Una vez que tomaron la decisión, salieron de la oficina del Doctor. Dagna salió a Alemania.
Días después…
– ¿No preparará maletas? –Preguntó Dagna.
–No hay tiempo –Dijo Antonia, salieron al aeropuerto – Mi hija me necesita.
Abordaron el avión. Antonia temblaba, tenía miedo que cuando llegara fuera demasiado tarde y su hijo que estuviera muerta. Por otro lado, Dagna pensaba en la decisión que habían tomado. ¿Habrá sido la correcta?
–Señora, quiero decirle que pase lo que pase –Dijo Dagna – Yo voy a estar apoyándola. Piense en que nunca es demasiado tarde, llegaremos y Layla estará con vida.
Un par lágrimas resbalaron por las mejillas de Antonia, miró a Dagna y esta esbozó una sonrisa tranquilizadora.
–Es mi culpa –Dijo Antonia –No debí de haberme alejado de ella.
–Señora, usted está pasando por muchas cosas y trata de solucionarlas, por eso se alejó de Layla –Dijo Dagna, sus ojos se cristalizaron y su voz comenzó a temblar –. Ahora, solo hay que pensar, en que si la decisión fue la correcta, Layla se salvará y confiemos en que haya sido la correcta.
Antonia asintió. Un par de lágrimas salían bruscamente por las lágrimas de Dagna.
« ¿Y si la decisión correcta no era esa? » Se preguntó.
Al día siguiente…
El taxi se detuvo en frente del hospital. Antonia y Dagna bajaron torpemente del taxi, a causa de los nervios. Antonia le pagó al chofer y se metieron al hospital. Caminaban inseguras por los pasillos del hospital, la casa de Dagna no movía ni si quiera un músculo. Entraron a la sala de espera. Esta vez ya no se encontraba Miguel. Todos lucían atuendos diferentes. Unos con la mirada perdida, esperaban noticias sobre Layla, a excepción de Jahir, que sus ojos no dejaban de expulsar lágrimas. Paula al ver a Antonia, se puso de pie.
–Pasa inmediatamente a la sala de cirugías tres, ahí está la bata y todo lo necesario –Dijo.
Jahir se puso de pie y le dio un abrazo a Antonia. Ella susurró “Todo va a estar bien”. Jahir asintió y volvió al sillón, para que después su mirada se perdiera. Antonia se fue y todos la miraron irse.
Llegó a la sala de operaciones, caminó hasta que vio el número tres en una puerta. Entró, un doctor le dio la bata y Antonia se fue rápida a ponérsela, para después volver y acostarse en la cama en la que la operarían. Giró su cabeza hacia la derecha y observó que a un metro de distancia, se encontraba otra camilla.
Minutos después, la puerta de la sala se abrió y entraron otros doctores. Ellos traían una cama, que se movía con facilidad, ya que abajo tenía unas pequeñas llantas. Layla iba acostada en esa cama. La cambiaron a la que estaba al lado de Antonia. Esta miró a su hija y unas lágrimas salieron de sus ojos lentamente. Los doctores le aplicaron la anestesia, para que unos minutos después, Antonia se encontrara inconsciente.
–Damos la operación por terminada –Dijo el Doctor seriamente.
Los demás doctores y enfermeras, se retiraron muy callados, para después también retirar a Antonia y a Layla.
El doctor entró a la sala de espera. Todos se pusieron de pie. Jahir salió inmediatamente de la sala, no quería escuchar la respuesta.
– ¿Qué pasó? –Preguntó Paula.
–Sigue con vida –Dijo el doctor, todos sonrieron de alivio –Pero, habrá que esperar, no damos por seguro que los resultados hayan sido positivos.
El doctor se retiró. Regina salió de la sala de espera y vio a Jahir ahí, parado, a unos metros de la entrada a la sala.
–No murió –Dijo acercándose al chico.
Jahir corrió y la abrazó. Cerró los ojos fuertemente y las lágrimas comenzaron a salir agresivamente por los ojos de los dos.
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Positive vibe...
Novela JuvenilLayla, una chica de dieciséis años, sufrió de una enfermedad. Al poco tiempo, esta regresa, pero no le desgarra la esperanza y felicidad que ella siente de salir adelante. Siempre sintió el desprecio de su papá, gracias a su abandono y este vuelve...