Una vez que cayó en cuenta que su moreno ex alumno se estaba burlando le dijo — Muy bonito, muy bonito le quedó el chiste Sr. Zabini, yo no puedo castigarlo por su osadía, pero se que la pequeña Weasley le hará pagar una por una sus malas bromas.
Blaise trago grueso y suspiró. Amaba a su pelirroja de fuego, pero también conocía su carácter del demonio.
— ¡Señores! — saludó Minnie acercándose a su despacho para tomar asiento e hizo un ademán con la mano, para que ellos también lo hicieran.
Los mande a llamar porque quiero saber el motivo del por qué mi alumna favorita aún esta en San Mungo, si lo de su golpe fue algo sin importancia.
Harry se sobo la nuca preocupado y suspirando cansado le dijo — Mil disculpas Directora, pero esa noticia no me compete a mi, sino a ellos.
— ¿Ellos? ¿Quiénes son ellos? — preguntó la directora
— Draco y Hermione — respondieron los tres jóvenes.
— ¡Expliquense mejor! Porque sigo sin entender porque ellos deben explicarme y por cierto ¿Qué hace el joven Malfoy en el hospital con Hermione? Y no está en sus clases como todos los demás.
— ¿Recibirá un castigo por eso? — preguntó Blaise preocupado.
— No — dijo Minnie. El ministro personalmente me pidió un permiso especial para él.
Minnie perdiendo la paciencia resoplo.
No los he llamado para que se queden callados o es que tienen algún pacto de silencio con el joven Malfoy que no me pueden explicar que es lo que está pasando.
— Potter estoy esperando...
Theo resoplo cansado y le dijo — yo le contaré todo lo que deba decirle, lo demás se lo contarán ellos cuando regresen.
Minnie escuchaba con atención la explicación del Slytherin, abriendo y cerrando los ojos, no podía creer lo que le contaba.
Una vez terminada la conversación los tres jóvenes salieron de su oficina.
— Ves yo te lo dije — aseveró Severus — Draco por fin le confesó sus sentimientos a Hermione.
Harry se acercó a Theo y le dijo — Gracias por no contarle a la directora sobre el embarazo de Hermione.Eso no se lo iba a contar, ni de coña, no quiero que Draco me mate por contar sus intimidades, así sea la directora del colegio. Tú no lo conoces, como nosotros.
Harry bufó. El hurón no se compara con Hermione cuando se enoja, ella es peor que el basilisco.
— Ja, ja, ja La que le espera a nuestro rubio, verdad Theo — susurró divertido el moreno.
Draco se apareció en San Mungo, saludo al personal y entró a la habitación de su novia.— ¡Buenos días amor! — saludó Draco acercándose a Hermione dándole un beso en la frente — aquí te traje tu bolsito de cuentas con lo necesario para tu estadía en el Hospital.
— Gracias — respondió la castaña. Y lo colgó a un lado de la cama.
— ¿No vas a revisar si traje todo lo necesario? — preguntó el rubio.
Hermione iba a contestar cuando entró la sanadora Smith a la habitación con un carrito lleno de pociones.
— Me alegro que ya esté aquí, señor Malfoy – aseveró Smith colocando sobre el velador de la habitación 5 frasquitos con una sustancia color morado.
— ¿Para qué son esas pociones? —preguntó Herms curiosa mientras tomaba uno en sus manos.
— Estas pociones son para su bebé — contestó la sanadora — deberá ingerir una después de cada comida o cuando tenga un fuerte episodio de ansiedad.
— ¿Episodio de ansiedad? — preguntó Herms confundida ¿por que sufriría mi bebé algo así? ¿Y cómo sabría que sufre eso?
— Eso no le podría decir yo — contestó la sanadora porque cada caso es diferente.
— ¿Cómo diferente? ¿Osea ha tratado más casos de embarazos mestizos? — preguntó Draco muy curioso.
— Estos casos son muy comunes en América — dijo la sanadora — he atendido cinco o seis casos al año.
Depende del sexo del bebé, cada uno crea un lazo muy fuerte con uno de sus progenitores, pocas veces es con la madre.
Comparten sentimientos, emociones, hasta el sufrimiento e incluso el miedo.
Su bebé desarrolló el vínculo con usted, Hermione, por ende reaccionó como un escudo ante el peligro. Y la protegió del golpe que recibió en la estación.
— Pero me desmaye — dijo Herms.
— Su desmayo fue por el gran poder que emano del escudo que tiene el núcleo de su hijo, por eso resultó ilesa — aseveró Smith.
Sino la hubiera protegido estuviera en coma en este momento, y alimentándose por sondas hasta el parto inducido de su bebé.
Hermione y Draco se miraron uno al otro, no podían comprender lo fuerte que sería el núcleo mágico de su hijo.
— Será un gran mago, pero su debilidad será usted, como su talón de Aquiles. ¿comprende mis palabras Srta. Granger?
— Es decir, que si me pasa algo o muero... ¿El morirá conmigo? — preguntó Herms en parte asustada y confundida.
— No morirá, pero se volverá retraído, distante, callado. Como si perdiera su alma gemela ¿Me comprende? — preguntó la sanadora.
— Sí — respondió la castaña. Acariciandose el vientre con ternura.
— ¿Ya tienen nombre para el bebé? – preguntó la sanadora.
— Pero no sabemos su sexo — respondió Draco alzándose de hombros.
— ¿Es niño cierto? — preguntó la castaña. Presumo porque usted le llama el bebé constantemente.
— Así es... 10 puntos para Griffindor — susurró divertida la sanadora.
Disculpen es la emoción porque la señorita Granger es de mi casa en Hogwarts.
— Yo pensé que usted estudió en América — respondió Herms.
— Solo mis primeros años, luego mis padres me llevaron a América y terminé mi educación mágica en Ilvermorny, luego estudie 3 años más para la especialización de Sanadora en Embarazos mestizos — relató Susan muy orgullosa.
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La Bitácora De Un Embarazo Mágico
RomanceHermione y Draco se casan después de la Segunda Guerra Mágica, pero por la venganza de una mujer despechada, el rubio vivirá un eterno sufrimiento. Cabe recalcar que en esta historia, los protagonistas y coprotagonistas tienen 18 años, salvo Hermion...