#59

822 81 35
                                    

—Hola lobito -Dije intentando recuperar el aliento luego de aquella carrera contra mi amada- Oí que me llamabas... -Respire profundo y me enderece- ¿Qué sucede? 

—Termine antes de lo esperado -Me regalo una pequeña sonrisa y me extendió el vaso con agua del que él estaba bebiendo. Rápidamente acepte- Estos últimos días estuviste mucho tiempo con Noah en los bosques, apenas y podemos hablar antes de dormir... Me gustaría que pasemos mas tiempo juntos. 

—Eh... Claro -Conteste algo confundida por su actitud. Aunque tiene razón, dejamos de pasar tiempo juntos desde que comencé los entrenamientos secretos con el turquesa- ¿Mañana estas ocupado? -Pregunte intentando llegar a un acuerdo. 

—En realidad ya termine de firmar y leer todos los papeles de hoy -Me sonrió y quito el vaso ya vacío de mis manos. ¿Soy estúpida? Fue lo primero que dijo- Sube a cambiarte, salimos en 15 minutos -Pronuncio tranquilo saliendo de la cocina. 

Intercambiamos miradas con mi amada, la cual tampoco parecía comprender lo que acababa de suceder. Me observo de pies a cabezas e instantáneamente imite su acción. Doy asco. 

—¿Qué comes que adivinas? -Pronuncio irónica en mi mente- Estuviste toda la mañana revolcándote en la tierra ¿Qué esperabas? ¿Oler a rosas? 

Tenia razón, estuve sudando con mi amigo de cabellos colorados, es mas que obvio como me encuentro. Rápidamente silbe  y comencé una nueva carrera con Pelusa, esta vez hacia la habitación. Una vez con mis prendas listas me adentre al baño, no sin antes haberle escrito una pequeña nota a Noah, el cual sigue entrenando en el bosque. 

—Entrégasela a Noah -Susurre juntando nuestras frentes. Me aleje luego de atar el trozo de papel a su collar y de regalarle dos caricias en su, hermoso, pelaje negro- Ve - Dije apuntando hacia la puerta. Sin mas obedeció corriendo hacia la salida. 

Finalmente logre salir del baño, solo al terminar de asearme, cambiarme y desenredar mis cabellos, claro. Logre unir miradas con mi amada, la cual me esperaba pacientemente. Ignorando por completo que aun tenia cinco minutos libres decidí buscar al tatuado, algo que extrañamente fue difícil. Una vez logramos encontrarnos comenzamos a reír, al parecer ambos estábamos buscándonos mutuamente, alejándonos del otro, sin saberlo.

—¿Quieres transformarte o prefieres que te llevemos? -Pregunto con una pequeña sonrisa en sus labios. Después de pensarlo un poco termine por tomar la segunda opción, ver la cara de las lobas seria divertido- Entendido. 

Me despedí de mi amada, puesto que iríamos a aquella plaza comercial donde Lukas me llevo a comprar ropa. Misma que estúpidamente no permite el ingreso de perros, realmente dudo que esa regla exista pero de ser real definitivamente le diré a Daniel que la cambie. Después de todo son sus terrenos. Y esa regla es ridícula veas por donde la veas.   

Junto al tatuado comenzamos a atravesar la manada, dispuestos a ir hacia nuestro objetivo. Todo aquel con el que nos cruzamos nos regalo una sonrisa junto a una reverencia, aunque no pude evitar notar las miradas indiscretas de aquellas lobas al observar mi agarre en el brazo del Alfa. Definitivamente era estúpidamente divertido. Al llegar al bosque Daniel comenzó a desvestirse sin pudor alguno. 

—Pervertida -Pronuncio antes de lanzarme su remera en la cara, al parecer me había quedado observándolo mientras se la quitaba- ¿Dónde quedo la Emma inocente que se volteaba? -Pregunto burlón. Sin molestarme en quitarme su prenda del rostro, dirigí mis manos a mis ojos al oír el sonido de la hebilla de su cinturón. Agradecería no ver sus genitales por accidente. 

—Claro... Accidente, si así es como lo quieres llamar -Susurro burlona. Esto de compartir pensamientos es molesto, ni siquiera mi mente es privada- No, no lo es -Agrego para molestarme.   

Ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora