72-Liberada

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Dedicado aAliciaPirezGranados
LauraRodri25
lamenorsitaa
carlusky_16
LaChicaAnonima18

Aliviada, esa es la palabra exacta que define mi estado de ánimo. Llevo tanto tiempo callando que poder decir lo que sentí en ese momento en voz alta, me hace sentir mucho mejor. Todo lo contrario a él, se nota que mis palabras le han dolido mucho y sé que tiene cargo de conciencia, pero a estas alturas ¿De qué sirve? Aparte, al parecer no se ha dado ni cuenta que me ha dicho que sí sabía lo que me pasó, cuando en su momento se hizo el loco o iba demasiado drogado para acordarse.
Con los ojos rojos, estudia cada parte de mi cara y reparo en la tormenta que se le está formando en su interior. (Es increíble que aún estando tan atormentado se le vea tan guapo)
Con la yema de sus dedos, me levanta de la barbilla y sus labios temblorosos rozan los míos, en un beso cargado de inseguridad y miedo.

–No sabes cómo deseaba esto. —susurra encima de mis labios— Si me hubiese atrevido a decirte lo que sentía, ahora tú y yo estaríamos juntos. —agrega angustiado, pensando el alto.

–De nada vale pensar en eso. —le respondo apartándome de él bruscamente— Si vuelves a besarme te pegaré un puñetazo ¿Queda claro? —añado fulminándole con la mirada.

Asiente y se levanta cabizbajo, caminando hacia la puerta. Verle tan decaído me jode bastante, ya que me ha demostrado la fuerza que tiene para salir adelante. Necesito hacerle saber que me importa, así que antes de que salga le vuelvo hablar.

–¡Eh tú! —le llamo y automáticamente gira la cabeza para mirarme— Estoy orgullosa de ti, así que no la cagues de nuevo. ¿Vale?

Sonríe de medio lado y desaparece, dejándome sola de nuevo pensando en una manera de salir de aquí.
Apoyo la cabeza en la almohada y sin darme cuenta me quedo profundamente dormida.

Abro los ojos desconcertada, no tengo ni puta idea de qué hora es, lo único que ya está amaneciendo. Con la ayuda de las manos, levanto mis piernas para apoyar los pies en el suelo.
Abren de nuevo la puerta y veo a Sara entrar por ella. Me quedo sorprendida y sin creer que ella, mi propia hermana este involucrada también.

–¿Tú también? —le pregunto con decepción— ¿Todos sabíais que me iban a encerrar como si fuese un animal rabioso? —agrego incrédula.

–Vengo a buscarte. —me dice con seguridad— Si quieres buscar a papa, yo te ayudaré.

Debería de negarme rotundamente, pero si lo hago no me sacará de aquí, así que prefiero asentir y luego ya veré cómo lo hago para dejarla fuera de esto. Se va unos minutos y aparece con una ¿Silla de ruedas? Resoplo frustrada y con su ayuda me siento en ella. Antes de salir, mira hacia los lados para asegurarse que no hay nadie, me lleva por una puerta trasera a paso rápido llegando al exterior donde está Ángel esperando con el motor encendido. Me suben en la parte trasera y mientras mi hermana deja la silla en el maletero, de repente se oyen voces llamándola y ella se acerca.

–Gracias por todo  —le agradece Sara con un abrazo— He salido por donde me dijiste para que no tengas problemas.

–Tranquila que nadie se ha dado cuenta. —le responde mi Nana con dulzura— Asegúrate de no perder de vista a esa cabezona. ¿Entendido?

Después de unas palabras demasiado pastelosas para mí gusto, se despiden. Antes de arrancar el coche, Ángel me da una mirada de advertencia a través del retrovisor. Debería de mandarlos a la mierda por la encerrona que me han hecho, pero por una parte les entiendo, creo que si fuera al revés haría algo parecido o quizás peor con tal de protegerla.
Nos mantenemos en silencio durante el viaje y la verdad que ahora lo que menos me apetece es hablar, aunque los entienda no puedo evitar estar cabreada. Cierro los ojos escuchando la radio hasta que me vuelvo a quedar dormida.

Los rayos del sol me despiertan, me incorporo y veo por la ventana que estamos  entrando en el pueblo que vive Laura. ¿Qué cojones hacemos aquí de nuevo? Tendríamos que estar buscando a mi padre ¡Joder!
Aparca el coche enfrente de la casa y me doy cuenta que el efecto de la mierda que me habían inyectado, está desapareciendo y mis piernas empiezan a reaccionar. ¡Si pensaron que con todo eso, me iban a detener lo llevaban claro!

Verdades Ocultas (Capítulos Cortos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora