Llegaron al lago, pudieron observar el cuerpo de Layla en la orilla del lago. Se encontraba mojado, frío y blanco, a excepción de sus labios morados y del contorno de sus ojos, que estaba en un tono obscuro.
Jahir se acercó rápido para después checar el pulso de Layla.
–Tiene pulso, pero no respira –Dijo.
–Dale respiración de boca a boca –Exclamó Dagna preocupada. Jahir obedeció. Layla comenzó a respirar, pero no despertaba.
–Alguien la acaba de sacar del lago –Dijo Miguel –Pero es imposible que siga con vida, su cabeza está sangrando.
–Y lo pálido del cuerpo indica que tiene mucho tiempo en el lago –Repuso Regina–. ¿Pero porque se metió? Hace mucho frío. ¿Qué le habrá pasado por la cabeza? –Dagna solo lloraba y observaba a su amiga – ¡Está loca!
Perdían más el tiempo. Jahir llamó a la ambulancia, Roberto cargó a Layla y salieron del bosque.
– ¿Quién la habrá sacado del lago? –Preguntó Miguel
Jahir lo miró, para después volver a entrar al bosque. Miguel lo siguió. Llegó hacia donde quería llegar. Los dos hombres fuertes y sucios estaban sentados alrededor de una fogata. Uno de ellos estaba mojado y tenía un gorro invernal, parecido al de Layla, en la mano derecha. Al ver a Jahir, extendió su mano entregándole el gorro negro. Jahir lo tomó.
–Gracias –Dijo. El hombre asintió –. ¿Cómo la encontró?
–El barro de la orilla del lago, indicaba que alguien había caído y ese gorro flotaba en medio –contestó el hombre – me metí, el agua era muy fría. No veía a nadie. Mi amigo alumbraba con una linterna al lago. –Explicaba –. Me sumergí y la vi. Estaba abajo, se había ahogado. El agua que estaba alrededor de ella, estaba más obscura., nadé hacia ella, y me di cuenta que era sangre. La tomé y saqué del lago. Tomé su gorro y olvidé dejarlo junto a ella. Pensé que ya estaba muerta.
–Muchas gracias –Dijo Jahir–. No ha muerto, la ha salvado. Ella te lo agradecerá de por vida.
Salieron del bosque, la ambulancia ya se había llevado a Layla y a los demás. Ellos dos no tuvieron más remedio que irse en taxi.
[Doce del medio día]
Dos doctores aparecieron. Todos se pusieron de pie y esperaron noticias.
–Pudimos cerrar la herida de la cabeza. La operación se complicó a causa de su debilidad. –Comenzó a decir –. La enfermedad se está complicando. Para eso traigo al doctor que está llevando su tratamiento.
–Layla necesita quimioterapia. Es riesgoso por la herida, si no la aplicamos, tendremos que hacerle un trasplante de médula ósea. –Dijo el doctor –. Pero después tendríamos que seguir con las quimioterapias. Estas dañarían la médula. Sería lo mismo e igual de riesgoso. Para esa decisión, necesito a sus padres.
–Están en Alemania –Dijo Dagna.
– ¿Otra persona encargada?
–Paula, su abuela –Dijo Regina –Iré por ella.
Regina, acompañada por Roberto, salió inmediatamente hasta la casa de Paula.
Llegaron, tocaron el timbre y esperaron.
– ¡Chicos! ¡Qué sorpresa! –Paula los recibió contenta – Pasen.
–No, usted nos va a tener que acompañar –Dijo Roberto –. Layla está en el hospital.
– ¿Y Antonia? –Preguntó Paula preocupada.
–En Alemania –Agregó Regina.
– ¡Vamos! –Salieron disparados al hospital.
Paula entró a la oficina del doctor. Este estaba muy serio, lo que ponía nerviosa a la abuela.
–Siéntese –indicó el Doctor. Paula hiso caso –. El caso es grave.
–Hable.
–No quise hablarles a los chicos de la verdadera situación, por eso solicité que usted viniera –Dijo el Doctor.
–Vaya al grano –Paula estaba realmente preocupada.
–La chica tuvo una cita hace cuatro días, para checar su salud y dependiendo de cómo estuviera, podríamos decidir si le aplicábamos quimioterapia o no. La chica no asistió. Necesita quimioterapia, pero no la podemos aplicar, ya que tiene una herida en la cabeza, por eso está muy débil. Si le ponemos la quimioterapia… morirá. Si no la aplicamos, tendríamos que ponerle medula ósea, es también grave y arriesgado. Pero hay una posibilidad de que sobreviva –Antonia se vio aliviada –. Es de veinte por ciento –Volvió a su situación de preocupación –.Si sobrevive, tendríamos que ponerle quimioterapia, volvemos a lo arriesgado, la quimioterapia por lo general, daña la médula ósea, eso generaría una cadena. Layla, de todos modos moriría.
–si no le hacen el trasplante, y no le ponen la quimioterapia. Podemos esperar a que este fuerte ¿Cierto? –El doctor negó con la cabeza.
–Una de las causas por la que Layla está débil y tardará en despertar, es porque no le ponemos la quimioterapia. Si no le ponemos nada, morirá. Y si no muere, estará siempre en esa cama.
– ¿Quiere mi decisión?
–Sí.
–No sé qué decisión tomar.
–Y yo no sé qué recomendarle.
–Llamaré a sus amigos.
Paula salió de la oficina, se quitó las lágrimas y fue a la sala de espera.
–Roberto, Regina y Jahir, vengan –Dijo al llegar –Ustedes son los mejores amigos de Layla ¿Verdad?
–Y Dagna –Dijo Regina. Llamaron a la chica, para después ir a la oficina del doctor.
Este les explicó todo. Los ojos de los amigos de Layla estaban cristalizados. Regina tapó su cara con sus manos y susurró “No lo puedo creer”.
–Ayúdenme a tomar una decisión –Dijo Paula casi rogándoles.
Antonia tardaría una semana en regresar.
Los chicos permanecían callados, la vida de su amiga dependía de ellos.
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Positive vibe...
Teen FictionLayla, una chica de dieciséis años, sufrió de una enfermedad. Al poco tiempo, esta regresa, pero no le desgarra la esperanza y felicidad que ella siente de salir adelante. Siempre sintió el desprecio de su papá, gracias a su abandono y este vuelve...