Prólogo

844 93 32
                                    

—Tranquila niña, ellos estarían muy orgullosos de ti—. La señora que se había sentado a mi lado me tomo la mano, ni siquiera me inmuté —Cuidaré de ti lo juro. Te encontraremos un hogar.

Asentí sin prestarle atención en lo absoluto y retiré mi mano.

Vamos Aura, no puedes llorar, no puedes. Pero lo dudaba, sentía mi pecho arder, como un torbellino; amenazaba con quemarme entera.

Estaba a dos segundos de explotar en lágrimas.

Pero sabía que no podía, papá y mamá, siempre admiraban mi capacidad de "manejar al resto", papá, Daniel, siempre decía que su retoñito jugaba con la mente de los simples mortales. Mamá, Aura, como yo, era más estricta, decía que no había nada de malo en mostrarme tal y como soy.

Mi garganta se contrajo a punto de gemir, apreté mis labios, y tragué saliva, no iba a llorar, carajo.

Me removí incomoda en el duro asiento de madera, y cerré los ojos, apretando mis parpados.

Una mano tomo la mía y me dio un ligero apretón, era Antón.

—Lo superarás —. Prometió, y quise tener la confianza, con la que lo dijo.

Pero no podía, porque sabía que no lo superaría.

—Es injusto, ¿sabes? —. La garganta me dolió al hablar, estaba irritada e inflamada, no estaba llorando aquí, pero hace unas horas, en la soledad de casa, me deshacía a gritos y llanto. —Ellos eran las mejores personas que esté jodido mundo jamás conozca. Y solo quedé yo, la cabrona, que peleó con su mamá por una estúpida fiesta, y escapó, escapó, esa muerte era mía ¿No lo ves?

El me miró, pero no era, para decir palabras de conmiseración, por eso le quería, sabía que era verdad, yo era la maldita víbora que debió morir allí.

De repente la puerta de la funeraria se vio azotada con intensidad, haciendo que todos regresaran a ver. Yo incluida.

Fue refrescante quitar la mirada de los ataúdes. Enfoqué la figura que...

Abrí y cerré la boca, sin creerme lo que estaba viendo, allí estaba el que un día fue mi héroe, mi protector, y la persona que me abandonó.

Mi hermano. Daniel Laners.

Tenía puesto una camisa azul verdosa, que combinaba con sus ojos claros, su cabello claro como el mío, estaba desordenado, y el rastro de barba le daba un aspecto maduro.

Le había dejado de ver en su cumpleaños número diecinueve, y mi última conversación con él fue cuando tenía veinte.

Ya hace cuatro años de eso, y apenas y lo reconocí.

La audiencia entera soltó murmullos y susurros nada disimulados, que se mezclaban en la aparición del extraño, y su persona hasta que alguien lo dijo.

—Es tu hermano —. La voz de Antón, fue lo suficientemente alta para callar a todos y que los ojos de Daniel me enfocarán.

Se me cortó la respiración, y no sé qué fue; el que estaba sola de pronto, el que había perdido todo, el que ahora era una estúpida huérfana, o el que Daniel, era tan parecido a papá, que me paré de la silla, y corrí a abrazarlo.

Él no me devolvió el abrazo, pero le escuche claro.

—Es tiempo de que te olvides de todo, Aura. Nos vamos —. Y así una noche en la que mis padres eran velados, dejando sus ataúdes en una sala de vecinos, me fui de allí.

Ese fue el primer error.  Abandonar a los que nunca me abandonaron, por el único que hasta ese día, me dejó.

¡Chicas bellísimas, hermosas y guapas! ¿O también hay chicos? No lo sé, pero si eres un chico, ¡Bienvenido! ¡Bienvenida!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Chicas bellísimas, hermosas y guapas! ¿O también hay chicos? No lo sé, pero si eres un chico, ¡Bienvenido! ¡Bienvenida!

Como sabrán; no soy una chica con varias historias, de echo está es la segunda obra, pero es muy diferente a Por un Arrebato (Si no la has leído, te invito a que le eches un vistazo) por eso la razón de mis nervios, pero bueno, ¡Aquí vamos!

El Prólogo es pequeño, y la verdad eso es lo que quería, que le echen un vistazo a mi niña, Aria, mi bebé.

Bueno, la verdad espero que les halla gustado, y que en verdad sigan leyendo esta historia.

Risas.

Drama.

Miedo.

Besos y más cliché. (No mucho, porque empalaga)

Y sobre todo, amor.

Si te ha gustado, mándame una estrellita (tu voto) y comenta, lo que sea, en verdad, quiero saber a quien le interesa esta mujer.

No les aburro más, y con ustedes, estos jóvenes (Solo los protagonistas)...


Maria Zhgenti; como Aura Laners:

Maria Zhgenti; como Aura Laners:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Darwin Gray, como Alecksander Donell

Darwin Gray, como Alecksander Donell

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




<<En mi obscuridad fuiste mi luz, pero al ver tus ojos vi el infierno>>


Mi Agridulce Salvación, muy pronto...

Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora