— ¡Oh ya entiendo¡ — respondió Herms.
Susan los miró a los dos con curiosidad y preguntó — ¿No tienen nombre para el bebé cierto?
— Si lo pensamos — aseveró Draco, no uno sino varios, pero no llegamos a ningún acuerdo.
— Pero tú necesitas un nombre, cierto — susurró Herms acariciando su vientre — Haber te diré varios y te moveras si alguno te gusta.
Herms conversaba con su bebé bajo la mirada sorprendida del rubio y de la sanadora.
Smith notando cómo se iban uniendo más madre e hijo le hizo señas a Draco para que saliera de la habitación. Y así dejarlos solos.
El rubio estaba sorprendido y emocionado a la vez por conocer a su primogénito, que en el futuro sería muy inteligente y esperaba que heredará el gran valor humano de su madre.
Obedeció a la doctora y salió al pasillo. Afuera lo esperaban Narcisa y Molly.
— ¡Hijo¡ — llamó su madre ¿Cómo están el bebé y Hermione?
— Bien madre ahora están fortaleciendo su vínculo — dijo emocionado el rubio.
— ¿Su vínculo? No es muy pronto para eso, no se supone que eso se da en la lactancia según los muggles — respondió Molly.
— No, me refería a ese vínculo, sino al mágico, sus núcleos se vinculan, nuestro hijo ha desarrollado un vínculo fuerte con su madre, eso nos explicó la sanadora Smith — aseveró Draco por lo que será mestizo.
— ¡Ah! — respondieron ambas mujeres al unísono.
— ¿Osea que no podemos entrar todavía a su habitación? — preguntó Narcisa.
Draco miró hacia la doctora que se hallaba en la recepción, ella entendiendo su mirada interrogante movió su cabeza en señal de negación
Creo que no será una buena idea por el momento, mejor las invitó a un café.
Así que los tres salieron camino a la cafetería.
— ¡Blaise Zabini¡ — se escuchÓ a lo lejos la voz fuerte de Ginny Weasley, cuando el muchacho corría bien sudado hacia los camerinos de Slytherin dispuesto a ducharse, luego de la práctica de Quidditch. Pero tuvo que detenerse y al girar tenía a su novia frente a él.
El moreno suspiró y bajó la cabeza para darle un beso, pero la pelirroja viró su rostro, típico signo de enojo.
— ¿Y ahora qué hice? — resoplo Blaise ¿qué no me puedes saludar?
— Hola, Blaise — dijo Ginny — ya te salude, pero no te mereces mis besos.
— ¿Por qué no si se puede saber? — refutó Blaise indignado.
— Te parece poco desaparecer de Hogwarts para ir a ver al hurón y a Hermi a San Mungo, pero ni siquiera te has dignado en contarme ¿Qué pasó? — contestó iracunda la pelirroja.
— Ah era eso — resoplo Blaise. Entonces seguiré a dieta porque no estoy autorizado para darte esa información.
— ¿Cómo que no? — gritó la pelirroja. Dudo mucho que Harry o Theo hayan hecho voto de silencio igual que tú con el hurón.
Ginny se alejo de él y levantando su mano izquierda le dijo — Pobre de ti, si me entero que Luna y Pansy si conocen el famoso secreto, ¡pobre de ti! Y se fue hecho un basilisco por el pasillo.
El moreno resoplo y arrastrando los pies entró a las duchas, a buena hora era el último que faltaba, así podría darse una atención especial ya que tener a su pelirroja tan cerca de su cuerpo, le despertaba cierta parte en particular.
Ginny corría por los pasillos buscando a su nueva amiga, Pansy.
Conocía muy bien el carácter de la morena y de lo que sería capaz, para que el elegido le cuente cualquier cosa.
Salió del castillo y se encontró a dos parejitas sentadas en las faldas de un gran árbol.
— ¡Hola chicos! ¿Cómo están? — saludó la pelirroja ¿Puedo sentarme aquí?
— Si, claro amiga — respondió Luna mientras se abrazaba del brazo de Theo.
— Y bien ¿Cuando nos contarán el secreto de Hermione y Draco? Y ¿Por qué se quedó unos días más en el Hospital? — preguntó Ginny mirando ya a uno y al otro.
Blaise caminaba cabizbajo hacia el jardín del castillo y al divisar a sus amigos avanzó hacia ellos. Tal fue su sorpresa que allí estaba su novia. No sabía si acercarse a ella o sentarse en otro lado.
Pansy lo miró dudoso y lo llamó — ¡Blaise! Ven ¿Qué te pasa? ¿Se pelearon tú y Ginny?
Blaise suspiró cansado y sin abrir la boca solo movió su cabeza de arriba a abajo.
— ¡Hey estoy hablando con ustedes! — refutó Ginny con un puchero ¿Por qué no me contestan?
— Haber pelirroja — contestó Theo no se lo que quieras saber.
Ginny bufó y movió la cabeza cansada. Quiero saber porque ellos no están aquí sino en San Mungo.
— Esa información solo les compete a ellos, cuando vuelvan a Hogwarts, Draco y su novia les contarán todo — respondió Theo cansado.
Los Sly se despidieron de sus parejas a excepción de Blaise que aún estaba resentido con su novia, y se retiraron a su sala común.
Harry hizo lo mismo dejando a Luna y a Ginny sentadas en el pasto.
— ¿Por qué te enojas con Blaise? — preguntó Luna, él es bueno y te quiere mucho ... No lo trates mal lo puedes perder — Theo dice que los Sly son delicados.
— ¿Delicados? — bufó Ginny ¿Estás loca? Ellos son unas víboras rastreras y mentirosas o no te acuerdas del rubio y sus maltratos a nuestra amiga por años.
— Pero Hermione lo perdonó y ahora se aman mucho y serán padres — rebatio Luna — tengo hambre, iré al comedor espero que haya budín.
Y así se levantó, despidiéndose con la mano de su amiga.
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La Bitácora De Un Embarazo Mágico
RomanceHermione y Draco se casan después de la Segunda Guerra Mágica, pero por la venganza de una mujer despechada, el rubio vivirá un eterno sufrimiento. Cabe recalcar que en esta historia, los protagonistas y coprotagonistas tienen 18 años, salvo Hermion...