23-Número oculto

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POV BRITT

Daniel y Ángel se miran sorprendidos por la manera que Sara ha echado a mi madre y luego su mirada recae en mí. Resoplo incomoda y me voy a la habitación con Daniel siguiéndome. Empiezo a recoger mis cosas.

–Lo sabe ¿Verdad? —comenta cerca de mi— ¿Dónde vas? —añade agarrandome del brazo, al ver que no le contesto.

–¡Joder! —exclamo, soltándome de un tiron— Sí, lo sabe y ahora tengo que largarme, antes que empiece a averiguar más cosas —le digo nerviosa.

Me siento en la cama, con las manos en la cabeza, sintiendo que en cualquier momento me va a explotar.

–Espera Britt, no te precipites, cada vez estás más cerca de Morales. —réplica él de rodillas apartandome los brazos— ¿Te duele? —añade mirándome  a los ojos y luego a los labios.

–No es nada. —le respondo indiferente y me incorporo poniendo distancia— Si nos quedamos, tenemos que buscar un piso.

–Voy a llamar a un colega, ese cabrón nos lo conseguirá en nada —responde de vuelta  sonriendo— luego vengo.

Veo como sale de la habitación y me acuesto, cuando estoy por quedarme dormida, mi teléfono empieza a sonar, al mirar la pantalla veo un número desconocido.
Corto la llamada y a los minutos vuelven a llamar.

–¿Quién cojones eres? Si te cuelgan es por algo. —contesto enfurecida.

–Disculpa, no era mi intención molestar —esa voz me resulta familiar— Soy Jorge Morales ¿Te acuerdas de mí?

Lo que me faltaba para rematar, que este gilipollas me llame. Parece que se hayan puesto todos de acuerdo para joderme el día

–Hola Jorge, sí te recuerdo —le respondo suavizando el tono— tú dirás.

–Le pedí tu número a Jay, espero que no te incomode.— hace una pausa— El sábado hay una carrera. ¿Quieres correr para mí? Hay mucho dinero.

–Dime el lugar y la hora —le replico sin pensar— allí estaré.

–¡Perfecto! sabía que no me fallarías —exclama efusivo— te mandaré los detalles por mensaje, nos vemos.
Me despido y cuelgo el teléfono.

Cierro los ojos para ver si se me pasa un poco el dolor, hasta que al final el sueño me vence. De repente noto como me mueven, al abrirlos, veo a Sara.

–Perdona por despertarte, pero no has comido nada. —dice ella intentando sonreir— hay hamburguesa para cenar.

–¿Cenar? —le murmuro desconcertada— no tengo mucha hambre —levanto la cabeza y la veo con una bandeja en las manos.

Al ver su cara, me doy cuenta que aún tiene los ojos hinchados, no soporto verla así. Sin decirle nada me pongo a comer en silencio y se sienta a mi lado pensativa.

–No vamos hablar del tema —le informo, viendo sus intenciones—será mejor que te olvides todo, no me obligues a irme de tu vida.

–Entiendo que me quieras proteger, pero yo ya no soy una niña. —hace una pausa— Tan sólo quiero que confíes en mí y no te vayas. —comenta, apartándose el pelo detrás de la oreja.

–Si te digo las cosas es por algo —le respondo intentando suavizar mi voz— sé muy bien lo que hago, quédate tranquila y cuando todo se solucione te contare lo que quieras.

–Está bien. —suspira resignada— haré lo que me pides.

Le doy un abrazo y siento su cuerpo temblar.

–¡Ey! No llores lagartija, deja de comerte el coco. —Le susurro levantándole la barbilla y secandole la cara con la mano— No tienes de que preocuparte.

–Britt, ya tenemos... —dice Daniel entrando en la habitación, se queda callado cuando nos ve.

–¿Qué tenéis? —pregunta Sara separándose— no te calles por favor. —le ruega con la voz ronca.

Él hace un gesto con la cabeza, para saber si continuar hablando y asiento.

–He encontrado un piso para irnos Britt y yo —le responde a mi hermana.

–No hace falta que os vayáis, os podéis quedar aquí —replica nerviosa— hay espacio de sobra.

–Tú y Ángel tenéis que tener intimidad —le digo lo primero que me pasa por la cabeza— es mejor que te vayas a dormir, ya has tenido demasiadas emociones por hoy.

Se acerca, me da un beso en la mejilla. Me quedo observándola mientras se marcha con la cabeza agachada. Prefiero que me maten a puñetazos que verla triste. Aunque me tenga que alejar un poco por su bien, no voy a permitir que nadie la aparte de mí.

–Britt, tenemos que hablar —dice Daniel, sacándome de mis pensamientos— muy seriamente.

Verdades Ocultas (Capítulos Cortos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora