Capitulo # 44

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Esa madrugada nadie durmió, lechuzas iban y venían avisando a todos de la muerte misteriosa de Hagrid.

•¶•

_¿Puedo pasar?_ preguntó Arthur Weasley al asomar su cabeza en el anfiteatro del Ministerio.

_¡Claro que sí! _ respondió Johnson mientras hacia las últimas verificaciones y completaba el informe _ solo estoy corroborando lo dicho por
Proudfoot al revisar el cadáver. Rubeus Hagrid muerto por la maldición asesina.

_¡Es una pena su muerte, él era un buen hombre! _ exclamó triste Arthur _ siempre cuido a los niños como si fueran propios. Fiel a Dumbledore y a Harry.

Al final del día, sus alumnos son quienes más sufrirán por su pérdida.

_ Sí supe que fue un buen aliado para la orden, pero los buenos siempre se van primero.

Ahora toca dejar que las damas lo preparen para su entierro. Supe que deseaba ser enterrado junto a su amado Director, quien en vida acepto sin contemplaciones su petición. Colocando la cláusula en su testamento, cómo última voluntad.

Por petición de Harry, Molley y las demás madres se encargarían de preparar a Hagrid para que sea enterrado junto a Albus.

•¶•

Draco acompaño a Hermione a desayunar al comedor. La castańa quería recordar los últimos momentos con su amigo.

Lechuzas entraban e iban entregando el diario "El profeta" con las últimas noticias.

En la primera plana se leía, "Muerte de Savage", "Pucey fue llevado a Askaban y Helen Greengrass aprovecha confusion para huir con Mulcimer y Goyle con destino incierto"

Luna al leer la noticia corrió a esconder los diarios que ya fueron entregados, su amiga no debía leer eso, pero la insolente de Lavender se lo mostró sin más.

Hermione se puso a llorar muy nerviosa, la vida de ella y de su hijo peligraban.

Astoria reía complacida ante la escena. Su venganza estaba iniciando.

Draco abrazó a su novia mientras acariciaba su espalda para calmarla. Sacó del bolsillo de su túnica, sus botes de pociones para evitar que Scorp tuviera sus locos ataques de ansiedad.

_No quiero beberlos, Draco _ refutó Hermione haciendo un tierno puchero _ me van a tener embobada y quiero llorar mi pena, por favor.

_ Sí, amor te comprendo, pero va a sufrir mucho Scorp y la última vez reaccionó bien feo, la sanadora Smith fue muy escueta al explicar que podría ser peligroso, por favor tomate los piensa en los demás.

La castaña suspiró profundamente… ¡Está bien!. Tomó los botecitos y los bebió mientras acariciaba su vientre.

Esa tarde, algunos magos y brujas acompañaron a Hagrid a su última morada, En el lago Eilt encontraron la imponente isla, Eilean na Moine, donde se encontraba, solemne, la tumba del director.

Allí junto a él colocaron a su amigo en una urna de mármol, regalo del trío de oro,  con media compuerta abierta para que se le diera el último adiós.

Uno a uno fueron avanzando, algunos chicos bajaban su cabeza en señal de respeto.

Las chicas al contrario colocaron rosas blancas sobre la urna.

Hermione acarició su barba con cariño mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas, con Draco cubriendo sus espaldas cortó algunos cabellos, que amarró con una cinta roja y los guardó dentro de su túnica cómo recuerdo.

Ron fue el siguiente, tocaba su rostro, sus cachetes regordetes y su cabello, lloró como un niño, recordando las tantas veces que lo salvó de las arañas.

Daphne lo miraba triste, sus ojitos verdes anegados de lágrimas, compartía su dolor.

Harry esperó hasta el final para darle su último adiós.

Sus amigos y novia lo esperaron de lejos para darle su espacio.

Pan abrazaba a Theo, sus ojitos tristes miraban a su novio… no sé cómo aliviar su dolor _ murmuró a su amigo.

_No te preocupes por eso, Pansy _ recalcó el misantropo, solo abrazalo. Dale todo el amor que puedas, eso lo reconfortará.



















La Bitácora De Un Embarazo Mágico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora