22-La cruda realidad

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Las manos me empiezan a sudar y no dejo de mover la pierna nerviosa. El camino se me hace eterno, tan solo rezo para que no se enfrenten de nuevo.

–Tranquilízate, ya estamos llegando —me cruzo de brazos impaciente— quizás arreglen sus diferencias. —opina con optimismo.

–Lo dudo —meneo la cabeza— tienen un carácter muy fuerte las dos.

Llegamos y aparca el coche, sin perder tiempo me bajo corriendo. A medida que voy subiendo las escaleras se empiezan a oír los gritos. Me paro enfrente de la puerta y antes de entrar las escucho.

Preferiste creer en un desconocido que en tu propia hija. —hace una pausa— ¿Ves estos tatuajes? —le dice Britt, alzando la voz.

–No me interesa, te empeñas en manchar su nombre. —le responde mi madre tajante.

–¡Ahora me vas a escuchar! ¡Me los hice para tapar las cicatrices que me dejó tu amante! —le grita Britt.
Me quedo mirando a Aiden, está sorprendido al igual que yo.

–Eso es mentira, siempre te trató como una hija. —le contesta mi madre.

–¡Mírame! —estalla con la voz entrecortada— le divertía quemarme con puros después de abusar de mí.

Empiezo atar cabos, los llantos por las noches, las pesadillas. Siempre he vivido en una burbuja de cristal, sin saber lo que pasaba a mí alrededor.

–Eso no puede ser cierto, a Sara nunca le hizo nada. —le replica mi madre abatida.

–Porque en ese momento no le convenía, pero ha vuelto y viene a por ella y para hacerme daño a mí. Yo, por mi parte jamás te perdonaré, eso que te quede claro. Si quieres aunque sea un poco a tu hija, no dejes que se acerque. —le avisa mi hermana.

Mi cabeza es un remolino de dolor y rabia, jamás pensé que llegaría a sentir esto. Sin darme cuenta mis mejillas están empapadas. Aiden, intenta acercarse y niego con la cabeza. De repente se abre la puerta y Britt me mira con los ojos rojos y la cara desencajada. Antes de decirle algo, sale mi madre y al verme se queda sorprendida.

–¿Hola cariño, que tal el examen? —murmura nerviosa.

–Deja de disimular, lo ha escuchado todo —interviene Britt— no podías parar hasta que no lo descubrieras ¿Verdad? —dice mirándome con decepción, meneando la cabeza.
Se da la vuelta y se va dentro.

–Será mejor que entremos —dice mi madre siguiendo los pasos de ella.

–Yo..Me voy —balbucea Aiden— si necesitas algo, llámame.

Asiento y al entrar, noto la tensión en el ambiente. Mi madre está sentada en el sillón y Britt apoyada en la pared.

–¿Por qué nunca me contaste nada? —le reprocho a Britt, con un nudo en la garganta— no te hubiese dejado sola, yo...

–¿Para qué? —me interrumpe con brusquedad— Esto es algo que no te incumbe, tú no tenías el porque saberlo. —añade con frialdad.

–Claro que tenía que saberlo —le respondo con tristeza— llevo toda la vida pensado que te habías ido porque no te importaba.

–Era lo mejor —comenta mirándome desafiante—aunque ahora lo sepas, no quiero que metas las narices en esto.

–¡Cómo me pides eso! —exclamo desesperada— quiero que la persona que te hizo daño vaya a la cárcel.

–¡No! —grita acercándose a mí— Por una puta vez, hazme caso Sara, esta gente es muy peligrosa.

–Hija, tú hermana tiene razón —se levanta y me intenta tocar el pelo, pero me aparto— por favor, deja las cosas así.

–No me digas lo que tengo que hacer —le respondo decepcionada— te has pasado la vida atacando a Britt, cuando tú sabías la verdad y nunca la creíste.

No puedo perdonar que mi madre haya hecho esto. No paro de pensar en todos los años que ha estado sola pasando por todo, sin tener el apoyo de nadie.

Antes de que mi madre me conteste entra Ángel seguido de Daniel.

–Te dije que no vinieras -interviene Ángel— ¿Por qué nunca haces caso? —se acerca, me da un beso y me mira con el ceño fruncido al ver mi cara.

–Menos mal que he venido, ahora ya lo sé todo —le replico a Ángel mirando a mi hermana y a mi madre— Mamá será mejor que te vayas. —Abre y cierra la boca varias veces, pero al final se va sin decir nada.

Verdades Ocultas (Capítulos Cortos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora