Capitulo # 19

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Las matriarcas nos esperaron el patronus de Theo y se aparecieron en el hospital.

Caminaban presurosas y con estilo para no perder el glamour, pero de igual forma al menos tres de ellas fueron señaladas por más de uno, al reconocerlas como seguidoras del que fue destruido junto con sus maridos.

- Theo, Theo - llamó Elizabeth a la distancia a su hijo ¿Cómo está Hermione?

- Aún no sabemos mamá - respondió el castaño - una enfermera entró con pociones restauradoras, pero no ha salido.

- Draco hijo mío - dijo Narcisa a su hijo y se hincó a su altura para abrazarlo ¡No te preocupes todo saldrá bien!

- Es mi culpa mamá no debí dejarla avanzar sola y en su estado debí ser más cuidadoso, no quiero que mueran, moriría si ella me faltará - sollozó Draco en sus brazos.

Narcisa miraba con ternura a su hijo, su príncipe que por las razones mal infundadas de su enfermo padre odio a la hija de muggles por largos años.

Hubiera conocido la felicidad y tal vez, solo tal vez ese amor hubiera evitado que tomará la marca o reparará el armario de la sala de menesteres.

Al poco rato la sala de espera de San Mungo se llenó de gente.

Llegaron los Weasley, Arthur y George, Kingsley con dos aurores para levantar un acta junto a Zabini que se apareció en el Ministerio para denunciar el intento de asesinato.

Harry corría como loco por los pasillos de San Mungo en busca de su amiga y hermana.

Al no ver al rubio se acercó a Molly y le preguntó el estado de la castaña.

- ¿Cómo está Mione - preguntó Harry preocupado y con la respiración errática producto de la maratón que tuvo hace algunos minutos.

- Aún no sale nadie querido Harry - respondió Molly - estamos esperando respuesta del Medimago.

Hermione comenzó a mover la cabeza, abriendo poco a poco los ojos, los abría y cerraba acoplando sus ojos a la luz de la habitación

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Hermione comenzó a mover la cabeza, abriendo poco a poco los ojos, los abría y cerraba acoplando sus ojos a la luz de la habitación.

- ¿Dónde estoy? - preguntó Hermione aún adormecida y confundida ¿Draco dónde está?

- Tranquila señorita - respondió el Medimago Barkley su novio está afuera - en breve lo dejaré entrar, pero primero vamos a hacerle un pequeño chequeo para verificar que todo esté bien.

- Barkley tomó su varita y la paso por el cuerpo de la castaña, desde la cabeza hasta los pies para verificar que todo esté en perfecto estado.

Hizo señas a la enfermera para que le diera a beber las pociones restauradoras y le dijo - por el momento no debe caminar, ni levantarse porque puede sentir un leve mareo.

Espere un poco ahí recostada, la atención inmediata que recibió ayudó mucho, pero si se hubieran demorado en traerla las consecuencias serían nefastas.

Hermione miró al Medimago sorprendida ya que recién caía en cuenta que el golpe que recibió no fue un error de cálculo como ella creía, sino más bien algo premeditado.

- ¿Cree usted que quisieron matarme? - preguntó Hermione preocupada mientras escudriñaba en los ojos del Medimago algún rasgo de engaño.

- Lo siento no me compete a mí hacer ese tipo de conjeturas - respondió Barkley eso debe de ser investigado por el Ministerio, más aún siendo usted heroína de guerra.

Hermione solo asíntio para no asustar al Galeno con sus preguntas. Ya investigaría después a que se refería.

- ¿Puedo ver a mi novio? Debe de estar muy preocupado - preguntó la castaña.

- Si claro - respondió Barkley. Srta. Enfermera por favor salga al pasillo y busque a su novio, es el Joven Malfoy.

- ¿Malfoy? - preguntó asombrada la enfermera ¿el mortifago sangre pura?

Barkley sabiendo lo que se venía se giró bruscamente y salió de la habitación con la insolente enfermera, dejando sola a Hermione.

- ¿Cómo se le ocurre hacer ese comentario frente a la Srta. Granger? - preguntó el Medimago no ve que un disgusto puede hacer aflorar otros problemas.

- Disculpe Medimago Barkley, pero no pude evitarlo, Malfoy Padre mató a mi familia, solo por acoger a muggles. No puedo evitar sentir un fuerte odio hacia ellos.

- Pues tendrá que hacerlo - ordenó Barkley porque otro error de esos y me encargaré personalmente de que no vuelva a trabajar en el Hospital y ahora retirese.

La enfermera se retiró y Barkley en persona salió a hablar con Draco.

- Familiares de la Srta. Hermione Granger - llamó el Medimago, acérquense por favor

Al reconocer la voz del Medimago que se había llevado a Hermione, Draco deshizo el abrazo de su madre y se levantó diciendo - yo soy su novio ¿Puedo verla?

- Sí Señor Malfoy - dijo el Medimago sígame por favor.

Kingsley que escucho todo se acercó presuroso hasta ambos hombres e hizo señas a los aurores para que lo siguieran.

- Draco, Draco - llamó el Ministro déjanos entrar primero para hablar con Hermione y levantar el acta de denuncia para investigar el caso y así descartar si fue un atentado en contra de ella o un caso fortuito.

Draco lo pensó un momentito y movió su cabeza en señal de aceptación, pero no se demoren mucho - pidió. Mientras hablaré con el Medimago.

- ¿Cómo están ellos Medimago, mi novia y mi hijo? - preguntó Draco preocupado.

- Están bien los dos - el Medimago aseveró solo debe guardar reposo unos días aquí en el hospital para observación.

Luego podrá retomar sus clases en Hogwarts y le entregaré un listado de pociones que deberá tomar durante su embarazo.

- ¿Pociones? - preguntó el rubio ¿De qué tipo? Qué yo recuerde solo los muggles toman vitaminas y otras cosas raras en los embarazos.

- Se le olvida a usted que su hijo nacerá mestizo ya que usted es sangre pura y la Srta. Granger es hija de muggles - explicó el Medimago.

Su hijo nacerá normal, pero sus explosiones de magia no serán a los 2 años como pasó con usted, sino más bien pueden suceder mientras aun esté en el vientre materno.

Las pociones no evitarán las explosiones de magia, sino que dichas situaciones no afecten a Hermione.

- Comprendo Medimago - respondió Draco y estirando la mano le dio un fuerte apretón de manos a Barkley en señal de agradecimiento.

Kingsley salió a los cinco minutos, pero nadie entró ya que querían que fuera primero Draco.

El rubio entendiendo la indirecta entró presuroso a ver a su castaña.

Hermione lo recibió con una sonrisa y cuando lo tuvo cerca le acarició el rostro con las manos y se dieron un tierno beso en los labios, luego Draco beso su abdomen aún plano también.

- Me alegro mucho que estén bien los dos - dijo Draco acariciando la mejilla de su novia - me moriría si me faltan.

La Bitácora De Un Embarazo Mágico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora