42-Equivocada

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Me hubiese esperando muchas propuestas, pero jamás me llegue a imaginar esto.
Definitivamente o yo me estoy volviendo loca y he escuchado mal o este se tiene que dejar el whisky.

–Pensaba que eras un hombre serio —le digo negando con la cabeza— no me gustan este tipo de bromas, así que mejor me largo.

–¿Crees que no te conozco? —replica haciendo que me detenga— Estoy muy bien informado de todo, sobre ti. —añade recalcando lo último.

–No me conoces una mierda —estallo enfrentandolo— así que no me vengas hablando como si lo hicieras.

–¡Vamos Britt! —exclama furioso— De verdad pensaste que era tan tonto, como para no enterarme que te acercaste, para vengarte de mi padre.

–Lo sabía, desde el primer momento que te ví —agrega suavizando el tono.

¿Entonces éste tiempo lo único que ha hecho es observarme? ¿Para saber que voy hacer en contra de su padre? pero por otro lado ¿Por qué no le ha dicho nada? Miles de preguntas rondan por mi mente, sin llegar a ninguna conclusión.

–Debo suponer que sabías perfectamente que era tu padre quien me atacó el otro día ¿Verdad? —Murmuro pensando en alto.

–Supones bien —contesta chasqueando con la lengua— No eres la única que quiere verle hundido.

Le miro directamente a los ojos, esperando ver en ellos que miente, pero en su lugar veo rabia y rencor.
Parpadeo varias veces como si esperara despertarme de un sueño, donde las posibilidades de joder vivo a ese cabrón se pudieran hacer realidad.

–¿Por eso te quieres casar conmigo? —le pregunto sin tapujos— en lugar de vengarte lo cabrearás más ¿No crees?

–Él está obsesionado contigo y no voy a permitir que te haga más daño —comenta con seguridad— Hay muchas cosas que no sabes, pero con el tiempo las sabrás.

Cada minuto que paso hablando con él, es como si estuviese enfrente de una persona totalmente distinta a la que siempre he imaginado. He estado estudiando cada paso que ha dado durante mucho tiempo y pensado lo peor por ser hijo de la persona que me ha destrozado la vida.
Y ahora me acabo de dar cuenta de lo equivocada que estaba.
El odio me ha hecho ver las cosas como yo quería, no como eran realmente.

–Hay muchas cosas que tienes que explicarme, si quieres que te crea —le respondo desconfiada.

–Mañana te mando un mensaje y nos vemos en mi club. —responde de vuelta— Me tengo que ir, mi padre sospechará si me siguen viendo hablando contigo.

Asiento con la cabeza y vuelvo a buscar a Aiden para irnos. Durante el trayecto rumbo a casa, me quedo pensativa y con la esperanza que por fin podré lograr mis objetivos.
Antes de llegar al desvío, giro el  volante sin pensar y entro por los caminos de tierra, Aiden me pregunta varias veces donde vamos, pero no le respondo. Se calla cuando ve el lago. Aparco cerca de un árbol y me quito las botas y los calcetines.
Los dejo en el suelo y voy caminando sin decir nada.
Cierro los ojos y respiro hondo  mientras voy entrando en el agua poco a poco, antes de sumergirme del todo.
Cuando saco la cabeza, veo a Aiden quitándose la ropa y me quedo embobada al quedarse en boxers, me muerdo el labio y giro la cabeza para calmar el subidón que me acaba de dar.

–Estás loca ¿Sabías? —comenta él riéndose detrás de mi— pero me gustan las locuras.

–Ajam —respondo con un nudo en la garganta.

En ese momento me golpeo mentalmente, debería de haberle mandarlo a la mierda por seguirme y en cambio sólo le digo un puto "Ajam" que clase de palabra tan ridícula acabó de decir ¡Joder!
Aparte ¿Qué cojones hago viniendo a este lugar con él?

–¡Uy! La señorita se ha quedado muda —me susurra en el oído— ¿Te da miedo estar cara a cara conmigo?

–¿Miedo de ti? —le reto, dándome la vuelta— Ni qué fueras el ombligo del mundo, niñato.

Se acerca a mí, sonriendo y observo el reflejo de la luna en sus ojos.
Intento alejarme, pero me agarra de la cintura apegándome a él sintiendo el calor de su aliento y su nariz rozando la mía.






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