Capitulo # 35

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—Theo…Theo — susurraba Luna adentrándose en la biblioteca, hasta la sección prohibida

—Sh….Lunita no hagas ruido — respondió Theo mientras sostenía un viejo y gordo libro llamado "Misterios sobre las mezclas de sangre y sus consecuencias"

Cómo pudo lo encogió y lo metió en un pequeño canguro, regalo de Hermione, que tenía un hechizo de expansión.

— Listo corazón, vámonos antes de que nos agarre la señora Prince.

Una vez fuera de la biblioteca, Luna daba saltitos cómo niña pequeña, siendo seguida por Theo, quien la miraba enternecido. Paro un poco más allá y girandose hacia su novio preguntó — ¿Tu habitación o la mía?

—La que tú quieras, mi princesa — replicó el castaño con una sonrisa, pero está noche no solo quiero dormir, ¿Estás de acuerdo?

Lunita reía juguetona ¡Está bien! — exclamó pícaramente — entonces que sea en la tuya, porque tienes la habitación para ti solo. La tomó de la mano para llevarla hasta las mazmorras,  una vez allí, se desnudaron y se entregaron a la pasión.

Al día siguiente, un Griffindor y dos Sly bostezaban al mismo tiempo, mientras eran observados por Ron y Blaise con cara de disgusto

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Al día siguiente, un Griffindor y dos Sly bostezaban al mismo tiempo, mientras eran observados por Ron y Blaise con cara de disgusto.

— ¡Epa y a ustedes que les pasa! — exclamó Ron ceñudo o acaso no durmieron bien anoche, no quedamos que nos veríamos aquí antes del desayuno, porque no durmieron sus horas completas.

—Mira el hecho que tú te hayas propuesto ser un monje y no toques a Daphne, no quiere decir que nosotros haremos lo mismo _ replicó Draco estirándose — así que no nos molestes. Por cierto ¿quién acompaña a
Hermione?

— Daphne y Ginny por supuesto — respondió Harry bostezando — son las únicas que durmieron solas.

—Por supuesto ambas son inocentes y se merecen todo el respeto — replicó Ron serio mirando a Blaise.

El moreno se hizo el loco miraba para todos lados, no dejando que su cuñado viera en sus ojos negros como su alma, que hace rato se llevó la inocencia de su pequeña hermana.

El moreno se hizo el loco miraba para todos lados, no dejando que su cuñado viera en sus ojos negros como su alma, que hace rato se llevó la inocencia de su pequeña hermana

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Mientras Ginebra subía a despertar a Hermione, Daphne llamaba a Lenny para que trajera el desayuno para todos.

—¡Lenny! ¡Lenny! — aparece por favor

— La amita ha llamado a Lenny — respondió el pequeño elfo.

— Trae el desayuno para 8 personas, café, té, tostadas, tarta de calabaza, leche, cereal, huevos con tocino

Lenny escuchaba con atención las peticiones de la pequeña rubia — se hará como usted ordene — replicó e hizo una venía para desaparecer.

Ginny entro a la habitación de Hermione —¡Vamos bella durmiente despierta! Pronto estará el desayuno listo.

La castaña aún dormía entre las sábanas calientitas, pero de repente sintió que la burbujita se Scorpius se removio.

—¡Mami, mami tengo hambre! — susurró a travez del vínculo

Hermione como pudo y aún con los ojos cerrados se sentó en la cama para tantear las sábanas — Draco, Draco tenemos hambre, quiero desayunar — replicó bajo la mirada inquisidora de su pelirroja amiga.

—¡Aquí no está el hurón! Así que no pierdas tu tiempo y si quieres desayunar apresúrate a bajar.

Se llevó la mano hacia su rostro para taparse la boca, seguía bostezando, el sueño no la abandonaba, pero necesitaba alimentarse o Scorpius haría un drama...era igual a su padre.

— Creo que debes tomar un baño, amiga ¿Si quieres yo te ayudo?

—¡Sí, amiga gracias! —

Ginny corrió al baño para calibrar el agua, no debía estar muy fría, solo lo necesario para que su amiga despertara relajada, más para iniciar su día retornando a sus clases.

Hermione entró unos minutos después, se desnudo y con cuidado se sentó en la tina disfrutando el agua tibia, se quedó unos minutos ahí hasta que el sueño la abandonó.

Su amiga tenía el uniforme de Griffindor sobre la cama, tomando su morral de libros bajo para darle privacidad.

Mientras se dirigía a la sala común escuchó la voz de Daphne — ¡Listo, gracias Lenny!

—¡Lenny! — susurró, ¿acaso no es el elfo de mi madre?

— Sí — replicó la rubia, pero en vista de que tu madre no lo deja hacer nada, Lorraine lo envío al colegio para ayudarnos.

La pelirroja suspiró.

La Bitácora De Un Embarazo Mágico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora