Capitulo 48 - El comienzo.

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El taxi se detuvo afuera del hospital y Antonia bajó torpemente de este, gracias a los nervios. Entró y se dirigió inmediatamente con la recepcionista.

–Señorita, permítame hablar con el Doctor de mayor rango, de este hospital –exigió.

–Soy yo –Dijo una voz masculina atrás de Antonia. Esta giró –. ¡Señorita Antonia! ¡Qué sorpresa! ¿Cómo sigue Layla?

–No vengo a hablar de ella –Dijo Antonia seriamente.

– ¿Algún problema? –Antonia asintió –. Vamos a hablarlo en mi oficina.

Llegaron y Antonia tomó asiento al igual que el Doctor.

–Dígame.

–Hace trece años, vine aquí, sangrando ya que había tenido un problema con mi embarazo, me había golpeado fuertemente en el estomago –Dijo Antonia–. Me llevaron a emergencias y una vez terminado el parto, me dijeron que había perdido a mi bebé y…

–No, no lo perdió –Interrumpió el doctor.

–Pero yo tengo el acta de nacido muerto.

–Yo, personalmente, hice ese parto y lo recuerdo muy bien, gracias a que meses después, volvió con su hija Layla, y yo fui, también, el que llevó a cabo su tratamiento. Además de que fue un milagro que ese bebé haya quedado con vida –Interrumpió el doctor –. ¿Quién le dijo que había perdido al bebé?

–El pediatra… Roo… Roo… –Intentaba recordar – ¡Roosevelt!

–Vamos a ver los expedientes –Dijo el doctor poniéndose de pie –. Sígame.

Antonia obedeció. Tomaron el ascensor y bajaron al sótano del hospital. Este estaba obscuro, pero el doctor encendió las luces. Antonia se sorprendió al ver filas y filas de estantes grandes, con cajones grises. Eran millones.

– ¿Mil novecientos noventa y ocho? –Preguntó el doctor. Antonia asintió y el doctor comenzó a caminar, ella solo lo siguió. Se metieron en una de las últimas filas –. ¿Mes?

–Abril –Contestó Antonia. El doctor caminó más, sin salirse de esa fila. Más bien, parecían pasillos.

– ¿Recuerda el día? –Preguntó el doctor abriendo uno de los cajones.

–Catorce, catorce de abril.

Volvió a cerrar al cajón, tomó una escalera que estaba al final del pasillo y subió para después preguntar:

–¿Walker Winkler… Jack Walker Winkler?

–Si.

Bajó una carpeta color piel y lo abrió.

–Aquí dice que el bebé nació prematuro y que solo hubo un problema, al bebé se le desarrollo nerviosismo, por cualquier cosa se podría nervioso, gracias a que la matriz se inundó de sangre, esta ahogaba al bebé –Dijo el doctor –. Eso fue lo único que le pasó al bebé. Usted llegó con la fuente rota. El bebé estuvo en la incubadora por pocos meses para que el cerebro terminara de desarrollarse. Su papá, Ernest Walker, vino por él.

»Y evidentemente, el pediatra que lo atendió fue Jordan Roosevelt. Él fue quien estuvo a cargo de su bebé, él fue quien llevó a cabo todo el tratamiento. Y él estuvo en su parto. Gracias a la anestesia, usted no pudo escuchar el llanto de su bebé, al nacer. Le practicamos cesárea. Y es todo.

»No existió el acta de nacido muerto. ¿Quién le dio la supuesta acta?

–Roosevelt. –contestó Antonia –. Tenemos que hablar con ese doctor.

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