1-Decisiones

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POV BRITT

Acostada, viendo el techo otra vez, así otro día más, apenas he podido dormir.
Las pastillas no me hacen ningún efecto y las pesadillas son cada vez más frecuentes. Siento como si las fuerzas abandonaran mi cuerpo.

Mi teléfono empieza a sonar y las ganas de estampar ese aparato del infierno crecen, me contengo porque es el tercero en un mes. Alargo el brazo hacia la mesita de noche para contestar.

–Más vale que sea importante. —le digo antes de que hable.

–Buenos días, para ti también. —responde Daniel riendo.

–No me jodas y dime que cojones quieres. —añado cortante.
De buena mañana, empiezo a perder la paciencia.

–Mañana, por la noche, tienes una pelea fuera de la ciudad. —me contesta serio, al notar mi mal humor.

–¿Me vas a decir dónde o lo tengo que averiguar? —agrego, rodando los ojos.

–Luego te informo del lugar exacto y la hora. —me cuelga antes que pueda replicar.

Pongo los pies en el suelo y me quedo mirando en un punto de la pared, mientras vuelven las imágenes de las pesadillas. El sonido de un mensaje nuevo me hace volver a la realidad.

Daniel; La pelea será a las 22:00 el lugar no te va a gustar...es donde vive Sara.

Esto no me puede estar pasando a mí, justo me toca allí. Me levanto a toda prisa escogiendo la ropa, para poder darme una ducha rápida.

Mi estilo de ropa suele ser siempre la misma, chándal y deportivas. Recogiéndome el pelo rubio en una cola de caballo. Voy hacia la cocina para preparar un café bien cargado y así poder despejar la mente un poco. Nada más terminar, dejo todo recogido y me voy a por coche.

En 15 minutos me presento en casa de Daniel, al abrirme la puerta, se le van los colores de la cara.

–¿Me puedes explicar que mierda tienes en la cabeza para aceptar esa pelea? —le reprocho , con los brazos cruzados.

–Britt, primero pasa y cálmate. —contesta señalando el salón con la mano.

–¿Cómo quieres que me calme? ¿No entiendes que no puede verme? —le replico frustrada.
Él se da la vuelta y se sienta en el sofá, mira hacia la ventana mordiéndose el piercing del labio, suspirando, gira la cabeza para mirarme.

–Morales está en la ciudad ¿Sabes lo que significa? —dice Daniel de repente.
Me quedo callada, procesando lo que me acaba de decir. Resoplando me siento a su lado y miles de recuerdos vuelven a mi mente.

–Mi hermana, está en peligro ¿pero cómo voy a volver? —le digo pasándome las manos por el pelo, nerviosa.

–¿Ahora entiendes porque acepté la pelea? No te preocupes, ella no tiene que saber que estás allí. —comenta con la cabeza agachada, mirando el suelo.

Me levanto y me dirijo a la ventana, mientras contemplo la ciudad.

–Tienes razón Daniel, ve recogiendo todo y nos vamos en un par de horas.
Sin decir nada más, camino en unos simples pasos hacia la puerta, giro la cabeza y él está mirando la ventana nuevamente, con la mirada pérdida.
Sé que le preocupa el volver, quisiera decirle que no pasa nada y que va a salir bien, pero por desgracia no puedo.
Desde que llegué a esta ciudad, él ha sido la persona que siempre ha estado a mi lado, por muy jodida que haya sido la situación, al igual sé que tiene sentimientos hacia mí. Aunque yo también siento algo hacia él, mi vida ya es bastante complicada para tener romances o simplemente, romper una amistad.
Físicamente... Es un tío que trae de cabeza a muchas mujeres; es alto, cabello oscuro, ojos verdes esmeralda y tiene una sonrisa... Preciosa. De un momento a otro siento que me tocan la cara.

–¿Estás bien? —pregunta él preocupado.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me había dado ni cuenta que lo tenía tan cerca.

–Sabes que no me gusta que me toquen y estoy perfectamente. —le contesto tajante.
Doy media vuelta y me coge del brazo.

–¿Se puede saber que cojones te pasa? —brama levantando la voz.

Me suelto de un tirón y le miro fijamente.

–¡¡No me pasa nada!! Nos vemos en mi casa, en un par de horas. —exclamo alejándome.

En silencio, salgo por la puerta temblando como una hoja, después de tenerle tan cerca.
Llego al coche y pongo Linkin Park a todo volumen para relajarme. Piso el acelerador saltándome algunos semáforos. Seguro que alguna multa me llegará, pero en este momento, necesito llegar a casa cuanto antes y hacer las maletas.

Verdades Ocultas (Capítulos Cortos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora