Abrió la puerta y se encontró con su madre sentada en un sillón de la sala de estar. Sus maletas acompañaban a las de Jahir. El chico caminó hacia Helena y le dio un abrazo.
– ¿Cómo has estado? –Le preguntó su madre –- ¿Qué significan esas maletas?
–Viaje hacia Alemania.
–Bueno después lo hablamos –Dijo Helena –. Vine por unas semanas, para después regresarme… te irás conmigo.
–Ya te dije que no –Dijo Jahir. Catalina se incomodo.
–Jahir, piénsalo bien, es Inglaterra, mucha gente quiere viajar hacia allá y no tiene la opor…
– ¡Pero yo no! –Aclaró Jahir –. ¡No me iré! ¡Es mi última palabra!
–Jahir, no tienes de otra. Es necesario que venda esta casa –Dijo Helena.
–Toma todo el dinero que me diste, no lo necesito –Dijo Jahir.
–Es mucho más la cantidad que necesito –Dijo Helena.
Jahir suspiró molesto, para después salir en compañía de Catalina.
–Respecto a eso… no sé como decírtelo.
– ¿Qué? –Preguntó Eleanor –. Solo dime como está.
–Muerto –Dijo Layla. Eleanor la miró desconcertada. Layla cerró los ojos fuertemente y apretó la mandíbula, mientras se daba cuenta lo dura que había sido al decírselo de esa forma.
– ¿Qué dices?
–Sí, Eleanor… Ernest ha muerto –Aclaró Layla –. El ha muerto.
–Pero, ¿Cómo… –Cubrió sus ojos con sus manos, comenzó a llorar y Layla sin dudarlo, la abrazó.
Permanecieron paradas en la acera, hasta que Eleanor le hiso la pregunta que Layla menos esperaba.
– ¿Cómo murió? –Preguntó, mientras deshacía el abrazo.
–Quemado –Layla decidió vacilar.
– ¿Qué? ¿Pero que no se supone que ese hospital es de máxima seguridad?
–Sí. Ernest había escapado.
–Entonces, ¿Dónde murió?
–En un elevador de un centro comercial.
–Pero… háblame claro.
Layla no tuvo más remedio que hablarle de lo sucedido.
– ¡No digas más! –Gritó Eleanor –. ¿Cómo pudo haber hecho eso?
–Estaba… loco.
–Pero, tu mamá…
–Mi mamá hiso lo que cualquier madre haría.
–Pero, mató a mi padre.
–Lina hubiera hecho lo mismo.
–¡Ernest nunca nos hubiera hecho eso a nosotros!
–Sí, claro. A nosotros nunca nos quiso y ¿Sabes? Eso no es algo que deba lamentar. Yo no quisiera tener el cariño de un psicópata.
Eleanor dio la vuelta y se fue sin decir algo más. Layla se quedó observándola, suspiró molesta y después volvió a casa de Paula.
Caminaba enojado, Catalina ya lo había dejado solo. Vio a una persona conocida que cruzaba la calle. Se acercó y se percató de que era Layla. La chica lloraba furiosa.
–Hola –Dijeron al unisono.
Los dos lucían enojados e incapaces de soportar algo más. Caminaron al mismo paso y en un silencio incomodo, hasta que Jahir se molestó en romperlo.
– ¿Qué pasa?
–Le acabo de decir a Eleanor lo sucedido – contestó Layla desanimada y secándose las lágrimas del rostro –. Y a ti ¿Qué te pasa?
–Mi madre quiere que me vaya a Inglaterra con ella.
Los ojos de Layla se abrieron como platos.
–Solo eso me faltaba.
– ¿Qué?
–Que tú también me hagas falta.
–Espera, nunca dije que me iría –aclaró Jahir.
–Pero…
–Pero nada. Yo ya le aclaré que no me iré y así lo haré.
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Positive vibe...
Teen FictionLayla, una chica de dieciséis años, sufrió de una enfermedad. Al poco tiempo, esta regresa, pero no le desgarra la esperanza y felicidad que ella siente de salir adelante. Siempre sintió el desprecio de su papá, gracias a su abandono y este vuelve...