Capítulo # 27

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Helen entrecerró los ojos cada tanto pensando cómo deshacerse de Hermione y de su hijo.  En su mente enferma, ellos destruyeron sus planes.

Tomó su varita para transfigurar  su ropa en el uniforme de una enfermera.

— Srta. Enfermera — llamó Smith solicita — acérquese necesito que lleve estás pociones a la habitación de la srta. Granger.

Helen rio para sus adentros, sin meditarlo mucho consiguió su objetivo, ahora sí terminaría lo que empezó.

Entró sigilosamente a la habitación, la castaña estaba por quedarse dormida, pero los movimientos irregulares de su hijo la despertaron.

— He traído estás pociones para usted, señorita — murmuró Helen fingiendo la voz, pero a pesar de sus esfuerzos Hermione la miraba con desconfianza.

— Gracias, déjelos ahí por favor — aseveró señalando una mesa. Seguía sus movimientos, mientras apretaba su varita que estaba oculta.

Helen confiada susurró … desmaius, pero la castaña ni se movió ya que a tiempo lanzó un protego verbal.

Desesperada empezó a lanzar hechizo, tras hechizo sin detenerse, pero nada destruyó ese protego.

Rechino los dientes furiosa para lanzarse sobre la castaña, pero de ella salió un escudo protector que la lanzó con fuerza varios metros adelante llevándose consigo la puerta de entrada.

El escándalo alertó al personal médico que desesperados se acercaron a ver si la heroína de Guerra estaba bien.

Aurores, medimagos corrían de un lado al otro revisando el lugar, buscando al causante de tanto destrozo.

Lo peor que al no tener claro quien era el enemigo, Helen pudo escapar. Debía planear bien su próximo ataque… ¡Maldita Sangre sucia, que difícil deshacerme de ti! — gritó lejos del hospital.

Smith alertó a Draco de lo sucedido, apenas regresó a San Mungo.

— Es mejor que se lleve a su novia de aquí, ya no es seguro — refutó.

— ¿Podemos regresar a Hogwarts? — preguntó dudoso — Hermione piensa que es el lugar más seguro del mundo.

La sanadora se lo pensó por unos minutos, tomó su varita colocando un sinnúmero de pociones e indicaciones para luego entregársela a Draco. 

Solo recuerde que por su delicado estado no puede aparecer. Tendrán que ir en auto.

Draco iba a replicar, pero Hermione lo miró mientras movía la cabeza.

— Dijo en auto, pero no específico si podríamos usar un auto volador — enfatizó con cara de traviesa.

Juntos llegaron a Malfoy Mannor debían descansar para recuperar fuerzas.

Su llegada causó alegría en Narcisa, quien se hallaba junto a Trooper preparando un nuevo postre muggle, tiramisú.

El inconfundible aroma a café y dulce alertó los sentidos de ambos castaños. 

Scorpius desde su burbujita brincaba emocionado haciendo que a su madre le dieran antojos desesperados, que hacían que la boca se le hiciera agua.

— Draco, amor ¿Crees que demore mucho tu madre con el tiramisú? — pregunto
desesperada.

— ¿Tira… que?— pregunto confundido — se supone que usted debe descansar porque mañana regresaremos al colegio y no comiendo golosinas tan tarde.

— ¡Mira, Draco Lucius Malfoy! — amenazó la castaña — si tú no cumples los antojos de tu hijo, te prometo que no dormiré contigo nunca más.

El rubio abrió los ojos sorprendido y más al comprender la magnitud de esa amenaza, así que sin perder el tiempo se apareció en la cocina.

— Madre, por Merlin ayúdame, Hermione y nuestro hijo tienen antojos de tu dulce de café.

—¡Es niño¡ — gritó emocionada Narcisa ¿Cuál es su nombre?

_ Scorpius, mamá _

_ ¡Me encanta! _ exclamó la matriarca emocionada _ sube a acompañar a mi nuera, en unos minutos subirá Trooper con el dulce para ellos.

Draco subió a su habitación, entró al baño a preparar la bañera con sales relajantes con aroma a lavanda, para luego que sus amores saciarán su antojo.

Scorpius vibró molesto su burbuja asustando a Hermione. ¿Qué pasó mi rey?_ pregunto preocupada.

_ Ese olor me desagrada, mami _ ¿Cuál, yo no huelo nada? Se puso de pie acercándose al baño…¡Oh ya! ¿Y cuál te gustaría mi príncipe?_  susurró. Mientras con varita en mano desaparecía el agua.

Intuitivamente tomaba cada bote de esencia que se hallaba en el baño, para que a través del vínculo, Scorpius escogiera su olor favorito.

_ Ese mami, ese me gusta _ rio emocionado su castañito ¿Cómo se llama?

_ Vainilla _ susurró con una sonrisa. También es mi aroma favorito.

Draco observaba el comportamiento de su novia algo confundido. Nunca le tocó vivir algo parecido. Ni recordó leer de eso en algún lado. 

Al regresar a Hogwarts le preguntaría a Nott, más que seguro el misántropo estaría más empapado de esas cosas científicas.  





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