84-Advertencia

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Me retienen como si fuese un perro rabioso, con el brazo retorcido en la espalda, evitando que ni siquiera pueda moverme. De repente me invade una mezcla entre rabia e impotencia, al intentar deshacerme del agarre y lo único que consigo es hacerme daño a mí misma. Oigo la voz de Aiden discutiendo con Jack y realmente me sorprende ver, al niñato tan alterado reclamándole su comportamiento hacia a mí.

–¡Suéltala de una maldita vez! —Brama Aiden con los puños apretados— Te lo voy a poner fácil, o haces lo que te digo o nada más salir de aquí, hablaré con el comité. —le advierte con las facciones endurecidas.

Jack se queda varios segundos pensativo y les da la orden a sus hombres para que me suelten. Inmediatamente Aiden se acerca a mí para ayudarme a levantarme y después de quitarnos el casco, se me queda mirando.

–Britt, él tiene razón en decir que es una prueba. —musita con cautela— pero tranquila que es confidencial, así que nadie sabrá el contenido de esa cinta.

Necesito saber lo que quiere ese cabrón de mí y no puedo perder más tiempo peleando, así que a regañadientes acepto escucharla en presencia de  Jack, con la condición de que Aiden esté presente, ya que cuando él está me siento más tranquila.
Todos salen de la habitación y una vez que Jack se destapa la cara, busca la grabadora dentro del bolsillo de su chaleco para pulsar el "play".

"Hola pequeña, sabía que vendrías. ¿Te ha gustado la sorpresita? Me he tomado la molestia de dejarte esta grabación, para recordarte que tu tiempo se está agotando y como puedes observar, está vez he sido bueno dejando a tu papaito vivir y a su compañero.
Bueno supongo que te preguntarás por qué los he dejado vivos ¿Verdad? Pues es sencillo, la razón es porque no me interesa él si no tú, pero eso ya lo debes de saber. En una semana habrá una fiesta en la que deberás de asistir y más te vale que seas buena chica y vengas. Porque si no... la próxima podría ser tu hermanita. Los detalles de la dirección y todo eso, te los haré saber en su debido momento. Ah y espero que está habitación te haya traído muy bonitos recuerdos y sobretodo esa cama. la he dejado especialmente igual para ti. Por cierto en el cajón te he dejado un regalito, espero que lo disfrutes"

Me dirijo hacia la mesita de noche y al abrirlo me encuentro varias fotos boca abajo, al darles la vuelta me quedo helada al ver que quien sale en ellas soy yo cuando era una niña, con una venda en los ojos y ropa interior.
Las manos me tiemblan y no puedo evitar que el recuerdo de ese día, me venga a la mente.

"Al llegar del colegio, entré en la cocina gritando el nombre de mi madre y en lugar de verla a ella, al que me encontré fue a él preparando un zumo de naranja, con una sonrisa me ofreció un vaso, a pesar que me negué varias veces, insistió tanto que al final accedí. Pasaron veinte minutos y todo me empezó a dar vueltas, después de eso ya no recuerdo nada más, tan solo despertar al que sería el principio de mi infierno."

Una lágrima traicionera se me escapa, pero me la logro limpiar antes de que ellos dos se den cuenta. Con disimulo escondo las fotos en mi bolsillo y me doy la vuelta.

–No es nada importante. —les informo restándole importancia— Larguémonos de aquí. —me dirijo hacia la puerta.

–¡Espera! Esto te pertenece —dice Jack entregándome la cinta— Si te preguntan, di que no había nada. ¿Entendido?

–¿Por qué me la das? —le pregunto confundida— Casi me partes el puto brazo por conseguirla.

–Es irrelevante para el caso. —me responde cortante saliendo de la habitación.

Por la cara que tenía mientras la escuchaba, sé de sobra que me está mintiendo, pero me alivia el saber que nadie más tendrá en sus manos la evidencia de cómo perdí la inocencia. Además, que ha visto cómo sacaba papeles del cajón y ni siquiera me ha preguntado.

–Abusaron de su hermana cuando era una niña. —comenta Aiden sacándome de mis pensamientos— Por eso quiere protegerte, los temas así lo dejan muy mal.

Al explicarme eso, ya comprendo su cambio de actitud hacia mi y el porqué se ha ido de esa manera tan repentina.
Nos subimos al coche y durante el camino de vuelta, Jack se mantiene en silencio, con miradas fugaces a través del retrovisor hasta llegar al hotel. Nada más bajar, nos ofrece quedarnos en la habitación para descansar ya que el viaje al pueblo es muy largo. No me da tiempo de responder cuando Aiden ya tiene la llave en la mano, acto seguido se despide de nosotros y se va del parking a toda velocidad.
Al entrar en la habitación, me voy directa al baño, para darme una larga ducha con agua fría y es en ese momento, cuando mi mente reproduce cada palabra de esa cinta como un eco retumbando en mi cabeza. Apoyo la espalda en la pared y me deslizó hasta quedar sentada en el suelo perdiendo la cuenta del tiempo que paso en esa posición, sintiendo como si me hubiesen desgarrado parte de mi alma al ver esas fotos y todo lo que tenía enterrado saliera a flote en un abrir y cerrar de ojos.

Dedicado a;
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