109-Vida Sin Ella

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POV DANIEL

Ya han pasado varios meses desde que Britt está postrada en esa maldita cama, por órdenes de los médicos nos han prohibido la entrada. A pesar de que he intentado seguir adelante con mi vida, no he podido dejar de pensar ni un solo segundo en ella. Siento que me estoy volviendo loco y aunque mi hermano me ha apoyado en todo, ya bastante tiene él con el tema de Sara. Tras detenerla, le hicieron un examen psicológico y la ingresaron en un hospital psiquiátrico, al tener dos intentos de suicidio, tras darse cuenta de que se equivocó traicionando a su hermana.

Un año después, decidí centrarme en montar un taller de coches con Ángel. Invertimos todos nuestros ahorros, para sacar el negocio adelante y al menos mantener la mente ocupada. Fue mi hermano el que me hizo reaccionar y darme cuenta que no podía seguir desperdiciando mi vida. Así que después de una borrachera, seguí sus consejos  y ahora me siento muy bien con lo que tenemos.

–Vengo a que me cambies una rueda. —oigo una voz muy familiar detrás de mí.

Al darme la vuelta, veo a Aiden vestido con un uniforme de policía. Hacía mucho tiempo que no sabía de él. Lo último que supe, es que se estaba preparando para entrar en el cuerpo de policía con la ayuda de Jack y así dar caza a Morales.

–Si, pero a los niñatos pijos les cobro más caro. —le respondo con tono burlón.

Se empieza a reír y puedo ver en sus ojos la nostalgia que le produce llamarle de la misma manera en que le llamaba ella. De repente se queda pensativo.

–¿Tienes alguna noticia? —me pregunta sin rodeos.

–Por lo que me han dicho, sigue igual. —le respondo pasándome las manos por el pelo— He ido a verla, hace unos meses, pero no dejan entrar a nadie.

Asiente con la cabeza y Jack cambia de tema, hablando de los progresos de Aiden y de que próximamente le van a destinar a la ciudad, donde él tendrá su propio equipo. También me cuenta que lleva un mes conociendo a una chica de su unidad que le está ayudando mucho a no venirse abajo.
Una vez más, los dos estamos en las mismas condiciones, por la misma mujer. A pesar que ha pasado demasiado tiempo y que yo también estoy con alguien, se perfectamente que se siente como yo.

Nada más irse, cerramos el taller y como todos los viernes, acompaño a Ángel a ver a Sara. Reconozco que al principio no quise ni verla, pero con el paso de los días me di cuenta que ella solo fue una víctima más de ese hijo de puta. Al llegar, está en el jardín sentada en un banco, pero no está sola. 

–¿Hola cielo como estas? —me saluda Alicia con un beso en los labios.

Si, la persona con la que estoy es su prima. Cuando sucedió todo lo de Britt y Sara, ella y su madre vinieron y estuvieron apoyándonos mucho. Poco a poco se fue acercando a mi y aunque yo le fui sincero respecto a lo que sentía, ella no dudó en demostrarme que con el tiempo lograría superarlo. No sé si fue su parecido físicamente, pero quise darle una oportunidad y ya llevamos dos meses saliendo.
Mi hermano saluda cariñosamente a Sara y se quedan hablando, mientras Alicia y yo aprovechamos para dar un paseo.

–¿Sabias que Jorge se va a casar? —me pregunta alegre, para romper el hielo.

Niego con la cabeza, sin dejar de pensar en la visita de Aiden. Al volver a verle, es como si el pasado regresara de nuevo y con eso todo lo que conlleva, incluida Britt.

–¿Estás pensando en ella verdad? —me vuelve a preguntar, posicionándose delante de mi y mirándome a los ojos— Es normal que te sientas así, tampoco es fácil para mí saber que está así.

Lo que más me gusta de esta chica es que no me atosiga o se pone celosa, si no todo lo contrario.

Al llegar a casa, no dejo de darle vueltas a la cabeza y cada vez que cierro los ojos la veo en esa camilla llena de cables. Me levanto sudado y me doy una ducha. A pesar que ya es de madrugada, voy con el coche a dar una vuelta y así relajarme un poco. Sin darme cuenta termino aparcado delante del hospital. Dudo unos segundos y me dirijo a la planta donde la tienen. Me escondo en una habitación, esperando a que no haya nadie. Sé que es arriesgado, pero no me pienso ir hasta que la vea, aunque sea una vez.
Sale una enfermera y antes que se cierre la puerta me cuelo sin hacer ruido. Me giro despacio, preparándome mentalmente para volver a ver su cara. Abro los ojos como platos cuando compruebo que aquí no hay nadie. Reviso los cajones y el armario y no hay rastro de Britt. Salgo de allí desesperado y sin entender nada buscando un doctor el cual me pueda explicar donde está.

–La chica rubia que estaba en esa habitación, en coma.¿Dónde está? —le digo nervioso— Por favor ayúdeme, ella se llama Britt y necesito saber si está bien.

–Cálmese señor. —me tranquiliza el doctor y se queda pensativo—  Si, recuerdo a chica, pero hace mucho tiempo que despertó y a los pocos días, se fue.

¿Cómo qué se despertó y se fue? ¿Me han mentido todo este tiempo? Salgo de allí y voy directo al hotel donde está Aiden. Subo por las escaleras y toco la puerta enloquecido.
Me abre y le empujo con rabia.

–¿Tú sabías qué ella había salido del coma? —le pregunto gritando— ¡Dime la verdad!

Me aparta con brusquedad, me pide que me calme y le explique como es que ella no está. Por sus gestos se que él se ha quedado tan sorprendido como yo. Le cuento desde el principio con detalles y al terminar, se queda en silencio unos minutos.

–Tenemos que encontrarla, cueste lo que cueste. —dice con seguridad.

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