28-Nana

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Llamo un taxi y por suerte al ser de día no oponen resistencia en venir, por la noche no paran por esta zona por ser bastante peligrosa. A los diez minutos ya estamos esperando enfrente del portal con las maletas.
Nada más llega, subimos al coche y le digo la dirección, durante todo el viaje Andrew no para de frotarse las piernas, nervioso.
Le paso la botella de agua para que se calme un poco.

–Mira, allí es —le digo señalando una casa— te vendré a visitar cuando pueda.

El coche para frente la verja, le digo al taxista que me espere. Bajamos todo el equipaje y nos encaminamos a una puerta más pequeña.
Toco el timbre y me quedo esperando a que me vean por la cámara, al minuto se oye un pitido indicando que puedo entrar.
Cuando vamos llegando, sale Mary a recibirnos.
Ella estuvo trabajando en mi casa cuidando a mis hermanos y a mí, se vino a este sitio porque quería ayudar a gente joven con problemas.
Nunca me llegué a creer que fuese por eso.
La veo venir a paso rápido en mi dirección, a medida que se acerca, observo como los años de estar aquí le han pasado factura, ha envejecido muy deprisa.

–¡Vaya! por fin apareces —dice seriamente —hacía tiempo que no venías.

–Sí Nana, demasiado tiempo. —Acorta la distancia y me abraza— ¿Cómo estás? —le pregunto, separándome sutilmente.

–Muy bien. -—me responde mirandolo a él— ¿No has venido sólo a verme? ¿Verdad? —agrega poniendo los brazos en jarras.

–Es Andrew, era amigo de Kevin, ¿te acuerdas? —añado señalandole.

–Hola, me alegro de verte —le dice él con una sonrisa.

–Estoy un poco vieja, pero la memoria me funciona perfectamente —me contesta ella levantando las cejas— Bienvenido, tú también muchacho. —le responde a Andrew.

–Mejor, porque no tengo tiempo para explicaciones —añado extiendole el maletín— Aquí tienes dinero, si hace falta más, dímelo.

–Te conozco niña —replica entrecerrando los ojos— estás más simpática qué de costumbre —añade con sarcasmo— ¿Está todo bien? No intentes mentirme.

Ruedo los ojos con su comentario. Andrew se ríe al ver como me trata.
Es la única persona a la que jamás mandaría a la mierda, la respeto demasiado.
Es más, fue quien me llevó a mi primer gimnasio.
En sus tiempos era boxeadora. Apuesto que aún sería capaz de darme una paliza.

–Nada está bien, pero no te preocupes —le digo y me mira meneando la cabeza.

–No tardes en venir y explicarme lo que está pasando –me advierte ella— no me hagas ir a buscarte.

–Adiós, nos vemos —me despido, caminando hacia la puerta moviendo la mano— si surge algún problema Llámame.

–¡Britt! —grita Mary— ten cuidado.

Asiento y me voy al coche. Llamo a Daniel y quedamos en vernos en la cafetería de la plaza cerca de la casa de mi hermana.
Espero que él haya tenido más suerte que yo, averiguando que se trae entre manos ese cabrón. Cuando apenas faltan dos calles, el semáforo se pone en rojo, aprovecho para pagarle y bajarme.
Al llegar veo a través del cristal que está sentado mirando el móvil.
Entro y voy directa a la mesa, al verme lo guarda.

–Espero que tengas novedades —inquiero sentándome— necesito un puto café bien cargado.

–Lo primero, ya tengo las llaves del piso, he aprovechado para llevar algunas cosas. —comenta  jugando nervioso con su taza.

–Deja los rodeos. —le reto entre dientes— dímelo todo de una maldita vez.

–Estuvo en el hospital cuando te ingresaron —comenta entregandome una nota doblada— dejó esto al lado de tu cama.

"Pareces un Angelito cuando duermes.

P. D. Muy pronto pequeña"

Arrugo la nota con rabia.
Una vez más quiere demostrar que me tiene en jaque.
No sé que está tramando, pero tengo que averiguarlo cuanto antes.
Lo que me preocupa realmente es Sara. Quizás debería hablar con Ángel y contárselo todo.

–De esto quería hablarte el otro día, pero con lo de tu madre no quise joder más las cosas. —Añade Daniel sacándome de mis pensamientos.

–El hijo de Morales me ofreció correr el Sábado y acepté —le suelto de golpe, ignorando lo que me acaba de explicar.

–¡No jodas Britt! Estas loca si piensas que vas a ir tú sola. —brama levantando la voz.

–Voy a ir te guste o no —le replico tajante —Andrew dijo que Morales está obsesionado conmigo, él sabe cual es mí punto débil, así que ahora mismo me importa una mierda todo lo demás.

–Aiden irá contigo —sentencia con seguridad— si te niegas, iré yo y no te conviene que me vea mí primito. —agrega sin darme opciones.

Verdades Ocultas (Capítulos Cortos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora