103- Última Noche

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Niego con la cabeza y me doy la vuelta para marcharme y evitar una discusión. Con el carácter tan explosivo que tiene no va a entender por mucho que intente explicarle y si a eso le sumas que yo me explico como un libro cerrado, pues no llegaríamos a ningún lado. Soy consciente de que he cambiado y mucho, ya que evito explotar por cualquier tontería y menos en estos momentos, donde tengo los nervios a flor de piel. No doy ni dos pasos cuando el se pone frente a mi con los brazos cruzados cortándome el paso.

-No hemos terminado. -brama con severidad- ¡Contesta a mi maldita pregunta!

Al gritarme de esa manera, lo único que consigue es despertar la furia que llevo intentando controlar desde hace tiempo.

-¿No te das cuenta de que me saturas? Tengo la cabeza hecha un puto lío entre tu y él ¡Gilipollas! -exploto dejando salir todo lo que tengo dentro- Parece que no os queréis dar cuenta de que yo no se si saldré viva de todo esto, así no te hagas ideas erróneas en la cabeza sobre un futuro, porque no se si lo tendré.

Lo empujo hacia un lado y es cuando veo a Aiden mirándonos apoyado en un árbol. ¿Desde cuando está ahí? Paso por su lado y asiente con la cabeza, dándome a entender que lo ha escuchado todo. Sin decir nada me encamino hasta llegar a casa de Laura, con ganas de llamar a mis hermanos y a los demás, al no saber de ellos durante varios días. Hemos acordado mantener en secreto lo de mi secuestro para que no se preocupen.
Me paso media hora al teléfono escuchando a Sara, contándome todo lo que han estado haciendo hasta ahora y que Kevin ya está dando sus primeros pasos, gracias a los ejercicios que le dan todos los días. Me saca una sonrisa ante la noticia y aunque parlotea como una cacatúa me encanta. Reconozco que antes me molestaba, pero ahora podría pasarme horas y horas, escuchándola sin cansarme. Cuelgo y me siento mucho mejor al saber que les está yendo muy bien y sobretodo me alegra, nada más de pensar que si vuelvo a verle, quizás ya esté caminando.

Desde ese día ha pasado ya una semana en la que Daniel y Aiden, al parecer entendieron a la perfección mis palabras, porque desde entonces me han dejado mi espacio y yo he podido tomarme unos días para poner en orden mis sentimientos, respecto a ellos dos. Mañana es la fiesta de Morales y ya lo tenemos todo coordinado con Jack y el padre de Aiden, a espaldas de los demás incluido mi padre, ya que intentarían evitarlo y es algo que no estoy dispuesta a que suceda.
Por la noche doy vueltas en la cama sin poder pegar ojo, porque aunque sé que no estaré sola, no puedo evitar sentirme nerviosa por si algo se tuerce y finalmente él se sale con la suya una vez más. Harta de no poder dormir, me levanto y me pongo el chándal para ir a correr un poco.

"Flashback"

Aunque ya puedo hablar, según el médico mis cuerdas vocales siguen un poco inflamadas y no debo forzarlas mucho. Así que como cada día, me siento en una roca para contemplar el agua y relajarme, quedándome hasta altas horas de la noche.

-Necesitamos hablar contigo. -habla Jack, caminando en mi dirección junto al padre de Aiden- Tenemos un plan, pero es arriesgado y para que funcione tendrás que ser el cebo.

-Ni mi hijo ni tu padre saben de esto y es preferible que siga así. -prosigue el padre del niñato, sentándose a mi lado- Está en tus manos y respetaremos tu decisión, si no quieres, pero sabes de sobra que no hay más opciones.

-Contad conmigo, pero quiero que me deis vuestra palabra de que si me pasa algo, cuidareis de mi familia. -les respondo sin mirarles- Es lo único que me importa.

"Fin del flashback"

Absorta en mis pensamientos, sigo corriendo hasta que decido volver y pararme de nuevo en el río, para descansar un poco. Apoyo la cabeza en mis piernas observando el reflejo de la luna en el agua y me permito cerrar los ojos unos segundos.

-Pensé que hoy no ibas a venir. -la voz de Aiden me sobresalta.

Le hago un gesto con la mano para que se vaya, sin embargo oigo sus pasos y su fragancia me llega a mis fosas nasales. Abro los ojos y le veo agachado delante de mi mirándome fijamente con seriedad.

-No lo hagas. -me ruega agarrándome de la mano- Conozco a mi padre y a ti lo suficiente, para saber que cuando estáis tan calmados, es porque se acerca una tormenta.

-Lárgate y déjame en paz. -le replico levantándome y soltándome bruscamente- lo que yo haga con mi vida no es asunto tuyo.

No puedo flaquear ante él y demostrarle que estoy aterrada. Tiene que ver la Britt fuerte que hasta ahora ha conocido y si hace falta mandarlo a la mierda para que mantenga sus narices fuera de esto lo haré. De repente me agarra de la muñeca y me acerca a él, para rodearme con sus brazos con firmeza.

-No voy a detenerte -musita con la voz entrecortada- Tan solo quédate conmigo está noche.

Al escuchar su voz, me aparto de él lentamente para ver sus ojos cristalinos. Tirando por el suelo todos mis pensamientos y miedos, me dejo llevar sin importarme una mierda lo que pasará mañana. Choco mis labios con los suyos con desesperación, mientras las lágrimas bajan por mis mejillas mezclándose con las suyas. Quiero llevarme conmigo el recuerdo de lo que quizás será mi última noche.

Dedicado a;
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Verdades Ocultas (Capítulos Cortos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora