendose.

-De que te irás comigo, para siempre –Dijo Layla haciendo enfasis en las ultimas dos palabras.

-Jaja, ¡No em digas! Y Pablo aceptó encantado –Dijo Regina irónicamente.

-Sí, vamonos, antes de que se arrepienta.

-Ok –Regina hizo las maletas rápidamente.

Salieron de la casa, y tomaron un autobus, para llegar más rápido.

-¿Qué crees que diga Paula? –Preguntó Regina.

-No lo sé, aceptará –Dijo Layla.

Entraron a la casa y ahí estaba Paula.

-Regina, subete a mi cuarto –Dijo Layla – Paula, ¿Podemos hablar?

-Sí. –contestó su abuela.

-¿Se puede quedar aquí Regina? –Preguntó Layla – Esque, su papá, le hace daño.

-Sí esta bien, que se acomode en tu cuarto –Dijo Paula.

-Ok, y gracias –Dijo Layla, para depsués subir corriendo y dirigirse a su cuarto –Aceptó.

-No sabes cuan aliviada me siento –Dijo Regina suspirando.

-Me imagino –Dijo Layla, ayudándola a desempacar – Dormirás en mi cama.

-¿Y tu donde dormirás? –Preguntó Regina –Podemos dormir las dos juntas.

-Ok.

-Me siento ligera –Dijo Regina – como si todo ubiera acabado.

-Creo, que acabo –Dijo Layla.

Antonia llegó y Layla le contó lo sucedido. Antonia estaba completamente sorprendida, Regina había decidido contarle todo, pasaron el resto de la tarde hablando sobre el tema.

-¡Por cierto! Layla, una compañera del trabajo, me propuso que las dos compraramos una casa, con los puntos que acumulamos en el trabajo, ella tiene un hijo y tendríamos que adaptarnos a ellos, hoy, buscamos una casa, y ya la encontramos, fuimos a hacer el tramite, para comprarla–Dijo Antonia – En tres meses nos podremos mudar.

-¡Genial! –Dijo Layla con un tono de alivio.

Positive vibe...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora