Layla salió de esa casa. Caminó por la acera, hasta ver un taxi vacío, para después subirse. Le indicó la dirección al chofer, y salieron disparados hacia allá. Ella repasaba una y otra vez ese mensaje de texto, que había recibido mientras platicaba con Jahir y con Catalina. Este decía:
“Jorge me pidió que te avisara que está en el hospital -Will”. Will era aquel chico que se notaba nervioso en el baile, en el cuál, Jorge y Jahir habían peleado. Él era el único de los amigos de Jahir que llevaba una buena relación con Jorge, ya que anteriormente habían sido compañeros. Will había sido uno de los muchos que antes molestaba a Layla, Regina y Roberto, esa era la razón de su nerviosismo. Sin embargo, Layla sabía muy bien lo arrepentido que Will estaba de lo que había hecho, y al igual que a Jorge, lo había perdonado.
– ¿Qué pasó? –Preguntó Layla al entrar a la sala de espera.
–Según se peleó con un preso y lo trasladaron hacia acá –Contestó Will.
Una señora de cabello rojizo estaba sentada en uno de los sillones, se notaba nerviosa y triste. Layla la miró desconcertada y esta se puso de pie.
–Lo siento, no me he presentado –Dijo –. Soy Ginna, la mamá de Jorge.
–Mucho gusto –Dijo Layla estrechándole la mano que la señora había extendido.
–Jorge me dijo por lo que lo arrestaron –Layla miró hacia el piso. Ginna prosiguió –. El está arrepentido por lo que le hiso a esa chica y a Jahir.
–Sí, pero con un arrepentimiento no lo arregla todo –Dijo Layla sentándose en uno de los sillones. Will las observaba –. Tiene que pagar por lo que hiso. Catalina se veía muy dañada, además su cara está llena de moretones. No entiendo cómo fue capaz de hacerle eso.
–Bueno, mi hijo es muy agresivo y no se controla.
–Pues necesita ayuda y si usted no se la brinda, iré yo a demandarlo.
Una enfermera salió del cuarto de hospital en el que estaba Jorge. E indicó que podían pasar a verlo.
–Pasa tú, él quería verte –Dijo Ginna. Layla se puso de pie incómodamente.
Caminó hasta el cuarto arrastrando los pies y entró insegura. Jorge estaba acostado en la cama, y la miraba, sonreía inseguramente. Layla no le devolvió la sonrisa y solo miró hacia otro lado.
–Hola –Dijo Jorge.
– ¿Para qué me querías? –Preguntó Layla cortante y grosera.
–Siéntate –Pidió. Layla lo ignoró y lo miró enojada –. Antes que nada, perdón por el golpe que te di. –Al ver que la chica no decía nada, prosiguió –. Creo que lo que me sucedió hiso que me diera cuenta que todas mis acciones no han sido las correctas, y que si debería de agradecerle a alguien es a ti, porque a pesar de todo, aquí estas. Cualquier persona hubiera ignorado esto y hubiera seguido con su vida, sin embargo aquí estas. –Layla lo siguió mirando enojada –. Sé que con un perdón no te haré olvidar todo lo que pasó. Eso de Catalina me dejó muy arrepentido, y te estoy hablando con la verdad –Se detuvo por si Layla quería decir algo. Al ver que no, miró hacia el piso y prosiguió ahora hablando suavemente –. Si no quieres seguir escuchándome, puedes irte. –Layla se quedó inmóvil, no sabía qué hacer. Dio media vuelta, estaba a punto de salir, cuando Jorge siguió hablando – Está bien si quieres irte.
Layla lo miró, para después asentir y salir inmediatamente de ese cuarto, apenada. Tomó un taxi, para después dirigirse hacia el lugar que mas la relajaba, el bosque.
Se adentró corriendo. Tropezó con una rama y cayó, cuando casi llegaba al lago.
– ¿Estás bien? –Preguntó Jahir intentando levantarla. Layla asintió y se puso de pie –. ¿Qué haces aquí?
–Nada –Contestó Layla en un hilo de voz.
– ¿Qué pasa?
–Es Jorge.
– ¿Qué hizo?
–Me pidió perdón. Dijo que estaba arrepentido y… lo vi muy sincero –Dijo Layla –. Está en el hospital.
– ¿Y eso? ¿Qué le pasó?
–Peleó con un preso y le encajaron una navaja, al menos eso fue lo que entendí –Explicó –. ¡Me pidió perdón! –repitió.
– ¿Y qué piensas hacer? –Preguntó Jahir mientras se sentaban en la orilla del lago.
–No lo sé –contestó Layla. Una lágrima resbaló por su mejilla.
– ¿Y ahora porque lloras?
–No lo sé.
– ¿No sabes nada? –Layla negó con la cabeza –. ¿Quieres una pizza?
–Sí.
–Ah! Sí, y no sabes nada.
–Quiero ver a mi hija –Exigió –. ¡Quiero verla! ¿Dónde está mi pequeña?
–Señor, cálmese –Dijo el doctor viendo como se alteraba Ernest.
– ¡No! Ella tiene tres años, tiene leucemia ¿No lo entiende? ¿No se lo he estado repitiendo? –Preguntaba Ernest –. ¡La quiero ver!
–Me veré obligado a inyectarle un calmante –Amenazó el doctor.
– ¿Cómo estará Ernest? –Preguntó Layla mientras comían pizza en la sala de estar de la casa de Jahir –. ¿Ya habrá recordado algo?
Jahir se encogió de hombros.
Días después…
–Oh! Mi pobre hija. ¿Cómo le pude haber hecho tanto daño?
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Positive vibe...
Teen FictionLayla, una chica de dieciséis años, sufrió de una enfermedad. Al poco tiempo, esta regresa, pero no le desgarra la esperanza y felicidad que ella siente de salir adelante. Siempre sintió el desprecio de su papá, gracias a su abandono y este vuelve...