La Batalla del Llano de Goldur IV

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Todos los miembros del ejército fueron despertados cuando aún era de noche. La oscuridad era casi total, tan solo había unas pequeñas hogueras medio apagadas iluminando el campamento. Nadie entendía por qué les despertaban a esas horas de la noche. ¿Acaso se trataba de un ataque? Todos sabían de la proximidad del ejército enemigo. ‹‹Debía tratarse de eso —pensaban muchos.›› Solo un ataque justificaba el amargo y brusco despertar en la madrugada. La mayoría se temía que pronto iniciarían la lucha, pues ésta parecía inminente. Esperaron con pesar a que los oficiales les dijeran las fatídicas palabras que les indicarían que la batalla estaba a punto de comenzar, pero nadie les dijo nada. Los oficiales se limitaron a ordenar que se prepararan para reanudar la marcha. Tomaron un breve desayuno, desmontaron el campamento y avanzaron por la llanura, como los días anteriores. La caballería avanzó por delante para poder responder ante cualquier ataque mientras la columna marchaba.

Los primeros rayos del sol aparecieron cuando les hicieron detenerse tras una colina en medio de la llanura. Construyeron un nuevo campamento en las cercanías. Esta vez lo fortificaron para estar preparados ante cualquier ataque. Una vez acabado, tras laboriosas horas de trabajo, un numeroso grupo subió a la colina y comenzaron a construir empalizadas y fosos en la cima; lo hicieron de forma que desde el otro lado no pudieran verse las defensas que habían construido allí.

Todos eran ya conscientes de que la batalla se iba a desarrollar en ese lugar y que la colina tendría un papel vital.

La colina protegería el flanco izquierdo del ejército, eso lo sabían hasta los más ineptos. Si Sharpast quería flanquear al ejército por esa zona, tendrían que romper las defensas de la colina. Rodearlo sería complicado para el enemigo ya que solo había una zona donde la caballería podía pasar. Allí es donde centrarían las defensas de la colina; lo demás eran promontorios y estribaciones rocosas, lugares inaccesibles para la caballería. El resto del terreno era totalmente llano, una tierra grande y espaciosa. La infantería formaría en el centro del llano, mientras que toda la caballería, salvo quinientos jinetes, se centraría en el flanco derecho.

Las horas pasaban y las fortificaciones de la colina progresaban. Debían de estar listas cuanto antes, pues el enemigo podía llegar en cualquier momento. El grueso del ejército descansaba en el campamento esperando la hora de la lucha. Necesitaban estar frescos si ese día iban a pelear. Los nervios se acentuaban.

Después del almuerzo los exploradores notificaron que el ejército enemigo estaba en las cercanías. No tardaron en vislumbrar una gigantesca sombra en el horizonte que avanzaba por la llanura. Los soldados comenzaron a salir del campamento para observar en la lejanía al enemigo, que formaba una gigantesca mancha oscura en movimiento y cada vez ocupaba mayor extensión de terreno. Todos, expectantes y asombrados, miraban la llanura sin creerse lo que estaban viendo. Era un ejército enorme. Se detuvieron a apenas dos kilómetros de ellos. Pronto descubrieron que estaban construyendo su campamento en ese mismo lugar. No lucharían ese día. No parecía que tuvieran prisa en combatir.

Una hora más tarde, un grupo de jinetes se alejó del improvisado campamento de Sharpast, dirigiéndose hacia el de los Tres Reinos. Nairmar, Nulmod y Valghard observaban desde lo alto de la colina.

—Creo que quieren parlamentar —dijo Nairmar—. Deberíamos bajar.

—No sacaremos demasiadas cosas en limpio —dijo Valghard—, pero supongo que tendremos que hacerlo.

—No les hagamos esperar —dijo Nulmod—. ¡A nuestros caballos!

—¡Esperad! —dijo Arnust mientras se les unía con su caballo—. ¡Vigilad vuestras palabras! Mulkrod debe de estar en ese grupo. Es un hombre orgulloso, cualquier palabra desmedida la tomará como una afrenta. Recordad que tenemos a uno de sus hermanos encarcelado en Blangord. No debemos darle más motivos para odiarnos, seguro que ya tiene suficientes.

Sangre y Oscuridad I. Las Cinco EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora