82-Rescate 1 Parte

64 19 2
                                    

Me levanto y me dirijo al baño dejando a Aiden en la cama. Aún es de noche y la oscuridad me ayuda a que no pueda ver mi cuerpo con claridad. Por mucho que él me haya hecho sentir como la mujer más hermosa ante sus ojos, no puedo evitar odiar verme frente un espejo. Me meto en la ducha y dejo que mis músculos se vayan relajando sin quitarme de la mente a mi padre y la duda de no saber qué me encontraré en ese lugar.
Las manos de él abrazándome por la cintura, me saca de mis pensamientos y me da la vuelta quedando frente a frente.

–¿Qué haces aquí? —le pregunto cortante— No creas que puedes hacer lo que te da la gana, por haber echado un polvo.

Ladea la cabeza y me mira de arriba abajo en silencio mordiéndose el labio, logrando ponerme nerviosa e incómoda. ¿Qué le pasa? ¿Acaso está sordo? Me intento cubrir las cicatrices con mis manos, pero él me sujeta de las muñecas apoyándome contra la pared y me las deja por encima de mi cabeza. Mi respiración se acelera al sentir su aliento chocar contra mi cuello.

–No te cubras o te volveré a demostrar como me encanta cada parte de ti. —me susurra con picardía.

–Deja ya las tonterías que nos están esperando. —le respondo con la voz entrecortada.

Me libera los brazos despacio y sin previo aviso se agacha para besar cada parte de la cicatriz con suavidad, con sus ojos clavados en los míos. Mis hormonas empiezan a revolucionarse de nuevo y me contengo las ganas que tengo de atacarlo de nuevo.
Unos golpes en la puerta nos avisa que ya es hora de irnos y salgo a toda prisa enrollada en la toalla escuchando una carcajada por su parte, mientras él se ducha con agua fría para bajar el calentón.
Una vez vestida me miro en el espejo para hacerme una coleta alta y una marca en mi cuello me llama la atención. ¡Joder! ¡un puto chupetón!.
Una maldición sale de mis labios y me dejo el pelo suelto para que no se me vea.

¡Eres gilipollas! —exclamo cabreada— ¡como mierda se te ocurre hacerme esto! —añado gritando, para que me oiga.

–¡Dejad de discutir y vámonos ya! —interviene Jack a través de la puerta.

Resoplando me dirijo hacia la salida, pero antes de llegar la mano de Aiden se cierra sobre mi brazo.

–No te quejes de tu cuello señorita. —musita con tono juguetón— después de cómo me has dejado la espalda.

Me da un beso en el cuello y se va riendo, dejándome con la cara de poker. ¿Lo dirá  en serio? Lo más seguro que tan solo está buscando excusas para que no lo mande a la mierda.

En el salón está Jack reunido con tres hombres vestidos con uniformes negros y recibiendo instrucciones de la operación. Al vernos nos hace un gesto para que nos acerquemos y nos explica que nosotros los esperaremos en la furgoneta con dos agentes mirando los monitores.
Al escucharle niego con la cabeza y él me mira con una ceja alzada.

–¡Se trata de mi padre maldita sea! —le digo incrédula— Si piensas que me voy a quedar encerrada esperando, lo llevas claro.

–Señorita, es muy peligroso que usted entre allí. —interviene uno de sus hombres— Nosotros haremos todo lo posible para sacarles de allí.

–¿Acaso no has visto su ficha? —le responde Jack burlón— Esta "Señorita" te daría la paliza de tu vida en cuestión de segundos, así que deja que sea yo quien decida.

–Si os pasa algo... Vuestros padres jamás me lo perdonarán. —vuelve hablar mirándonos pensativo— pero se que sois buenos en el combate cuerpo a cuerpo y aparte, seríais capaz de dejar K.O. a mis hombres con tal de entrar.

Se dirige hacia un armario, saca una maleta y la deja encima de la mesa. Al abrirla vemos dos equipos como los que llevan los  demás y nos los entrega.
Nos informa de que tenemos cinco minutos para cambiarnos. Una vez listos nos entrega un par de cascos y de camino al ascensor nos explica que  llevaremos chaleco antibalas y micrófonos para mantener el contacto en todo momento. Al llegar a al parking nos subimos a una furgoneta negra y arrancan a toda velocidad. Un kilómetro antes de llegar a la fábrica, estaciona cerca de unos matorrales y al bajar veo a un grupo de hombres vestidos como nosotros armados hasta los dientes, esperándonos.
Nos da un par de pistolas y una metralleta de asalto, no se sorprende cuando le digo que sé manejarla perfectamente.
No es que sea una delincuente, ni mucho menos, pero para  estar rodeada de gente bastante peligrosa, tienes que aprender de todo, si quieres sobrevivir y eso me lo enseñó un hombre al que conocí cuando me marche de casa. Recuerdo que él fue la primera persona que me tendió la mano y me guió para ayudarme a desenvolverme, porque según él yo tenía potencial. Aún no me quito de la cabeza cómo lo mataron, para obtener su zona ya que era un capo bastante conocido.
Después de cruzar por un bosque, nos acercamos sigilosamente hasta que la fábrica queda totalmente rodeada, en ese momento Jack nos advierte que sigamos sus órdenes al pie de la letra y que tengamos cuidado.

Dedicado a:
AliciaPirezGranados
LauraRodri25
lamenorsitaa
MoniqueTejeroGil
mariajorro_
Carluuchiii18
LaChicaAnonima18
candyoftheunivers




Verdades Ocultas (Capítulos Cortos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora