Los Granger regresaron a Londres junto con Draco y Hermione. Tomando un avión muggle que causó curiosidad al rubio que miraba a todos lados sorprendido.
Y como iban en primera clase, obviamente pagado por Draco, antes que elijieran los asientos, el patriarca Granger se sentó junto a Draco... <<Quería conocerlo mejor>>
— Así que tú también eres brujo — preguntó Henry serio, pero con claros celos de padre.
— ¡Mago! — respondió Draco — educadamente. Me imagino que tiene muchas preguntas para mí, pero que le parece si tomamos un whisky para estar más relajados.
— Como todo hombre de negocios hizo señas a una azafata, para que lo atendiera.
— Dígame señor — respondió la azafata.
— Dos wiskies en la rocas por favor — pidió el rubio.
La azafata miró a Draco con ojos soñadores y después se giró sobre sus talones para ir a preparar lo que pidió.
Hermione rodó los ojos y suspiró. Siempre era lo mismo. El siempre provocaba que las mujeres se derritieran.
Draco al notar la exasperación en los ojos de su novia, la miró y le guiño el ojo y susurró... Soy solo tuyo.
Les trajeron los wiskies y Draco esperó pacientemente las preguntas de su suegro, si claro que lo consideraba así ya que tenía previsto casarse con Hermione, una vez se graduaran del colegio.
— ¿Cuales son sus intenciones con mi hija? — preguntó Henry — porque si mal no recuerdo, Ud es su némesis del colegio y la insultó mucho y por muchos años.
— Sí, es verdad — respondió Draco suspirando — cometí muchos errores, pero los he ido enmendado poco a poco, una vez que me decidí a expresarle mis sentimientos a Herms.
Vera usted, se que tal vez no me crea. Pero me criaron con la importancia de la supremacía de la sangre, mi padre siempre me repitió que debía llevar en alto mi apellido y debía casarme con otra bruja sangre pura, para continuar una descendencia pura, pero su cálculo falló cuando vi a esa niña de ojos color miel y cabello encrespado, entrar en mi vagón y preguntar por un sapo.
Me negué por años, hasta que ya no pude más. La gota que derramó el vaso, fue aceptar al Señor Tenebroso en mi casa, con todos esos desgraciados seguidores locos y sus malsanos sentimientos, terminaron con mi cordura.
Así que con el apoyo de mi Madre, luche en su contra cómo espía de la Orden del Fénix.
— Uhmm comprendo— suspiró Henry — así pudo acercarse a mi hija y declararle sus sentimientos.
Draco asíntio.
Pues déjeme decirle yerno, que un hombre tan valiente como usted, se merece todo mi aprecio.
Pero el corazón de mi Herms, es otro asunto. Tendrá que demostrarme a mí y con creces que no será infeliz con usted y los suyos.
Draco movió la cabeza en señal de aceptación.
Hermione se sonrojo de la vergüenza ante sus padres, situación que no paso desapercibida para Jean, le hubiera gustado que su hija de entregué al hombre que sería su esposo, no a un noviecito de colegio.
Ya hablaría con su hija más tarde, sobre algún método de protección para evitar algún embarazo no deseado.
Al cabo de 8 horas llegaron a Londres Muggle. Y se trasladaron a la Casa de los Granger.
Hermione sacó su varita e hizo un encantamiento de limpieza, para que sus padres pudieran descansar.
Draco pudo notar que era mucho más pequeña que su mansión, incluso la habitación de su castaña era la mitad que su propia recámara, pero arreglaría eso después.
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La Bitácora De Un Embarazo Mágico
RomanceHermione y Draco se casan después de la Segunda Guerra Mágica, pero por la venganza de una mujer despechada, el rubio vivirá un eterno sufrimiento. Cabe recalcar que en esta historia, los protagonistas y coprotagonistas tienen 18 años, salvo Hermion...