Apenas alcanzaron a llegar a la preparatoria para tomar el autobús. Layla apuraba a su amiga, mientras doblaban la esquina, se dieron cuenta que el autobús avanzaba, cuando a Regina se le ocurrió comenzar a gritar.
-¡Esperen! ¡Esperen! -Gritaba.
El chófer del autobús escuchó los gritos, y lo detuvo rápidamente. Se asomó por la ventanilla.
-Rápido, corran -Gritó.
Ellas hicieron caso, y subieron al autobús. Se dirigieron hacia Roberto, el se encontraba muy nervioso.
-Creí que no venían -Dijo en justificación de su nerviosismo.
-Ya, es solo que estábamos viendo unos recuerdos de Layla -Dijo Regina.
Tomaron los asientos que estaban al lado de él, y pasaron las cuatro horas del viaje platicando.
-Bueno, chicos, llegamos -Dijo el chófer poniéndose de pie - Vayan al hotel, les darán la ficha de la habitación y dejan sus cosas.
Todos obedecieron, bajaron y se dirigieron al hotel en el cual el chófer los había dejado.
-Les asigné compañeros de cuarto -Decía el director - no habrá cambios ¿ok?
Todos los alumnos asintieron. El director comenzó a darles la tarjeta del cuarto. Por suerte a Regina y a Layla les había tocado juntas. Pero... el cuarto era para tres personas.
Se dirigieron a la habitación a dejar sus cosas, cuando la persona menos esperada entró por la puerta de la habitación.
-¿Eleanor? -Preguntó Layla al ver a la chica entrar.
-Sí, ¡Que sorpresa! -Dijo Eleanor dejando sus cosas.
Se pusieron sus trajes de baño y salieron a pasear a la playa.
-¡Pero qué delgada estás! -Le dijo Eleanor a Layla.
-Te recuerdo que tengo leucemia -dijo Layla.
-Ah! si, lo siento.
Ya eran las once de la noche, el director rondaba por la playa, indicándoles a los alumnos que se dirigieran al comedor principal del hotel, ya que apenas, se serviría la cena.
Ya se encontraban sentados en las pequeñas mesitas, la cena era cóctel de camarón y de postre comerían pastel de calabaza.
-¡Vaya cena! -dijo Layla, mientras la cocinera servía en los platos de vidrio, muy finos, se podría decir.
-¿Hay algún problema señorita? -Preguntó el director, ya que pasaba por ahí.
-No, no pasa nada -contestó Layla, un poco asustada.
El director se retiró, sin no antes haber negado con la cabeza.
-¡Espera! -Dijo Regina sorprendida.
-¿Qué pasa? -Preguntó Roberto asustado.
-Mira quien está ahí.
-¿Quien? -Preguntó Layla, mirando para todos lados, de manera exagerada.
-Luis -Dijo Regina.
-¿Tu amigo? ¿El que nos acompaño en el tren, el día que fuimos a tu rancho? -Preguntó Layla.
-Sí, el mismo -contestó Regina - ¿Que hace aquí?
-No lo sé -contestó Roberto - ¿Estudiará en esa preparatoria?
-No lo creo -Dijo Regina todavía observando al chico, que se había percatado de las miradas de los tres amigos.
-¿Por qué no vas con él y se lo preguntas? -Preguntó Layla, probando la cena.
-Está bien -Dijo Regina.
Apenas se ponía de pie, cuando el director...
-Eh! Usted, señorita, no se levante -Dijo - es de mala educación, todavía no terminamos la cena.
-¿Qué? -susurró Regina, para después sentarse ruborizada.
-¿Enserio? Yo no sabía que era de mala educación -susurró Layla, mientras rechazaba la cena y comenzaba con el postre.
-Ni yo, ¿eso significa que he sido mal educado con mi papá todo este tiempo? -Preguntó Roberto.
-Creo que sí -susurró Layla.
Al fin había concluido la cena, Regina y Layla se dirigieron a su habitación, en la cual Eleanor ya se encontraba.
-¿Como les fue en la cena? -Preguntó la chica.
-Yo creo que a mi bien -Dijo Regina.
-Yo tambi... -comenzaba a decir Layla, pero las ganas de vomitar se lo impidieron, ya que se había comido su postre y el de sus amigos.
-¿Que tanto comiste? -Preguntó Eleanor asombrada.
-Será mejor "¿Que no comió?" -Bromeó Regina - Se acabó su postre, el de Roberto y el mio.
-No lo puedo creer -Dijo Eleanor.
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Positive vibe...
Teen FictionLayla, una chica de dieciséis años, sufrió de una enfermedad. Al poco tiempo, esta regresa, pero no le desgarra la esperanza y felicidad que ella siente de salir adelante. Siempre sintió el desprecio de su papá, gracias a su abandono y este vuelve...