Él se acerco para atacar primero, observe hacia donde apuntaban sus pies, y fui hacia el lado contrario mientras esquivaba su golpe. Era rápido no puedo negarlo, pero pude notar que sus reflejos no eran tan buenos, o por lo menos no los entreno de igual forma. Había encontrado mi ventaja, esquive uno de sus golpes, y rápidamente lo golpee. Los que nos rodeaban estaban alentándonos, era gracioso, pero no tenia tiempo para reír, debía concentrarme.
Al parecer todos nos divertíamos, nos llevábamos bien y para ser sincera me recibieron mejor que las chicas. Días después de que me ''uní''a ellos, hicimos dos equipos y comenzamos a luchar, era un descontrol, pero me encantaba. La excusa de esto fue ''Festejar mi progreso''.
La estábamos pasando bien, aunque nos golpeábamos con fuerza, era simplemente genial. Mi amada estaba acostada en un rincón, observándonos, mientras comía un pedazo de pan que uno de los chicos le obsequio.Mientras luchaba con mi rival vi como un color esmeralda nos rodeaba, era Markus, observe de reojo rápidamente, se encontraba alado de mi amada con una sonrisa en sus labios, al parecer él también estaba feliz por mi avance. Continué luchando y mientras esquivaba su ataque comencé a pelear contra otra persona.
Estaba concentrada en esquivar y atacar hasta que me percate del color brillante de Daniel, estaba acercándose. Lo busque con la mirada, grave error, me distraje, un golpe en mis costillas causo que cayera al suelo, rápidamente rodé esquivando el próximo y me levante para contraatacar.Minutos después todos nos encontrábamos sentados en el suelo, fueron pasando botellas de agua para que pudiésemos recuperarnos de nuestra pequeña batalla. Pelusa aprovecho para acercarse a mi. Realmente tenia calor, todos estaban sin remera y los estaba comenzando a envidiar, tuve una idea, la mejor hasta el momento, observe lo que tenia debajo de mi ropa y sonreí, traía mi top deportivo, rápidamente comencé a sacarme mi remera y la apoye en el suelo, observe a mi alrededor, todos estaban mirándome.
—¿Que? -Pregunte confundida. Markus soltó una leve risa.
—Tendrán que acostumbrarse -Dijo finalmente.
Todos comenzamos a reír, mi amada se puso a jugar con una pelota que alguien le había lanzado, ya se llevaba bien con los muchachos, por lo que en poco tiempo todos se vieron envueltos en aquel juego de tirar y atrapar. Volví a notar aquel extraño color, estaba mas cerca que antes. Las risas de todos cesaron.
—Buenos días Alfa -Dijeron todos al unisono causando que de un leve salto en mi lugar.
Realmente me asustaron, sus voces ya de por si eran gruesas, oírlos casi gritando y mas encima a la vez fue realmente impresionante. Voltee y ahí estaba el tatuado parado a un lado de la puerta, observándonos. Todos se levantaron y continuaron con sus actividades. Daniel se acerco al entrenador, segundos después me llamaron.
—¿Por que no estas entrenando? -Preguntó directamente mientras me miraba de arriba a abajo- ¿Por que estas desnuda? -Soltó un leve gruñido.
—¿Perdón? -Dije extrañada- Solo tome un pequeño descanso y para tu información no estoy desnuda... Si me disculpan, voy a continuar -Gire sobre mis talones, dispuesta a irme.
—No le des la espalda a tu Alfa -Soltó fuerte y claro, causando que varias personas volteasen a vernos.
—¿Mi alfa? -Me reí mientras lo miraba por encima del hombro- Por favor, no seas ridículo -Continué caminando con mi amada alado. No extrañaba hablar con este idiota y no estaba dispuesta a continuar escuchándolo.
—¡Emma! -Grito. Ahora todos nos observaban- ¡Acércate ahora mismo! -Dijo con una extraña voz, supongo que esa sera la famosa ''Voz de alfa''.
—No -Contesté tranquila- Ni mis padres me gritaban, así que púdrete -Levante una mano en señal de saludo. Todos los muchachos me miraban sorprendidos.
—Quien lo diría, por fin puedo sentirme orgullosa -Se rió- Pero acabas de retar al Alfa idiota, deberías prepararte para lo que sigue...
Era la primera vez que aparecía en el día, lentamente nos estamos haciendo amigas, o algo así, por lo menos hablábamos. Escuche como unas rápidas pisadas se acercaban a mí, chasque los dedos para que Pelu se moviese y me agache rápidamente. Esquive su agarre. Se lo veía enojado, pero no le tenia miedo ¿Por que debería?, no es mi alfa ni nada de eso, solo estoy en este lugar para aprender a controlar a Keira, simplemente por entrenamiento. Retrocedí varios pasos y antes de que me diese cuenta estábamos luchando y todos estaban observándonos. Pero al parecer yo era la única que no estaba preocupada, ya que el color de Daniel no era oscuro, eso significaba que no estaba realmente enojado. Es mas parecía divertirse por la situación.
—Creí que querría matarte -Keira parecía sorprendida.
—Yo igual, pero parece que solo es un imbécil bipolar.
—¿A quien llamas imbécil bipolar? -Se abalanzo sobre mi. Me tire al suelo, deslizándome por entre sus piernas.
—Solo hay uno en toda la manada -Dije divertida mientras me ponía de pie. Mi estomago comenzó a gruñir- ¿Falta mucho? -Pregunte mientras lo volvía a esquivar y lo golpeaba- Es que tengo hambre.
Se detuvo de golpe, todos nos miraban, realmente nadie parecía entender nada, estaban confundidos, pero por lo menos comenzaron a darse cuenta que no me mataría. Supongo que la pelea termino, no parecía que continuaríamos y en parte lo agradezco, ya es hora del almuerzo después de todo. La atenta mirada de los demás seguía sobre nosotros.
Daniel comenzó a acercarse, yo hice lo mismo.—Buena pelea -Dijo extendiendo su puño. Lo observe unos segundos, luego mire a los chicos, me encogí de hombros y luego extendí mi puño.
—Buena pe-
Rápidamente mi mano fue agarrada, de un fuerte tirón fui llevada hacia él y como si fuese un costal de papas de menos de 10 kilos, me levantó por los aires para finalmente apoyarme en su hombro. No de nuevo, estar boca abajo me marea.
—Nunca bajes la guardia -Se rió mientras comenzó a caminar- ¡Descansen! -Dijo antes de salir del gimnasio.
No hace falta aclarar que en todo este tiempo estuve pataleando e intentando zafarme de su agarre, mientras suplicaba por ayuda, con la mirada, a todos lo que me nos observaban, estos solo me sonreían y varios hasta hacían un gesto con la mano, despidiéndose. Malditos traidores
La única que siguió fiel a mi fue, claramente, mi amada, la cual graciosamente tiene mi remera en su hocico. Esta dispuesta a saltar y morder el cuello de este idiota, pero no creo que sea lo mejor, por lo que tuve que negar con la cabeza cuando me observó en busca de aprobación para su ataque.
Mi estomago volvió a gruñir y finalmente me rendí. Mis brazos quedaron colgando y para no aburrirme comencé a mover mis manos para por lo menos jugarle a Pelu, la cual se limito a mover su cola.—Tengo hambre -Me queje- ¿Estas escuchándome?... Hey, tengo hambre, bájame quiero comer algo -Suspiré- ¿Donde vamos?
—A almorzar -Contestó finalmente- Quiero que me informes sobre lo que sucedió en estas dos semanas.

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Ojos rojos
Serigala JadianEra inevitable, las llamas fueron participes de un intento desesperado por cambiar el destino que le amparaba. Finalmente pudo estar en paz... Pero olvido un pequeño detalle, una vez su destino fue pronunciado, ya no existía forma de cambiarlo. Deb...